Vitoria - El 16 de enero, el juicio que sentó en el banquillo a tres mujeres pertenecientes al clan de los pichis por la comisión de unas presuntas amenazas contra la panadera del barrio, quedó visto para sentencia. Ayer, la juez encargada del caso hizo pública su decisión y la noticia corrió como la pólvora por Abetxuko. Las tres mujeres fueron condenadas por un delito de amenazas leves y obligadas a abonar una multa de 30 días a razón de 6 euros diarios. No lo harán de manera solidaria, es decir, que cada una de ellas deberá pagar al estado una sanción de 180 euros.
La sentencia, que se difundió ayer por la mañana, establece, además, que si no hacen frente a los pagos, se contempla una pena de privación de libertad a razón de un día de prisión por cada dos cuotas diarias no satisfechas.
La víctima de aquellas amenazas cometidas el pasado verano, Sandra, se mostró ayer “muy satisfecha” por la decisión judicial y, a pesar de que el dinero que han de pagar estas tres jóvenes no se empleará como indemnización sino que será abonado en concepto de multa, no ocultaba su alegría por haber ganado el juicio. “De esta manera se confirma lo que son estas personas”, señaló.
Los hechos enjuiciados se remontan a una noche del pasado verano, poco después de que los Manzanares Cortés ocuparan ilegalmente una vivienda en el barrio de Abetxuko, delito por el cual también han sido procesados y condenados al pago de una multa. La denunciante, Sandra, exempleada de una franquicia de La Vitoriana en la zona, recordó durante la vista lo que sucedió cuando un grupo de tres mujeres acompañadas de tres menores se presentaron en la panadería en la que trabajaba.
Eran las 21.00 horas, por lo que una de las puertas del local estaba ya cerrada. El grupo entró en la tienda a través del único acceso que permanecía abierto y, según explicó, todos empezaron a coger artículos de las estanterías, lo que después de toda la jornada de trabajo empezó a confundirla. Al cabo de un rato, una de las niñas se le acercó y le dijo que le cobrara dos cocacolas, para lo cual puso 40 céntimos de euro sobre el mostrador. La dependienta le dijo que era suficiente, mientras que el resto de las mujeres seguía consultando productos por todo el establecimiento. Sandra se vio superada por la situación y les pidió que salieran del local. Cuando lo hicieron, comenzó el enfrentamiento. Sandra recordó que, ya en la calle, le insultaron a gritos, llamándole “hija de puta”. También le amenazaron. “Dijeron que no sabía quiénes eran ellas, pero que ellas sí sabían dónde vivía yo y que me preparara, porque iban a ir a por mí”, expuso en aquella ocasión.
Finalmente, una mujer que asistió como testigo en el juicio se interpuso entre las partes para evitar que el asunto pasara a mayores. En su declaración, apoyó totalmente el relato realizado por Sandra. “Si no me llego a poner en medio, la agreden allí mismo”, reconoció. Los dos ertzainas que acudieron tras los hechos únicamente pudieron constatar el estado de enorme alteración que sufría la dependienta.
Aunque se juzgó a tres jóvenes, sólo una de ellas compareció el pasado enero en la vista. Lo hizo para negar los hechos y describir una escena totalmente opuesta. Declaró que cuando la niña quiso pagar las dos bebidas, la dependienta “comenzó a golpear el mostrador” y a gritarles de forma descontrolada. “Era una niña de siete años, no sabía que no podía pagara dos Coca Colas con 40 céntimos”, explicó. También desmintió que ella o sus acompañantes profirieran insultos o amenazas y se declaró inocente.
Finalmente, la juez ha dado la razón a la denunciante y la noticia ha sido recibida de forma positiva por muchos de los vecinos de Abetxuko. Sobre todo por los integrantes de la plataforma Delinkuentzia Kanpora, que continúan movilizándose para solicitar la salida de los Manzanares Cortés del barrio.
Sentencia. Ayer se dio a conocer el contenido de la sentencia del juicio por amenazas.
Condena. La resolución judicial condena a las tres acusadas y les impone una pequeña multa.
Segundo fallo. Éste es el segundo fallo condenatorio relacionado con los ‘pichis’. En el primero se les halló culpables de ocupación ilegal de una vivienda.
Pendiente. El contrato que permite a los Manzanares Cortés vivir de alquiler en Abetxuko también ha sido denunciado a la espera de que se fije fecha de juicio.