gasteiz - La Asamblea de Mujeres de Álava nació en medio de las convulsiones políticas y sociales posteriores a la dictadura franquista, un periodo de efervescencia vecinal y obrera que tuvo en la masacre del 3 de marzo de 1976 su episodio más notorio y negro. Allí, en esa multitudinaria asamblea de la iglesia de San Francisco de Zaramaga que acabó en tragedia, se encontraba por ejemplo Lourdes, una de las primeras integrantes del grupo. “En aquella lucha, hubo una agrupación de mujeres de barrio que estábamos en las reivindicaciones, en las asambleas, en las huelgas... Mujeres de los obreros, pero también muchísimas trabajadoras combativas que quisimos encaminar esa pelea hacia algo propio”, describe esta veterana activista.
Fue el germen de la Asamblea, cuyas impulsoras comenzaron a establecer alianzas con otras agrupaciones feministas del Estado y, poco a poco, a hacerse fuertes también a nivel local, aunque no sin dificultades. “Estábamos con muchísimas ganas de tener una lucha nuestra, porque estábamos totalmente anuladas. Cuando te casabas, tenías que meterte en casita, y no podías tener una cuenta corriente. Era una situación dramática, terrible, de valores arcaicos y de sumisión al hombre”, rememora Lourdes.
Tiempos en los que los anticonceptivos eran ilegales, al igual que el aborto, y en los que un número incontable de vecinas de Gasteiz se vieron obligadas a interrumpir clandestinamente sus embarazos con la ayuda de unos pocos ginecólogos locales, porque no todas las que querían hacerlo de forma voluntaria disponían de los recursos económicos necesarios para desplazarse en Londres.
La lucha contra la violencia machista, por la legalización del divorcio o por los derechos de las mujeres lesbianas conformaron también el grueso de luchas de un colectivo que hoy, 40 años después de su nacimiento, tiene muchas de esas viejas batallas todavía por conquistar, por no hablar de las que han ido surgiendo después. Batallas vivas para un grupo “plural, diverso e intergeneracional”, tal y como bien lo describe Eli, otra de sus integrantes más veteranas. Ella se unió a la Asamblea en el año 1999, cuando el “hilo conductor” del grupo era precisamente la lucha contra la violencia de género.
Porque con el tiempo, han sido muchas más las mujeres que han querido aportar su granito de arena a la causa. Es el caso de Maitane, la integrante más joven del grupo, que cuenta a día de hoy con una quincena de integrantes activas. “Dejé otra asociación que no cumplía mis expectativas en materia de feminismo, pensé que éste iba a ser mi espacio, y así hasta ahora, desde mayo”, remarca. O como Verónica, natural de Soria y “recién aterrizada” en Gasteiz, que “siempre” ha estado involucrada en la pelea por la igualdad de derechos entre mujeres y hombres. “No entiendo la vida sin feminismo. Cuando llegué aquí me faltaba algo, y decidió unirme a la Asamblea”, asegura Verónica, consciente de que “parece que se han conseguido muchas cosas con el tiempo, pero las peleas siguen ahí”.
Peleas como las que también viene librando desde hace muchos años Paca, otra de sus veteranas. “Yo venía de Emakume Internazionalistak y decidimos importar aquí toda la labor que realizábamos fuera en favor de los derechos de la mujer”, recuerda. Una de las labores más activas en las que ha tomado parte estos años ha sido la de impartir talleres de prevención de la violencia machista en colegios de la ciudad. Sara, que se incorporó a la Asamblea hace alrededor de un lustro, sintetiza muy bien la razón de ser que todavía hoy tiene la agrupación. “Yo pensaba que la igualdad era un hecho consumado, pero en tu entorno más cercano ves constantemente que eso es un espejismo. Asi que la militancia me vino tarde, pero fue por una toma de conciencia”, relata.
Historia. La Asamblea de Mujeres de Álava nació hace 40 años, en medio de las convulsiones políticas y sociales posteriores a la dictadura franquista. Un grupo de mujeres “combativas”, parejas de obreros y también trabajadoras, decidieron emprender una lucha propia para conquistar los derechos arrebatados. Una exposición en la taberna Hala Bedi recorre estos días esa historia.
Algunas batallas. La legalización del aborto, de los anticonceptivos y del divorcio, la sexualidad libre y la lucha contra la violencia machista han conformado durante estos años la razón de ser del grupo. Batallas que, en muchos casos, permanecen aún a día de hoy pendientes de conquistar.
Una de las fundadoras de la Asamblea recuerda los primeros pasos de la agrupación.
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Integrantes activas tiene en la actualidad la Asamblea de Mujeres de Álava, aunque el número fluctúa constantemente.