Gasteiz - La consecución de un convenio de ámbito autonómico es una de las grandes asignaturas pendientes del transporte sanitario vasco, si no la mayor. Este vital sector, conformado por un complejo puzle de empresas subcontratadas por Osakidetza que, para más inri, varían en función del territorio histórico, ha estado zarandeado durante años por la inestabilidad, derivada en gran parte de la ausencia de ese marco común de relaciones laborales. Un escenario al que tampoco han ayudado los constantes cambios en la titularidad de este servicio, la consecuente aplicación de distintas condiciones a sus trabajadores o, según han denunciado los sindicatos en múltiples ocasiones, la “pasividad” del Gobierno Vasco a la hora de mediar entre las partes. Sin embargo, la posibilidad de que por fin se alcance un acuerdo común en el sector, para todo Euskadi, sobre las condiciones de trabajo de su plantilla se encuentra ahora más cerca que nunca.

La Asociación de Transporte Sanitario del País Vasco-Euskadiko Osasun Garraio Elkartea, que engloba a las empresas del sector, y los representantes de los trabajadores comenzaron en noviembre de 2015 las negociaciones para tratar de lograr ese inédito y anhelado convenio y hasta la fecha han mantenido más de una veintena de reuniones, con la mediación del mediación del Consejo vasco de Relaciones Laborales (Preco). Ayer, tras el último encuentro mantenido por las partes en Bilbao, fuentes de la negociación desvelaron a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA que la resolución de este entuerto podría darse “en breve”, al menos en forma de un acuerdo que fije unos mínimos para todos los trabajadores. Las partes mantendrán una nueva reunión la semana que viene para tratar de avanzar en la negociación.

En medio de este escenario, el centenar de profesionales del transporte sanitario urgente que desarrolla su labor en Álava mantienen una larguísima huelga general, que se extiende desde el 10 de marzo de 2014, en reivindicación de la mejora de sus condiciones de trabajo y la firma de este pacto de ámbito autonómico, por lo que muchos de ellos han puesto grandes esperanzas en el proceso. La paralización del último concurso abierto por Osakidetza en octubre de 2015 para adjudicar de nuevo el servicio por la interposición de distintos recursos añade más ingredientes a este cóctel.

situación actual A la espera de que se resuelva este concurso, que fue ganado por la firma Larrialdiak, la UTE Emerbask sigue controlando gran parte del transporte sanitario urgente que se desarrolla en el territorio alavés, pero el complejo entramado de empresas y convenios existente en el sector ha provocado, por ejemplo, que a algunos trabajadores se les haya reducido el salario en los últimos años hasta un 20% o que otros estén sujetos al pacto estatal, con unas condiciones muy desfavorables respecto, por ejemplo, a sus compañeros vizcaínos o guipuzcoanos.

La gerencia de Emerbask, cuyos responsables también controlan el transporte urgente de Bizkaia aunque con sociedades diferentes, se ha negado a trasladar a Álava el convenio firmado en abril de 2014 en el territorio vecino, lo que ha dejado a los trabajadores alaveses más solos en el mantenimiento de una huelga que, según denuncian, tiene unos servicios mínimos “del 100%”.