Vitoria - Denon Eskola viene denunciando desde hace meses el problema de la guetización de las escuelas públicas de Vitoria, que acogen a la mayoría del alumnado inmigrante con una amplia diferencia, del 80%, respecto a los colegios concertados

En unos días comparecerán en el Parlamento Vasco para debatir sobre el problema de los guetos en las escuelas públicas de Vitoria. ¿Qué van a reclamar en la Cámara Vasca?

-No vamos a pedir nada, vamos a presentar los resultados de la mesa interinstitucional que se creó el año pasado en el Ayuntamiento de Vitoria para debatir sobre el alumnado inmigrante y en la que participamos distintos colectivos. Una mesa que se cerró con un acuerdo de mínimos que consideramos muy interesante. De momento el día 24 estaremos en el Parlamento Vasco para presentar el documento a los parlamentarios.

Ha pasado más de un año desde que plantearon en una rueda de prensa esa ‘guetización’ en las escuelas públicas gasteiztarras. ¿Ve un interés real del Gobierno Vasco por atajar el problema?

-No entiendo muy bien qué está pasando con el Gobierno Vasco. No lo están haciendo bien y sólo están dando bandazos. Tienen planes, pero no son realistas. Al final cada vez están primando la escuela concertada frente a la pública, cuando ésta es la que depende directamente de ti. Están dando dinero público a un sitio donde están poniendo cortapisas y hay limitaciones para entrar. Si es privado es privado, y si es público, público. No consiste en ‘dame dinero pero no te metas en lo que hago’, porque todos queremos una educación completa. No necesito que mis hijos sean unos einsteins, si luego no se saben relacionar con quien tienen delante.

¿Qué escenario de futuro puede acabar produciéndose si con el paso del tiempo ven que no se producen avances?

-La escuela pública vasca se va a enfadar y va a empezar a pelear. Y la escuela pública vasca ha sido siempre muy peleona. Van a conseguir que otra vez nos unamos y estemos peleando. Venimos de un momento donde no ha habido que luchar tanto, por lo que las cosas se han tranquilizado al haber conseguido varios de los objetivos que queríamos en cuanto a calidad, integración... Pero vemos que esas garantías y logros que habíamos conseguido se están quedando en nada, y lo que va a haber es una pelea. Volveremos a reinventarnos, a ser el pepito grillo que diga ‘aquí estamos’.

¿Se prima a los colegios concertados frente a los públicos?

-Yo creo que sí. De hecho en nuestro entorno eso está muy presente. ‘Me voy a éste u otro colegio porque no hay niños de fuera, que en este colegio son todos de aquí y no tiene tantos problemas’. Eso es lo que dicen algunos padres. Supongo que entonces cuando salen por el barrio tampoco van a ir al parque porque hay niños de fuera, o en la piscina...

¿Qué porcentaje de alumnado inmigrante va a escuelas públicas y concertadas en Vitoria?

-Hay un gran desequilibrio a la hora de aceptar a alumnos que vienen de fuera entre la escuela pública y la concertada. Prácticamente el 80% de los niños que viene de fuera van a la pública. Eso no ayuda a la integración, sólo provoca que la escuela pública cargue con el peso de tener que ayudar a formar a esos niños. Y eso es algo que está pasando especialmente en Gasteiz. Lo mismo sucede con la denominada matrícula viva, los niños que entran a mitad de curso, que siempre se cargan las tintas sobre las mismas aulas. Tienen que repartirse, tanto en la publica como en la concertada.

¿Qué solución plantean?

-La solución tiene que ser integral, con perspectivas de futuro. Por ejemplo, hace unos años el colegio Ramón Bajo era un gueto. Nadie quería ir y los que vivían en la zona y eran de aquí de toda la vida hacían lo que fuera para ir a otro colegio. Sin embargo, ahora gracias a la inversión y el esfuerzo que se ha hecho por parte del equipo directivo y las familias es un centro que tiene cierto empaque, un centro de referencia. Pero al lado de Ramón Bajo hay escuelas como Landazuri que se está conviertiendo casi casi en un gueto. Y del colegio de Santa María, que está a lado, mejor ni hablamos. Como es modelo A directamente es un gueto. Estamos gastando nuestro dinero en que las escuelas públicas se vuelvan a convertir en guetos.

También han detectado un problema con las actividades extraescolares de los niños en esos centros de guetización.

-Las actividades extraescolares están potenciadas por las Ampas, y lo que hemos visto es que en los colegios donde existe un mayor grado de guetificación las extraescoleras no funcionan porque no existe ese tejido integrador entre las familias. Este año vamos a seguir trabajando con la ayuda que nos dio la Diputación para fomentar las extraescolares en algunos de esos colegios que tienen problemas económicos para organizarlas o porque hay poca gente en el Ampa.

¿Hablamos también de un problema de integración en este caso?

