vitoria - La capital alavesa escenificó ayer que Álava vuelve a ir de la mano contra la central nuclear burgalesa en la movilización convocada ayer por el Foro contra Garoña, que aspiraba a ser una sencilla cadena humana y que acabó convertida en una multitudinaria manifestación secundada por centenares de ciudadanos y representantes de la sociedad civil alavesa, “para exigir un fuerte y decidido liderazgo a favor del cierre inmediato y definitivo de la central, respetando la voluntad popular”.

Poco antes de que a las siete de la tarde arrancara esta protesta, bajo el lema Bada garaia. Por un nuevo modelo energético. Garoña itxi orain ta betiko, ya sus convocantes mostraban su satisfacción por el éxito de la misma. “Ha venido más gente de lo esperado. Vamos a llenar toda la calle. Si seguimos así, seguro que cerramos Garoña y las demás nucleares también”, explicaron sus portavoces entre aplausos.

Dicho y hecho. La primera calle que recorrió la marcha, la de la Diputación, con el sonido de fondo de una alarma nuclear, se llenó hasta la bandera. No faltaron jóvenes, mayores y caras conocidas del mundo de la política, como el parlamentario alavés de Equo, Juantxo López de Uralde o el concejal Óscar Fernández, de Irabazi, entre otros muchos. A continuación, la movilización hizo una breve parada frente al Parlamento para dirigirse a la Virgen Blanca, donde por unos momentos quedó interrumpida al cruzarse con una kalejira de un Carnaval txiki. No obstante, fue en sus últimas paradas donde más tiempo se detuvo: en la oficina de Iberdrola (en la calle Dato) “para denunciar la actitud de esta empresa” rompiendo unas facturas ficticias frente a ella y en la sede del PP (de Olaguíbel), al que responsabiliza de favorecer la reapertura de Garoña. También se pudo ver a colectivos ecologistas, como Eguzki, que pidieron el desenchufado de la nuclear burgalesa “porque no se puede imponer una central vieja y peligrosa a más de un millón de personas, pues nos condenaría a vivir junto a una bomba de relojería sin seguro ni garantía como es Garoña”.

EH Bildu Araba se sumó, junto con Ezker Anitza-IU, PSE y otros agentes políticos, sindicales y sociales, a esta protesta para reafirmar “su reivindicación y compromiso para que la central nuclear cierre definitivamente y comience su desmantelamiento por encima de intereses de cualquier tipo”. La única pega, según denunciaron miembros de la coalición soberanista, fue la multa que pusieron a uno de sus simpatizantes en el transcurso de la marcha.

Da la casualidad de que esta lucha se producía en el día en el que el vicepresidente de la Sociedad Nuclear Española (SNE), José Antonio Gago, afirmó que ve de manera “muy positiva” que tras el trabajo “ímprobo” de los técnicos del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) se haya emitido un informe favorable a que Garoña opere hasta 2031. Mismo día en el que los propios técnicos nucleares denunciaron “represalias” y maniobras “encubiertas” del CSN para favorecer su reapertura. Para Ecologistas en Acción, es consecuencia de un CSN “demasiado tolerante con el sector nuclear”.

Convocatoria. El Foro contra Garoña de Álava convocó esta movilización para ayer por la tarde con el objetivo de pedir una verdadera implicación para que Garoña se introduzca de forma preferente en la agenda de todos los partidos y en el caso de que reabran la planta burgalesa, “solicitar el compromiso de que ayuntamientos, diputaciones, Gobierno Vasco, empresas y los ciudadanos se puedan dar de baja para siempre de Iberdrola, o hacer ya la portabilidad sin más esperas para dar mas fuerza para parar Garoña”.

Recorrido. La cadena humana partió a las siete de la tarde de la Diputación Foral de Álava y se detuvo frente al Parlamento Vasco y las sedes de Iberdrola y PP (este último “por facilitar las maniobra y engaños por reabrir la central”). La iniciativa forma parte de la campaña ‘Desenchúfate contra Garoña’.

Por ello, la movilización recorrió las calles de la capital alavesa bajo el lema ‘Por un nuevo modelo energético’.

A juicio del colectivo ecologista, la reapertura de la nuclear nos condenaría a vivir junto a una bomba de relojería.

2031

Es el año hasta el que está previsto prorrogar la vida útil de Garoña. El Consejo de Seguridad Nuclear ya ha dado su luz verde.