Amurrio - En plena euforia de preparativos para celebrar mañana la llegada al mercado de las 630.000 botellas que integran la nueva añada, llegó desde el cielo la víspera de San Prudencio y sin previo aviso una monumental helada que, a falta de una valoración más minuciosa, ha dado al traste con el 28% de las 95 hectáreas de viñedo de la Denominación de Origen Arabako Txakolina. Con todo, la fiesta será tiempo de disfrutar de un trabajo bien hecho.

Aún no se ha llevado a cabo la cata oficial de la última vendimia. ¿Esperan mantener el tipo?

-Las precatas nos han dado unas valoraciones satisfactorias y muy buenas sensaciones. Tanto las físico-químicas efectuadas en el laboratorio de bromatología de la Facultad de Farmacia de la UPV en Vitoria, como las organolépticas realizadas en la Casa del Vino de Laguardia. Así que esperamos, por lo menos, igualar la calificación de muy buena de la cosecha pasada. Se sumará a la extraordinaria campaña récord de 2016 en cuanto a cantidad, ya que se recogieron 659.000 kilogramos de uva que se han convertido en 630.000 botellas, que suponen la mayor cosecha de la historia de Arabako Txakolina.

Un hito que, por desgracia, será difícil de repetir este año?

-En julio veremos cómo ha evolucionado el viñedo. Pero sí, estamos muy preocupados por las consecuencias que van a traer consigo las heladas de los últimos días de abril. La primera valoración nos habla de un 28% del viñedo afectado, sobre todo, en la zona de Amurrio. Pero hay que esperar al análisis concienzudo finca por finca que se llevará a cabo a lo largo de junio. El martes va a tener lugar una jornada de formación sobre tratamiento del viñedo ante una helada, con toda una autoridad en el tema del viñedo, gracias a Hazi y el Departamento foral de Calidad Alimentaria y Agricultura. Y es que se trata de una problemática que cada vez nos va a tocar más y hay que tener preparado el viñedo para intentar mitigar los daños. También se va a incidir en el tema de los seguros, y es que aunque el precio te pueda echar para atrás, si lo divides por cada kilo de uva, al final no es tanto.

¿Quién es el experto que asesorará el día 23?

-Se trata del investigador del Ceigram (Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Ambientales) José Ramón Lissarrague. A la mañana visitaremos algunas fincas para inspeccionarlas, y a las 15.30 horas dará una charla en El Refor y aclarará todas las dudas. Después iremos todos juntos al viñedo afectado más cercano para que nos explique la forma de trabajar en él. Tanto HAZI como Gobierno Vasco y Diputación han hecho un gran esfuerzo para darnos asesoramiento en un tema que nos ha hecho mucho daño.

Este año han escogido de madrina de la cosecha a la periodista Vanessa Sánchez. ¿Por qué ella?

-Hablamos de una vitoriana de adopción que es una enamorada del txakoli alavés y que allí donde ha ido se ha erigido en una firme defensora y apóstol de las bondades de nuestro vino.

Una de las principales novedades de esta edición es el cambio de ubicación al que ha obligado la obra de la calle Frontón. ¿Les preocupa?

-Más que preocupados estamos realmente expectantes ante las posibilidades que representa el entorno de la escultura Guk. La plaza Juan Urrutia empezaba a quedarse pequeña para esta fiesta. Este nuevo emplazamiento podría ser un buen escenario de cara a futuro. Veremos cómo responde el público, pero la apuesta pasa por centralizar todo el programa en este espacio, desde los puestos de nuestras ocho bodegas y los de comida, pasando por los 30 del mercado baserritarra y artesano que ocupará el paseo aledaño en lugar del de San Antón, hasta las mesas de los 16 participantes inscritos al cuarto concurso de garrafa -una antigua receta de granizado de txakoli-.

¿Con qué productos habrá posibilidad de maridar este año cada copa de txakoli?

-Debido a la complejidad de nuestros caldos, hemos vuelto a apostar por pintxos elaborados con productos con el sello Eusko Label. Habrá pollo de caserío, hamburguesas, tocineta natural y costilla de ternera. Además, las carnicerías locales elaborarán pintxos morunos y morcilla, a lo que se sumarán gildas, queso Idiazabal y patata de Álava, así como champiñones y txistorra de Amurrio. Esta última la asará la Federación de sociedades gastronómicas de Álava, Boilur.

¿Qué otros atractivos tiene este Txakolin Eguna?

-Las actuaciones del grupo instrumental Jesús Gantxegi de la Escuela de Música de Elciego y la banda txiki y el grupo de combos de la de Amurrio, así como los pasacalles de la banda Santa Cecilia de Orduña, o la romería que acompañará a las degustaciones desde las 15.30 horas y hasta el cierre de fiesta. Tampoco me quiero olvidar del puesto El fogón de Álava de un hostelero vitoriano que, por primera vez, se sumará a la fiesta con una creación a base de txakoli que le está funcionando muy bien en otras ferias. Se trata del Falzue, una bebida refrescante que, además de nuestro caldo, lleva una especie de gaseosa, unas gotitas de licor Karpy y mucho hielo, todo ello coronado con una uva.

¿Ha dicho que lo ha creado un hostelero de Vitoria-Gasteiz?

-(Risas) Sí, parece que los esfuerzos en promociones especiales que empezamos a llevar a cabo el año pasado en la tienda de la Plaza de Abastos están dando sus frutos. La respuesta de los hosteleros de la capital alavesa está siendo muy buena, nos están ayudando mucho en eso de acostumbrar al cliente a ver los txakolis de Álava en barra y por fin estamos creciendo en un mercado que hasta ahora estaba siendo un hueso duro de roer, porque en esta provincia hay muchos y grandes vinos. Ésa es la dinámica a seguir, ser fuertes en casa.

Ahora que lo menciona. ¿Se vende bien el txakoli alavés?

-Venimos de unos años muy complicados en el mercado nacional, y eso ha hecho que nuestras bodegas se lancen a la aventura exterior, en la medida de sus posibilidades, ya que es algo que implica un alto coste. Para poner un ejemplo de lo bien qué se está trabajando en esta materia basta decir que el 20% de nuestra producción va al extranjero, mientras que el resto se vende a nivel regional y nacional. Otro indicador de la salud de las ventas es que las bodegas que más se mueven empiezan a sacar al mercado la nueva añada en abril o primeros de mayo como muy tarde, porque a finales de marzo les queda poco o nada de la anterior.