gasteiz - La negociación del primer convenio autonómico para el transporte sanitario vasco, que a punto estuvo de cristalizar en un acuerdo inédito hace apenas unos días, ha entrado ahora en una situación de enquistamiento que amenaza con echar por la borda todo el trabajo realizado por las partes en los últimos meses. La última reunión mantenida en el Consejo de Relaciones Laborales (Preco) el pasado 14 de marzo ahondó en el distanciamiento que con el paso de las semanas se ha ido produciendo entre la patronal y los sindicatos con representación en el sector (LSB-USO, LAB, ELA, CCOO y UGT), que entre otras discrepancias no comparten la fórmula común de horarios que debería implementarse para atender a los pacientes que hacen uso del transporte programado. Entre otros, los que tienen que acudir al hospital a someterse a rehabilitación o diálisis.

Antes de ese último encuentro, el trigesimotercero de la comisión negociadora, la Asociación del Transporte Sanitario del País Vasco (EOGE) lamentó a través de un escrito entregado a las partes, al que ha tenido acceso DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, que este proceso está ya “fuera de tiempo”, además de constatar su “gran frustración” debido a los últimos acontecimientos. “Nunca habíamos estado tan cerca de un acuerdo del que ahora mismo estamos alejadísimos y esto significa un gran fracaso para todos, trabajadores, usuarios y empresas”, aseguró EOGE en ese comunicado. Pese a la gravedad de la situación, las partes se han emplazado a mantener un siguiente encuentro el próximo miércoles 26 para no dejar morir la negociación. ¿La última oportunidad para reconducirla?

El sector vasco de las ambulancias, conformado por un complejo puzle de empresas subcontratadas por Osakidetza que, para rizar el rizo, varían en función del territorio histórico, ha estado zarandeado durante años por la inestabilidad, derivada en gran parte de la ausencia de ese marco común de relaciones laborales que ahora sigue buscándose. Un escenario al que tampoco han ayudado los constantes cambios en la titularidad de este servicio, la consecuente aplicación de distintas condiciones a sus trabajadores o, según han denunciado los sindicatos en múltiples ocasiones, la “pasividad” del Gobierno Vasco a la hora de mediar entre las partes.

EOGE, que engloba a las empresas del sector, y los representantes de los trabajadores comenzaron las negociaciones para tratar de lograr este anhelado convenio en noviembre de 2015, con la mediación del mediación del Consejo vasco de Relaciones Laborales. El apretón de manos estuvo muy cerca, como avanzó este periódico a mediados de febrero, pero la negociación ha quedado bloqueada al no aceptar los sindicatos la propuesta de horquillas que ha lanzado la patronal para el transporte programado, un sistema de flexibilidad horaria que actualmente sólo existe en Bizkaia y que los sindicatos quieren tender a suprimir. De hecho, la patronal advirtió en esa última reunión que “de ninguna manera” puede aceptar unos acuerdos que “irremisiblemente van a provocar el colapso del servicio de ambulancias”. Las diferencias de criterio en la negociación entre los propios sindicatos tampoco han ayudado, al menos hasta el momento, a una resolución positiva del conflicto.

esperanza A la espera de que la UTE Larrialdiak y las empresas Ambuiberica y Ambulancias Gipuzkoa tomen las riendas del servicio tras hacerse con los distintos lotes del último concurso abierto por el Gobierno Vasco, la UTE Emerbask -parte de EOGE- sigue controlando gran parte del transporte sanitario urgente que se desarrolla en Álava, pero el complejo entramado de empresas y convenios todavía existente en el sector ha provocado, por ejemplo, que a algunos trabajadores se les haya reducido el salario en los últimos años hasta un 20% o que otros estén sujetos al pacto estatal, con unas condiciones muy desfavorables respecto, por ejemplo, a sus compañeros vizcaínos o guipuzcoanos.

En medio de este escenario, el centenar de profesionales que se dedican a la atención de urgencias en Álava siguen manteniendo una larguísima huelga general, que se extiende desde el 10 de marzo de 2014, en reivindicación de la mejora de sus condiciones de trabajo y la firma de este pacto de ámbito autonómico, por lo que muchos de ellos han puesto grandes esperanzas en este proceso.

La gerencia de Emerbask, cuyos responsables también han controlado hasta ahora el transporte urgente de Bizkaia aunque con sociedades diferentes, se ha negado a trasladar a Álava el convenio firmado en abril de 2014 en el territorio vecino, lo que ha dejado a los trabajadores alaveses más solos en el mantenimiento de una huelga que dura ya 37 meses.

La última hora. La negociación del primer convenio autonómico para las ambulancias estuvo a punto de cristalizar en un acuerdo inédito a mediados de febrero, pero ha entrado ahora en una situación de enquistamiento. La última reunión mantenida en el Consejo de Relaciones Laborales (Preco) el pasado 14 de marzo ahondó en el distanciamiento que con el paso de las semanas se ha ido produciendo entre la patronal y los sindicatos con representación en el sector (LSB-USO, LAB, ELA, CCOO y UGT).

Discrepancia. La eliminación progresiva de las horquillas que pretenden los sindicatos, un sistema de flexibilidad horaria para el transporte no urgente, ha bloqueado la negociación. La patronal cree que el servicio de ambulancias se colapsaría. Pese a la gravedad de la situación, las partes han vuelto a citarse en la mesa de negociación para el próximo miércoles 26. Habrá pasado casi mes y medio desde la última reunión entre ellas.

La Asociación del Transporte Sanitario del País Vasco, que representa a la patronal del sector de las ambulancias, lamentó durante la última reunión celebrada por las partes en el Preco que no llegar a un acuerdo satisfactorio constituiría “un gran fracaso para todos, trabajadores, usuarios y empresas”.

37

Meses en huelga indefinida mantienen los trabajadores del transporte sanitario urgente que desarrolla su labor en Álava para reivindicar la mejora de sus condiciones y la firma de este convenio autonómico.