VITORIA - La pionera vía abierta por el Ayuntamiento de Vitoria para posibilitar la realización de consultas ciudadanas sobre cuestiones de interés general empieza a topar con los plazos del calendario para poder asistir, el próximo 26 de noviembre, a la celebración de la primera consulta popular referida a cualquier cuestión surgida del interés de la ciudadanía. Como adelantó DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, el pasado 29 de diciembre, el alcalde, Gorka Urtaran, haciendo uso de la facultad que le concede la Ley reservó la fecha del domingo 26 de noviembre, como la histórica jornada en la que la población de Gasteiz va a poder expresar su opinión con respecto a alguno de los temas de mayor calado en la ciudad. Sin embargo, el paso de los días y las fechas agiganta la posibilidad de que ni tan siquiera llegue a celebrarse esa consulta al no haberse planteado todavía ningún tema para someter a consulta.
nueve meses de tramitación Los plazos legales y burocráticos que se especifican en el Reglamento Orgánico de consultas ciudadanas, que entró en vigor el pasado 6 de octubre de 2016, marcan un plazo de nueve meses desde el momento en el que se presenta la iniciativa en el Registro municipal hasta que llega la jornada de conocer la opinión popular. Fuentes municipales consultadas por este diario, confirmaron ayer que todavía no se ha presentado ninguna petición para la celebración de una consulta popular, al tiempo que remarcaron que todo aquel documento que se presente hasta mediados de marzo tiene la “garantía” de poder superar la farragosa tramitación burocrática a nivel municipal y nacional, incluso, para llegar a tiempo de ser sometida a la opinión de los vitorianos el domingo 26 de noviembre. Hay que recordar que parte de la tramitación en el plano local contempla que sea aprobada la petición de consulta por mayoría absoluta en un Pleno municipal y que, con posterioridad, también el Gobierno del Estado proceda a emitir su autorización para la celebración de la consulta.
Al abrirse la puerta a las consultas ciudadanas, la cuestión de la continuidad de la feria taurina de La Blanca emergió como cuestión de interés que podría abordarse en este novedoso método para conocer el posicionamiento de la ciudad. Sin embargo, tras quedar desierto el concurso para la celebración de los festejos este mismo año, se desinfló esta opción. A lo largo de estos meses, únicamente la formación de Irabazi ha mostrado su disposición a que un tema de actualidad como la posible ampliación del estadio de Mendizorroza pudiera pasar por el filtro de la consulta popular.
EVITAR EL FIASCO Precisamente ayer, desde Podemos se lanzó un comunicado en el que la formación morada aboga por iniciar “cuanto antes una campaña institucional y de información para que esta novedosa herramienta de participación ciudadana no sea un fracaso”. Recalca mediante un comunicado una circunstancia detectada de que, a pie de calle, “muy poca gente sabe que se ha fijado la fecha del 26 de noviembre para celebrar la consulta, y todavía son menos las personas que conocen la mecánica y requisitos del proceso”, apostillan. Reclaman desde el partido de los círculos aprovechar el “contrato de publicidad existente con los medios de comunicación, tanto de prensa como radio, con las mismas condiciones, con anuncios en la sección de local de los periódicos, a través de cuñas en franjas de máxima audiencia”, indican. “Es nuestro deber implicar a colectivos y agentes de la ciudad en la toma de decisiones de este Consistorio. No hay que relajarse pensando en que quedan nueve meses”, subraya el edil Juan Cerezuela. Recuerda también cómo en el programa Mejorando Vitoria llegaron a presentarse 203 propuestas de obras y proyectos en los que únicamente llegaron a votar un total de 2.243 personas.
Una larga tramitación. El procedimiento para llegar a la celebración de una consulta popular el 26 de noviembre es farragoso y acumula diferentes fases que estiran y alargan el proceso hasta los nueve meses. El registro para cualquier consulta que llegue con posterioridad a mediados de marzo, puede no llegar a tiempo debido al cúmulo de requisitos y fases que debe ir superando, y que llega incluso a tener que recibir la autorización y visto bueno para su celebración por parte del Gobierno de Madrid.