celestino Díez, miembro de la sociedad filatélico-numismática Armuru de Amurrio, se muestra orgulloso al enseñar los paneles de la colección. “Dudo de que sea la colección filatélica dedicada a la micología de mayor valor económico que existe, porque sé de la existencia de matasellos de 500 euros, pero la más extensa en hojas seguro que sí, y eso que sólo he traído la mitad por falta de espacio”, señala.

Díez muestra a su interlocutor los nada menos que nueve metros cuadrados de paneles expositivos, plagados de sellos, sobres, postales y matasellos relacionados con el siempre fascinante mundo de las setas, con los que ha colaborado este año en la muestra de sellos y monedas que organiza esta asociación desde 1978 en La Casona de su pueblo. Cientos de folios elaborados a mano en los que ofrece una descripción, desde el punto de vista filatélico, de los naturalistas, micólogos y científicos que han estudiado el mundo de los hongos, así como de las propias setas, su nombre “científico, en euskera y corriente”, sus partes, familias, valor culinario o toxicidad, e incluso su uso en medicina -“la penicilina es un hongo”, aclara - o su aparición en cuentos infantiles.

Un trabajo de muchas horas que Celestino estima en año y medio y cuya segunda parte mostrará en la exposición de 2017. Con todo, no es el único atractivo de esta exposición inaugurada el pasado día 19. Y es que el pasado martes comenzó a funcionar la estafeta de correos que los de Armuru recuperaron en 2015, tras tres años de ausencia, y con la que han ido dando a conocer desde 2005 los catorce cuadros del vía crucisque pintó al óleo en 1924 para la iglesia Santa María el pintor bilbaíno Juan de Aranoa. “Este año hemos hecho dos, los que versan sobre la novena y décima estación, por lo que ya solo nos quedan otros cuatro”, explica Díez, que atesora como oro en paño no solo estos matasellos oficiales, sino también una de las cien series de quince sellos autoadhesivos y de curso legal para cartas de hasta veinte gramos, que editó Armuru en 2007, reproduciendo no sólo los cuadros, sino también una imagen de la iglesia que los alberga. La muestra que albergará La Casona hasta el 3 de diciembre ha logrado concitar el trabajo de 22 coleccionistas, de los que la mayoría son numismáticos.

De hecho, junto a la obra de micología filatélica de Díez se pueden observar otra veintena larga de colecciones de monedas y billetes de todas las épocas y de los rincones más remotos, desde la Roma antigua al Japón actual, pasando por euros conmemorativos de la República de San Marino, hasta fichas de casinos o chapas de cooperativas vascas.

“El coleccionismo de monedas está al alcance de cualquiera. Claro que hay colecciones que sólo se logran con poder adquisitivo, como la de los 500 años de numismática con reales desde los Reyes Católicos a los euros de nuestros días, pero también las hay curiosas a más no poder, para las que solo hace falta dedicación y creatividad”, aseguran desde Armuru en relación a colecciones temáticas, sobre todo de socios jóvenes, que están integradas por monedas que sueltas no tienen gran valor, pero que juntas resultan muy llamativas en torno a mil cosas como deportes o animales en monedas de todo el mundo.

Asimismo, tampoco falta un apartado de notafilia, la parte de la numismática que se dedica al estudio, investigación, coleccionismo y difusión de los billetes, vales, cédulas, cheques, lotería y papel moneda en general, y de la que este año se pueden ver billetes españoles que circularon durante la II República.