En los pueblos o ciudades puede haber edificaciones fuera de ordenación porque se trata de construcciones antiguas o que no se tuvieron en cuenta por la razón que sea a la hora de planificar las normas urbanísticas. Pero en Salinillas de Buradón, el edificio que quedaba fuera de esa planificación era el del propio concejo, que además no contaba con ningún procedimiento de protección, como se ha comprobado al tratar de realizar unas obras. Ante ello se ha decidido subsanar esa carencia iniciando el proceso de regularización de ese edificio que se encuentra muy cerca de la muralla de la villa.

Según el Plan Especial de Reforma Interior (PERI) de Salinillas de Buradón, el bloque afectado está catalogado como Edificio del antiguo Ayuntamiento de la villa o Edificio del concejo, y fue construido en 1914 en un lateral de la plaza del Palacio, quedando catalogado como Sin protección. Fuera de ordenación y, por lo tanto, susceptible de ser demolido sin problemas.

Según se expone en el documento ambiental estratégico y en el documento urbanístico que ha presentado ante la Diputación Foral de Álava el Ayuntamiento de Labastida -al que pertenece administrativamente Salinillas de Buradón-, “tal catalogación, la demolición del edificio, no responde a las necesidades reales del pueblo y no tiene una base sólida desde el punto de vista arquitectónico”. El edificio se estima que se encuentra en un lugar adecuado dentro de la plaza principal de la localidad, que está totalmente aceptado por la población y que protege de los vientos dominantes en una plaza que sin esa construcción quedaría muy expuesta en los días de climatología adversa.

Se propone por tanto la protección del edificio, aunque demoliendo un añadido para las cocinas que hay en un lateral y que no es originario del caserón, recuperando la vista entre éste y la fachada del palacio. Aprovechando esa obra se plantea además recuperar la zona de la plaza enfrentada al palacio mediante la reimplantación de la bolera, de forma que dé fachada a la plaza y se cierre el espacio de la misma en sus cuatro caras. Y, por último, se quiere crear una escultura para homenajear a las distintas generaciones de la villa y colocarla en la zona eliminada del añadido del palacio.

En esta primera fase del proceso, en el que se elabora el informe ambiental estratégico, se han solicitado informes a diferentes servicios e instituciones y entre los más destacables sobresale el del Servicio de Museos y Arqueología de la Diputación Foral de Álava, que señala en su texto que la protección, tal como está el edificio, no tiene incidencia arqueológica, pero se advierte que sería necesaria la excavación arqueológica previa del solar, puesto que la Junta Administrativa tiene intenciones de construir un sótano, y por ello debe garantizarse la no afección a la muralla.

Además de la obra del sótano, la intención de la Junta Administrativa es colocar una pasarela adosada a la muralla y el Servicio de Museos y Arqueología opina que no existe justificación histórica que avale la instalación de dicho elemento, puesto que el paseo de ronda se documenta en la muralla de Salinillas de Buradón sobre su adarve y no como un elemento volado a media altura, a modo de cadalso, como propone el proyecto de obra.

En cuanto al impacto paisajístico, se recuerda que el pueblo de Salinillas de Buradón no se encuentra incluido dentro de ninguno de los paisajes calificados como Paisajes singulares y/o sobresalientes del territorio histórico de Álava. Sin embargo se localiza muy cerca de la denominada Sierra de Toloño. En todo caso el mantenimiento del edificio del concejo y por tanto, la no apertura de la plaza del Palacio hacia el oeste, no significará un impacto negativo dado que la vista desde la plaza hacia dicho edificio se dirige hacia las canteras de ofita de San Felices (Haro) y en todo caso dicho paisaje es perceptible desde la trasera del edificio. En el documento urbanístico y en el ambiental que presenta el promotor se defiende la solución propuesta de mantener el edificio y añade que la demolición de su añadido lateral significará una clara mejora.

Por lo tanto, a partir de ahora cualquier actuación en el edificio habrá de consultarse a los órganos administrativos competentes en materia de patrimonio histórico-arquitectónico y cultural, atendiéndose las determinaciones que al respecto establezcan esos órganos.