vitoria - Los junteros de Podemos que se han rebelado contra el partido mantendrán mañana su decisión inicial de votar en contra de los Presupuestos forales, en lugar de abstenerse como marca la dirección de la formación morada. La reunión interna del grupo juntero, celebrada ayer por la tarde, sólo sirvió para certificar la división entre ambas partes, especialmente después de que unas horas antes, por la mañana, los díscolos dejaran clara su posición al votar en contra de las cuentas en el trámite previo que el documento debía pasar en la comisión de Hacienda. Allí, Javier Bizarro, del grupo de los rebeldes, votó en contra, mientras Asela Ortiz de Murua, del sector oficialista, se abstuvo. El resultado fue que el voto oficial de Podemos en la citada comisión fue declarado nulo por la mesa.
Ante esta tesitura, la reunión prevista para la tarde, brevísima, no hizo sino evidenciar la ruptura. De hecho, en el momento de la reunión en el que unos y otros iban a debatir sobre el sentido del voto en el Pleno de mañana, las dos junteras fieles al partido -la tercera, la portavoz Arantxa Abecia, no pudo acudir al encontrarse en una tertulia radiofónica- se levantaron de la mesa y salieron de la sala.
Por su parte, los cuatro junteros díscolos -la quinta, Mari Cruz Polaina, continúa de baja- firmaron un acta con su decisión de votar no a las cuentas plasmando negro sobre blanco que, en su opinión, las que se van a saltar el reglamento interno del partido son ellas, pues la mayoría del grupo juntero decidió ayer que la postura oficial debía ser votar en contra.
Así las cosas, salvo que la situación sufra un nuevo, aunque improbable, giro de guión y los junteros que han declarado la guerra a su partido cambien a última hora de opinión, Podemos continuará con la hoja de ruta marcada abriéndoles expediente por su indisciplina, lo que unido a las sanciones previas por problemas internos de conducta o incluso, como en el caso de Koldo Martín, desajustes en el cobro de dietas, les llevará a enfilar el camino directo hacia su expulsión.
A partir de ahora, como adelantó este periódico, el siguiente paso llegará la semana que viene, el día 29, cuando los cinco miembros del comité de garantías se reunirán para dirimir los expedientes de los junteros y tomar una decisión definitiva sobre su expulsión.
24 enmiendas Mientras tanto, tras dos jornadas de debate y votación de las enmiendas parciales a los Presupuestos forales de 2017, Podemos ha introducido finalmente 24 enmiendas -algunas compartidas con EH Bildu- a cambio de la abstención a las cuentas. Cuatro de ellas, relacionadas con el área de Bienestar Social, fueron además aprobadas por unanimidad. Más de dos decenas de partidas que rondan el millón de euros y que han llevado a levantarse en armas a los cinco junteros que, desde hace meses, mantienen un enfrentamiento directo con las tres procuradoras que cuentan con el aval de la dirección del partido.
Lejos de solucionarse, la tensión ha ido incrementándose día tras día, con el grupo de rebeldes cargando contra la legitimidad del comité de garantías que juzgará su caso, al que acusan de estar formado por personas afines a la dirección. Además, hace unos días ponían sobre la mesa un documento firmado por una veintena de cargos vascos inscritos en la formación morada que daban su apoyo a los díscolos y pedían la dimisión de Lander Martínez, secretario de organización de Podemos Euskadi. Un documento que también contaba con la rúbrica de los cinco protagonistas.
El pasado martes, el responsable de Política de Podemos en el País Vasco, Eduardo Maura, negaba que exista “un conflicto político” o un problema de “democracia interna” en el grupo juntero, acusando a los rebeldes de no hacer su trabajo y de “insultar a la inteligencia de la militancia” con su actitud.