vitoria - En medio de un extraordinario despliegue policial y en un clima de gran tensión, técnicos de Iberdrola procedieron ayer a cortar el suministro eléctrico del barrio de Errekaleor tras un operativo que se prolongó durante varias horas y que se saldó con la detención de tres personas por “atentado” y “desobediencia” -todas ellas ya en libertad con cargos-, la apertura de diligencias contra otras dos en calidad de investigadas y la identificación de varias más, según informó el Departamento vasco de Seguridad. Al menos un vecino del barrio resultó también herido de consideración en una carga y atendido por personal sanitario.

Fuentes de Iberdrola puntualizaron que la actuación estuvo dirigida a “eliminar” un supuesto “riesgo de accidente eléctrico” en el distrito gasteiztarra okupado, varios de cuyos enganches a la red “no tienen certificación” e “incumplen los requisitos técnicos y de seguridad que exige la ley”, y que se llevó a cabo tras dos requerimientos a la compañía por parte del Departamento vasco de Industria, uno fechado en marzo y otro este mayo, el último acompañado de una “amenaza de sanción”.

Nada más lejos de la realidad para Errekaleor Bizirik, el colectivo que aglutina el proyecto convivencial que se desarrolla en el barrio desde el año 2013, para quien este operativo fue un “ataque” finalmente inevitable a pesar de la resistencia vecinal. “Hablan de seguridad, pero para nosotros es una estrategia de desgaste. Urtaran está siguiendo el mismo proceder que tuvo el PP en 2015, cuando estaba en el Ayuntamiento”, censuró en conversación con este periódico Itxaso Viñe, vecina del barrio, en alusión al anterior corte de luz sufrido por Errekaleor a instancias de las instituciones. En la actualidad, cerca de 150 personas residen en el barrio, bajo el que sigue pendiendo la amenaza del desalojo por parte de la sociedad municipal de vivienda Ensanche 21, su propietaria legal.

un largo operativo El operativo arrancó poco después de las 10.00 horas, cuando varias furgonetas de la Ertzaintza con más de 40 agentes en su interior irrumpieron en el barrio para abrir el paso a los técnicos de la eléctrica y que pudiesen cortar el suministro. Un numeroso grupo de vecinos del barrio, sin embargo, los esperaba, ante la sospecha fundada de que iba a precipitarse algún tipo de operación al ver anteayer a varios trabajadores de una subcontrata de Iberdrola manipulando el transformador ubicado en la parte trasera del cine del barrio. Precisamente en torno a él, cerca de medio centenar de ellos formaron un muro humano, colocaron sacos con escombros e instalaron un andamio para impedir el paso de los técnicos. Quienes se situaron más al fondo, se encadenaron y unieron sus brazos con largos tubos para dificultar aún más el acceso al convertidor. Junto a ellos, una gran pancarta con una bombilla y el lema Gu Argi Daukagu, que puede traducirse como lo tenemos claro o tenemos luz.

Cuando los agentes se aproximaron al muro comenzaron a vivirse los primeros momentos de tensión. Uno a uno, los jóvenes que lo formaban fueron sacados de allí a la fuerza, hasta que el camino quedó libre, pero la imposibilidad de acceder al transformador y la negativa de los Bomberos a soltar a los jóvenes encadenados si no se producía una situación de emergencia hizo variar de estrategia a los técnicos, que finalmente optaron por arrancar largos metros de cable de las alcantarillas y cortar el suministro bloque por bloque, tirando incluso de cizalla.

Mientras tanto, en las inmediaciones de un barrio fuertemente acordonado y vigilado, comenzaron a congregarse decenas de vecinos, también llegados del resto de la ciudad, así como representantes políticos de formaciones como EH Bildu, Podemos e Irabazi, en un clima de creciente tensión que derivó en varias cargas de la Ertzaintza. Tras una de ellas, un vecino tuvo que ser evacuado en volandas. El operativo concluyó finalmente a primera hora de la tarde, cuando los técnicos lograron desenganchar la totalidad de la red del barrio, incluido el alumbrado público, y también la que llega a varias viviendas con contratos perfectamente legales.

El Ayuntamiento de Gasteiz, a través de un comunicado, dijo “entender” la actuación desarrollada en Errekaleor y enfatizó que él mismo “puso sobre la mesa alternativas priorizando siempre la seguridad ciudadana”, que según denunció “no han sido escuchadas por las personas que ilegalmente están ocupando esas viviendas”. El gabinete Urtaran insistió también en que “con la seguridad no se juega” y que “conociendo como se conocen ahora los informes de Industria no queda otra alternativa”.

Ya por la tarde, centenares de personas se manifestaron por las calles del centro de la ciudad en apoyo al proyecto de Errekaleor Bizirik, que pese a este operativo quiso dejar claro que el barrio, como su propio nombre indica, continúa vivo.

La operación. Más de 40 efectivos de la Ertzaintza irrumpieron en Errekaleor pasadas las 10.00 horas para abrir el paso a los técnicos de Iberdrola que pretendían proceder al corte del suministro eléctrico. Sin embargo, un gran muro popular en torno al transformador y varios vecinos encadenados y subidos a un andamio lo impidieron en primera instancia.

Detenidos y heridos. La Ertzaintza detuvo a tres personas -dos por atentado a la autoridad y otra por desobediencia, ya en libertad con cargos-, abrió diligencias contra otras dos e identificó a varias más. Además, hubo al menos un herido de consideración, un vecino del barrio que fue sacado en volandas y atendido por los servicios sanitarios. Un periodista de Hala Bedi denunció también que los ertzainas rompieron su móvil durante otra carga y le quitaron el carnet de prensa.

Esta vecina del barrio denunció que el “ataque” sufrido ayer por el barrio siguió “el mismo proceder” que el empleado en 2015 para, por primera vez, cortar forzosamente la luz a sus vecinos.

La firma eléctrica defendió que su intervención respondió a dos requerimientos del Gobierno Vasco, el último de este mayo y bajo “amenaza de sanción”.

El gabinete de Gorka Urtaran dijo “entender” la actuación porque “con la seguridad no se juega”.