-Las familias tenemos derechos, pero también obligaciones. Tú te tienes que habituar a estar en un nuevo entorno, no vale con hacer las cosas como en tu lugar de origen. Te tienes que integrar y participar siguiendo las nuevas normas del entorno que tienes. El estudio que solicitamos y que ha sido la base de estas ayudas constata que para estas personas existe un problema para integrarse en el tejido de la escuela y crear una Ampa fuerte. Viene alguien de fuera que no entiende tu idioma, tu cultura, que no sabe castellano y del euskera ni hablamos, y que cuando habla con los profesores no saben lo que le están diciendo.

¿Qué opina de las evaluaciones diagnósticas que van a tener que realizar estos días los alumnos?

-Son las consecuencias de la Lomce. Las evaluaciones diagnósticas son ahora mismo uno de los grandes debates. Empiezan estos días y nos encontramos con que los niños de Tercero de Primaria, de 8 años, tienen una evaluación. En Cuarto de Primaria tienen otra, con 9 años, y en Sexto se está hablando de poner otra, con 11 y 12 años. En Segundo de la ESO habrá otra evaluación con 14 años, en Cuarto de la ESO una más con 16 años y después los que continúan haciendo Bachiller para pasar a la Universidad tienen otra evaluación. Hablamos de seis exámenes para controlar cómo es la calidad del sistema educativo. No podemos estar haciendo exámenes de esa manera. Me da igual que sea el Gobierno Vasco o el central, tienen que marcar claramente qué prioridades debe haber, si es como hasta ahora en Cuarto de Primaria y en Segundo de la ESO con el informe PISA, porque es una evaluación diagnóstica europea y está dentro de unos baremos, o tiene que ser directamente en Cuarto y Sexto.

¿Qué le parece la sustitución del sistema de ‘libro solidario’, compartido entre alumnos de distintos cursos, por becas?

-El sistema de libro solidario fuenciona en la escuelas púlicas como subvención para la compra de libros. Se renuevan, se compra un libro que se usa durante dos o cuatro años, se vuelven a comprar libros nuevos... Las familas pasan los libros de unos a otros a cambio de un módico precio. Es una ayuda para reutilizar los libros para que no sea algo tan oneroso para las familias. Está bien visto y funciona, pero el Gobierno Vasco ha decidido que el libro solidario desaparezca. Se supone que este año empieza ya a desaparecer de manera clara en los cursos superiores para volverse a imponer el sistema de becas, individual y absolutamente para todos. Nosotros estamos en contra porque no discrimina, no ayuda a las familias, es un sistema antiguo y obsoleto. Es más equilibrado el libro solidario.

De digitalización ni hablamos.

-Para poder utilizar materiales electrónicos hay que hacer una inversión económica, hay que comprar software y hardware, los niños necesitan una tablet o un ordenador individual... El Gobierno Vasco tiene una gran previsión de futuro y está pensando que para 2020 pueda haber una gran parte de las escuelas que estén ya digitalizadas, y para eso está destinando un dinero. El problema es que aumenta el dinero destinado a implantar las nuevas tecnologías pero no se dan cuenta de que el número de centros que lo necesitan también aumentan, por lo que se necesita mayor previsión.

¿Funcionan mejor los comedores escolares autogestionados por las Ampas que han puesto en marcha en algunos centros?

-El sistema de comedores escolares se creó en su día para ayudar a las familias donde los dos trabajaban, de forma que los niños estuvieran bien cuidados en el centro escolar. Pero eso ha evolucionado a un sistema casi asistencial, donde se quedan a comer todos los niños, algunos en situación precaria y para los que es la única manera de que coman algo con asiduidad. Lo que ocurre es que la calidad de la comida de los comedores es a veces bastante deficitaria. Nosotros hemos empezado a instaurar en algunos centros como experiencia piloto unos comedores escolares autogestionados por las propias Ampas, en los que garantizamos comida de calidad, con productos comprados en el entorno y elaborados no con mucha antelación, sino en el día, garantizando además puestos de trabajo de gente de la zona. Es un sistema donde el Gobierno Vasco nos puede ayudar, pero sin estar masificado como sucede ahora en muchas escuelas.

¿Tiene novedades sobre la marcha de los futuros colegios de Errekabarri en Salburua y Aldaialde en Zabalgana?

-No sabemos mucho más de lo que ya es público. Errekabarri sigue adelante, se ha conseguido la licitación de los suelos y se sacará a concurso la obra. Lo que sucede con Errekabarri es que ha tenido problemas de matriculación porque hay más demanda que plazas para los niños de dos años. Es un centro que aunque esté desplazado funciona y tiene buenas perspectivas. Aldaialde va a seguir unos años más en los barracones, va más retrasado.

Sorprende la escasa planificación que ha habido con la escolarización en Vitoria en los dos barrios nuevos.

-El colegio de Zabalgana empezó estando en Pío Baroja, y a los niños que iniciaron el curso ese año se les dijo que cuando fueran al instituto tendrían uno en el barrio. Esos niños ahora tienen 14 años y no tienen instituto en Zabalgana. Han pasado doce años y nada. Hasta cierto punto lo entiendo, el Gobierno Vasco tiene que construir con previsión y conocimiento de causa y eso supone un dinero y ciertas garantías para llenar el centro. No puedes empezar un centro con treinta niños y el año siguiente diez matriculados. En Salburua están empezando ahora a mirar la necesidad de crear un instituto.