kuartango - La Casa del Veterinario de Kuartango, un gran edificio con todas las comodidades, cerca de las piscinas y de la zona deportiva de la localidad, y con un gran terreno para realizar actividades, se convertirá, un año más, en hogar de una veintena de niñas y niños saharauis que llegarán al valle para pasar unas vacaciones en paz, lejos del conflicto armado en el que viven desde que nacieron.
El grupo, según cuenta una de las responsables de Arabako Bakelekua, Itziar Martínez, es paritario, diez niñas y otros tantos niños, y de ellos, 17 repiten viaje porque no han superado los 12 de edad, límite para participar en el programa. Los organizadores, de momento, trabajan en la recogida de ropa que entregarán a los pequeños y preparan una importante actividad para la dotación de los alimentos. En otras ediciones confiaban en la entrega de los alimentos por parte de un centro comercial, pero en esta edición han pensado en recurrir al comercio local para el abastecimiento, a establecimientos de Izarra, Pobes, Nanclares, Kuartango y, posiblemente, Murgia. La alimentación, sana y equilibrada, es precisamente uno de los objetivos fundamentales en los que se trabaja cada año en el campamento de Kuartango. También está previsto que se sometan a reconocimientos médicos. Asimismo, en el ámbito cultural, se pretende que aprendan y practiquen otros idiomas diferentes al hassania: euskera y castellano. Aprenderán y conocerán nuevas costumbres y otras maneras de vivir distintas a las suyas. Se realizarán salidas a parques naturales, lugares culturales, ayuntamientos, pueblos, playas, montes; en definitiva, convivirán con otros niños vascos, de igual a igual, en su desarrollo intelectual.
Por su parte, darán a conocer la situación que vive el pueblo saharaui, como pequeños embajadores de su país, de su cultura y de su conflicto. “Conviviremos entre dos culturas, reforzando los lazos solidarios de nuestros dos pueblos que siguen buscando su camino hacia la libertad”, indica la organización. Para llevar cabo todo el programa se cuenta con la colaboración de cuatro monitores. Y, como novedad, entre las actividades que se organizan está la fiesta que cierra su estancia en Kuartango, el tercer sábado de julio. - Pablo José Pérez