Vitoria - ¿Tienes tiempo y quieres aprovecharlo? Comparte tu tiempo, ayuda a los demás enseñando tus conocimientos y habilidades, y podrás beneficiarte también de las capacidades que ellos tienen. Bajo esta filosofía de intercambio gratuito de saberes, la asociación de vecinos de Txagorritxu pone en marcha un novedosos programa de banco del tiempo, pero no un banco del tiempo al uso, de truque gratuito entre dos personas, ya que el intercambio no es de tú a tú, sino comunitario, de barrio, de ti a todos los demás vecinos interesados en aprender, es decir, abierto a la ciudadanía e, incluso, a residentes de otros distritos de Vitoria, explica a DNA Jon Ander Resa, portavoz del colectivo Etxegorri. Se trata de una iniciativa que presentarán al barrio el 2 de diciembre con la idea de que empiece a funcionar de enero a junio, más o menos coincidiendo con el curso escolar, y con una periodicidad de una o dos veces al mes, en función de la oferta y demanda existente.

Este banco del tiempo libre, como la asociación vecinal lo denomina, consiste básicamente en cerrar un listado de personas voluntarias interesadas en enseñar de forma altruista sus conocimientos y habilidades a los demás en temas que consideren que pueden ser enriquecedores para la población. Estos cursos, talleres, charlas o clases se impartirán en los locales que Etxegorri utiliza como sede en Gazalbide. De momento ya tienen cerradas un puñado de actividades a impartir por gente del barrio para echar andar. Pero el objetivo es ir más allá y captar a más personas para que, poco a poco, el barrio se vaya animando a medida que se desarrollan los encuentros, para así poder encadenar unos saberes con otros. A día de hoy ya cuentan con vecinos dispuestos a mostrar a los demás sus conocimientos sobre, por ejemplo, primeros auxilios en reanimación cardiopulmonar, cómo elaborar de forma adecuada la declaración de la renta, arreglar un pinchazo de la bicicleta o cualquier avería sencilla, y organizar una interesante jornada de montaña por Álava gracias a un experto que atesora una completa guía de rutas para adentrarse en los montes del territorio. Incluso hay un vecino que se ha ofrecido ya a dar clases de ortografía y gramática. “En el barrio hay un montón de gente que sabe de muchas cosas, pero que a día de hoy no aporta nada a los demás, y pensamos que mediante esta iniciativa, podrá hacerlo. Puede resultar interesante”, explica el portavoz de Etxegorri.

Sabe Resa que, quizá, lo más difícil es ser consciente de que uno mismo puede ayudar con sus conocimientos a los demás, ya que muchas veces, “ni nosotros mismos valoramos lo que sabemos y mucho menos nos damos cuenta de que puede interesar a otros”, admite. Un ejemplo, “hay una persona que conoce el lenguaje de signos y es capaz de comunicarse con personas sordas que puede enseñar a otros cómo hacerlo en un curso básico”, explica. De ahí, el llamamiento que la asociación realiza para que el barrio acuda el 2 de diciembre a la primera reunión sobre el banco del tiempo libre en la que detallarán en qué consiste el programa y los pasos a seguir. “Una vez que veamos la respuesta de los vecinos y, en función de las ideas y propuestas que surjan, comenzaremos a cerrar un listado de actividades y a priorizar aquellas aportaciones que puedan interesar más a los vecinos y que resulten más sencillas de organizar porque otras no se podrán llevar a cabo de un día para otro sino que requerirán un nivel más alto de organización”, sostiene el portavoz de Etxegorri.

Ni qué decir tiene que con la puesta en marcha de esta iniciativa, la asociación busca, además de este intercambio altruista de conocimientos, establecer lazos de vecindad y dar vida a Tagorritxu. En definitiva: hacer barrio. Y es que, desde el colectivo vecinal, consideran que desde que el Europa cerró sus puertas como centro cívico, faltan locales de reunión en el barrio. A pesar de que los vecinos tienen cubierta la parte deportiva de entretenimiento con las instalaciones del polideportivo de San Andrés, cuando se trata de otras actividades de ocio más culturales o participativas tienen que trasladarse fuera del barrio al centro cívico de El Pilar. Esta dispersión es lo que Etxegorri busca corregir con el banco del tiempo libre: reunir a los residentes de Txagorritxu dentro del barrio.

Para ello, nada mejor que un banco del tiempo, un sistema de intercambio de servicios por tiempo, donde la unidad de trueque no es el dinero sino una medida de tiempo que uno pone a disposición de los demás.

¿Qué es? No se trata de un banco del tiempo al uso entre dos personas sino comunitario, de barrio, con el fin de que una persona ofrezca sus conocimientos a los demás, a toda la comunidad.

¿Cuándo? La asociación de vecinos Etxegorri tiene previsto poner en marcha la iniciativa de enero a junio de 2017. Antes, el 2 de diciembre detallará al barrio en qué consiste.

¿Por qué? Porque consideran que hay vecinos de Txagorritxu que saben de muchas cosas y que con sus conocimientos pueden aportar a los demás. Más allá de este intercambio altruista de saberes, el objetivo del programa es fijar puntos de encuentro entre los vecinos para dar vida al barrio de Txagorritxu.

¿Cómo? El primer paso será cerrar un listado de voluntarios dispuesto a enseñar sus conocimientos y habilidades a los demás. Poco a poco, esperan que se animen más personas para continuar la cadena.

El portavoz de Etxegorri explica que ya tienen ideas cerradas para echar a andar. Por ejemplo: voluntarios que enseñen a elaborar de forma correcta la declaración de la renta, arreglar una sencilla avería en la bici, primeros auxilios en reanimación cardiovascular, rutas de montaña por Álava, etc.