vitoria - El polémico despido de las jóvenes monitoras de la Casa de Cultura de Legutio, que según la Gazte Asanblada se produjo por presiones de la alcaldesa, Nekane Garaigordobil, (EH Bildu) a la empresa adjudicataria, algo que ella niega, se cerró ayer en los juzgados de Vitoria, donde la firma reconoció “la improcedencia del despido” de las chicas, vecinas de la localidad, según el acta de la sesión, a la que ha tenido acceso este periódico.

Pese a asumir el despido improcedente, la adjudicataria municipal no readmitirá a las estudiantes, que pierden finalmente su trabajo y recibirán a cambio una indemnización de 2.000 euros. Los representantes legales de las jóvenes plantearon incluso que la empresa las recuperara una vez finalizara el contrato que se ha realizado a sus dos sustitutos, dos jóvenes de fuera de la localidad, para no perjudicarlos, pero su requerimiento tampoco fue aceptado por la firma. El acto, celebrado en el juzgado de lo social número 3 de Gasteiz, contó con la presencia de la alcaldesa en calidad de testigo de la empresa.

El conflicto suscitado en la localidad alavesa entre los jóvenes y la primer edil se cierra así en los juzgados sin que se produjera la reunión previa a tres bandas entre Ayuntamiento, empresa y las jóvenes a la que el Consistorio se comprometió en un tenso Pleno celebrado el 29 de marzo, al que acudieron jóvenes y vecinos de Legutio para mostrar su rechazo a lo sucedido, además de celebrarse una concentración de protesta frente al Ayuntamiento.

El germen del enfrentamiento se remonta a enero, cuando los jóvenes de la Gazte Asanblada accedieron a la Casa de Cultura para celebrar una reunión, destinada a preparar las fiestas de San Blas, con las llaves de las monitoras. - DNA