- Se les conoce por el nombre de la marca comercial Taser, aunque oficialmente se denominan pistolas eléctricas, y el sindicato ErNe ha solicitado que se evalúe su posible incorporación al equipo de la Policía Local “como una herramienta válida más”. El portavoz sindical Emilio Pascual, que ha iniciado una ronda de conversaciones con los grupos municipales, asegura que su aceptación “evitaría, en ciertas circunstancias, causar daños mayores a las personas a las que se ve a detener”.

Normalmente, la Guardia Urbana dispone de su arma reglamentaria, de su defensa -porra- y de sus manos para actuar. Según Pascual, estas pistolas de impulsos eléctricos son una herramienta “intermedia” que elude el uso del arma de fuego y permite la inmovilización y la detención con garantías para el detenido. “ErNe de Policía Local entiende que es una herramienta viable empleada por muchas policías y solicita que se estudie su viabilidad”, expone.

No es este el único cambio que se asoma al futuro próximo de la Policía gasteiztarra. La dirección y la jefatura han comunicado al comité de empresa municipal su intención de acometer una reorganización interna con modificaciones en los grupos ya existentes, así como la creación de nuevas unidades. El cambio más polémico, la reducción de 10 agentes del Grupo de Prevención y Apoyo, GPA, se ha aparcado, por ahora, hasta el 1 de enero de 2018 ante la amenaza de movilizaciones por parte del comité.

Otras de las medidas que baraja la jefatura incluyen, además de refuerzos puntuales de ciertas unidades -investigación, delitos telemáticos, violencia de género y delitos contra la Administración local-, la creación de un grupo especializado en menores integrado por ocho agentes y un agente primero. El comité de empresa y ErNE, que consideran adecuados algunos de los cambios, entienden, no obstante, que este no es el momento de abordarlos. El principal motivo es que aunque la relación de puestos de trabajo de la Policía Local engloba 431 empleos, actualmente sólo hay 371 dotaciones operativas.

El comité ha propuesto que el grupo de menores tenga carácter multidisciplinar y que trabaje codo con codo con la fiscalía, servicios sociales municipales y con el área foral del menor. En cuanto a la creación de un grupo de delitos telemáticos, advierten de que ya se gestionan aquellos de instrucción sencilla y que enfrentarse a actos “más serios” excedería su ámbito competencial, bien por producirse fuera del término municipal, bien por requerir de una especialización muy elevada, como la que ya tienen las unidades homólogas de Ertzaintza y Guardia Civil.

Capítulo aparte merece el grupo de violencia de género, actualmente “desbordado” de trabajo. Aunque la jefatura ha previsto reforzarlo con un agente, los responsables de ErNE reclaman que, a la espera de que lleguen nuevas incorporaciones a la plantilla, los tres efectivos que se iban a añadir a investigación -pasaría de 12 a 15 agentes- se sumen a esta unidad para que pueda trabajar todos los días de la semana, en horarios de mañana y tarde, y con garantías.

Finalmente, la jefatura plantea crear un grupo que persiga empadronamientos falsos que tienen como objetivo la obtención ilícita de ayudas sociales como la RGI. El sindicato policial aclara que hablamos de infracciones administrativas que, si bien son perseguibles, tal vez no requieran de una unidad policial especializada.

Marca. El nombre Taser, por el que son popularmente conocidas las pistolas eléctricas, es una marca comercial. Emplean un voltaje muy elevado, pero sólo unos 1,9 microamperios, lo cual equivale a la mitad del amperaje de un marcapasos y distan mucho de los 75 microamperios que, según los expertos, resultan letales.

Mito. Según aclara Emilio Pascual, portavoz de ErNE en Policía Local de Vitoria, existen muchos mitos en torno a la peligrosidad de estas pistolas, pero apunta que permiten inmovilizar y detener con garantías para los agentes, para el arrestado y para terceros.

Voltaje. El representante de ErNE aclara que estas pistolas “no electrocutan”. “Puedes estar tocando a una persona a la que se le ha disparado este dispositivo y no te da corriente. Los impulsos que transmite impiden que el detenido mantenga una actitud violenta”, asegura.

Casos extremos. Con el actual ordenamiento jurídico, los agentes sólo podrían emplear las pistolas eléctricas en casos extremos. Según precisa Pascual, sólo podrían emplearse en los mismos casos que un arma de fuego, “cuando exista grave riesgo para la integridad física del agente, del detenido o de terceros”.

Garantías. “Todo lo que ayude a llevar a una persona ante el juez en perfectas condiciones y con garantías, a ErNE le gusta. Que se preserven los derechos de los ciudadanos y de los agentes que están trabajando en la calle siempre es positivo”, concluye Pascual.