VITORIA - Los comerciantes de la Plaza de Abastos respiran aliviados después de una semana en la que la paralización de la partida presupuestaria para el saneamiento de las conducciones de agua a punto estuvo de ralentizar una tarea crucial como es la reforma de la plaza de Santa Bárbara. El consejo extraordinario de Amvisa del pasado jueves desbloqueó la partida y además se zanjó la enésima polémica con el muelle de descarga de mercancías de El Corte Inglés.
Camino despejado tras superar el obstáculo que surgió con la renovación de las canalizaciones.
-Para nosotros es una cuestión imprescindible que se acometa la reforma del espacio de Santa Bárbara. Además, se une con otra solución importante como es la del soterramiento de las mercancías. Es una cuestión positiva para toda la ciudad y, en especial, para los vecinos y el tránsito de vehículos hacerlo, de una manera coordinada. Una vez finalizadas las obras va a ser la principal plaza de la ciudad.
Con estos últimos contratiempos han llegado a temer por un retraso o paralización de obras que impidiera arrancar en septiembre.
-Estaba convencido de que iba a haber un acuerdo. Dentro de esta legislatura es el gran proyecto que maneja el Gobierno municipal y lo tiene que sacar adelante. Al final han tenido cintura y han conseguido un acuerdo. Salvado ese punto, yo sigo reivindicando la colocación de la pérgola en las inmediaciones de este edificio de Abastos. Otro punto es el de la eliminación de los parterres que se encuentran justo delante de la fachada trasera. Seguimos reivindicado esas dos cosas, aunque no se si lo llegaremos a conseguir, y creemos que con esos dos retoques el proyecto y resultado final mejoraría todavía mucho más.
¿Les han mantenido al tanto del proyecto hasta su redacción definitiva y les han consultado?
-Sí, el Ayuntamiento nos ha mantenido informados y yo me he reunido en varias ocasiones con el arquitecto que ha redactado el proyecto, he aportado cosas y él me ha pedido información de nuestra plaza. Al final quedan esas dos cuestiones que son importantes para nosotros, como son la lejanía de la pérgola y la retirada de esos parterres, que han considerado no lo van a hacer.
Va a tener unos jardines la Plaza de Abastos en la fachada trasera demasiado cerca del edificio y que pueden suponer una barrera.
-Así es. Se mantienen esos jardines y eso puede suponer una especie de traba a la hora de permitir el flujo de personas desde el interior de la zona de nuestros puestos hacia la calle y la nueva plaza tras la obra.
También se contempla la apertura de una puerta en la fachada trasera de la plaza para que los gastrobares puedan tener terraza
-Así es. La fachada trasera acristalada que tiene una panorámica de Santa Bárbara, al final de los bares, hacia la mitad, contempla que se abra un hueco con salida directa a la calle. Desde el Ayuntamiento van a rebajar la altura que existe entre ambos planos y colocarán alguna rampa o escalera. Luego serán unas tareas por cuenta nuestra abrir esa puerta para comunicar las dos partes. Los hemos pedido y seremos corresponsables en ese sentido de esa actuación. De esta manera lograremos tener un total de cuatro puertas. Dos ubicadas en la zona norte y otras dos en la zona sur.
Con la llegada de las máquinas e inicio de las obras, ¿puede repercutir en un descenso de ventas?
-Yo creo que más que lo que sufrimos en el año 2013, cuando todos los clientes subían y bajaban por la misma escalera mecánica, no vamos a padecer. En aquella ocasión estuvimos un año obligando a la gente a subir en esas condiciones, a hacer la compra con una temperatura de ocho grados. Después de todo eso, creo que los trabajos que se lleven a cabo en la parte trasera no nos va a afectar como aquello.
Otro momento crítico va a ser el cierre del aparcamiento subterráneo durante cerca de un mes.
-Ese es el punto en concreto que más me preocupa de la obra. Tenemos alrededor de 90 trabajadores del mercado que tienen una plaza en alquiler en ese estacionamiento. Durante ese mes largo que dicen que va a durar esa obra tienen el problema de saber que hacen con su vehículo y las alternativas que van a disponer. Además, es otro inconveniente también para la clientela. Sabemos que cada semana tenemos 6.000 personas que suben del aparcamiento a hacer la compra aquí. Esas personas van a enfrentarse a la incomodidad que les va a suponer hacer la compra durante ese tiempo. Sabemos que los clientes valoran esa comodidad de llegar con el coche hasta la puerta y disponer de todos los medios para que nos les suponga ningún esfuerzo.
Los parterres, la pérgola y la cuestión del aparcamiento son los tres lunares en los que no se ha podido alcanzar un acuerdo.
-De momento no nos hemos puesto de acuerdo, pero aún quedan meses hasta septiembre. Soy optimista por naturaleza y siempre albergo la esperanza de poder trasladar los parterres. La cuestión de la pérgola ya la observo con mas dificultad para que pueda haber algún cambio.
De la futura y reformada Santa Bárbara que ha visto en los papeles, ¿le gusta cómo va a quedar?
-Es un proyecto que me gusta y que con el soterramiento va a quedar bastante completo, siempre a falta de lo comentado con esos elementos de la pérgola, parterres y estacionamiento. Tenemos clientela de 60 años en adelante, que trasladarse hasta la calle Postas a comprar unas manzanas o lechugas igual dice que no va. Lo que buscamos son las sinergias que se generan de las cercanías. Por lo general, una vez transformado el espacio, va a dejar de ser un quebradero de caminos para atravesarla. Con la configuración del espacio, se va a posibilitar que el Ayuntamiento u otro promotor pueda organizar desde conciertos, obras de teatro, cine al aire libre, ferias similares a las de Ardoaraba y otro tipo de eventos. Vamos a disponer de un espacio amplio, con aparcamiento subterráneo y facilidad para que vengan camiones de gran tonelaje y no molesten. Vamos a disponer de una gran plaza como en otras ciudades, que nos hace falta.
¿La Plaza de Abastos tras las obras de reforma ya es un espacio consolidado en Vitoria?
-Nos mantenemos en las 40.000 visitas semanales. Sin embargo, tenemos que seguir creciendo y cuando acaben las obras, en el mes de mayo, nos tenemos que dedicar a la promoción. La Plaza de Abastos tiene que ser un destino turístico en Vitoria de primer nivel. Ya estamos trayendo muchas visitas, como por ejemplo una actividad que tuvimos el viernes con un congreso de 30 nutricionistas para enseñarles cómo es el mercado y poder cocinar una vez comprados los productos y que lo puedan contar en otros mercados.
Aspiran a convertirse en foco turístico, pero no desearán llegar a los niveles de otros como La Boquería o el Mercado de San Miguel.
-Esa no es nuestra referencia. Aquí tenemos claro que nuestro alma es el comercio y sin embargo en esos comercios el alma es el turismo. Queremos que sea un punto de referencia y que la gente que venga a Vitoria haga una visita obligatoria al mercado como punto en el que se encuentra la vida de la ciudad. Si alguien quiere saber cómo somos los vitorianos, lo mejor es ponerse en una cola a comprar cualquier producto y ahí se nota el sentir de los vitorianos.
¿Una vez terminada la primera fase de las obras de Santa Bárbara van a intensificar ese trabajo de promoción turística?
-Estamos centrados en ello y queremos ir a más. Sería dar continuidad al trabajo que se hizo durante 2016 desde la Diputación y el trabajo que hizo con agencias de receptivo. Las enviaron a casi todas aquí para ver las instalaciones y ellas ya conocen el mercado. Esas agencias, lo que nos piden ahora es oferta turística con una visita guiada al mercado o con cata de vino o las dos incluidas. También se puede incluir un curso de cocina rápida como opción.
Comparten viaje y espacio comercial con otras dos firmas potentes como la sección de deportes de El Corte Inglés y el supermercado BM ¿Qué tal esa compañía?
-Nos complementamos perfectamente con ellos dos y todo va muy bien y sin ningún problema en este tiempo que llevamos juntos. Se trata de dos buenos compañeros en esta misión.
Se ultima la apertura de dos nuevos gastrobares para completar la oferta y cubrir los cierres que ha habido en esa zona
-Es una cuestión de permisos para abrir un restaurante, gestionado por un cocinero vitoriano, que lleva asociada un vermutería, para ofrecer los productos que se venden en la Plaza. Que todo lo que se consuma sea producto de este recinto.