VITORIA - Se afilió al PP en 2001, con tan sólo veinte años. ¿Por qué entró en política, por qué tan joven y por qué precisamente en ese partido?

-Empecé en la asociación de vecinos de mi barrio, Ariznabarra, con 18 años por aquello de echar una mano. Así fue como conocí a muchos concejales y vi que me gustaba eso de poder aportar ya no sólo para el barrio sino desde una visión más amplia de Vitoria. Y por la forma de pensar y por las personas que componían entonces el PP me pareció el lugar más oportuno.

Dicen que las asociaciones vecinales están llenas de políticos frustrados. Quieren dar el salto, pero no llegan. No fue, desde luego, su caso.

-Pero yo nunca he tenido ambición política ni de ocupar ningún cargo. Lo que siempre he querido es defender a Vitoria. Empecé por el barrio y acabé trabajando por la ciudad. Pero sin ninguna ambición, en serio.

Y sin embargo tan sólo dos años después ya era presidenta de las Nuevas Generaciones de Álava.

-Las circunstancias me llevaron a asumir ese puesto, pero lo importante era seguir trabajando por Vitoria.

¿Qué opina de esa frase atribuida a Winston Churchill que dice que quien de joven no es de izquierdas es que no tiene corazón?

-Lo que opino es que no creo mucho en lo de las izquierdas y las derechas. Creo que la política está para ser útil y se puede ser útil desde muchos puntos de vista diferentes. Javier Maroto, por ejemplo, consiguió ser referente y recabar apoyos de gente muy diferente, votantes que habitualmente apostaban por otros partidos y, sin embargo, vieron en él una persona que defendía los intereses de la ciudad al margen de otras cuestiones.

Entonces, la casilla de posicionamiento ideológico en blanco.

-No. Pone Vitoria. Esa es mi ideología. Trabajar por esta ciudad.

Y si de algo puede presumir es de experiencia municipal. En 2007 entró en el Ayuntamiento y aquí sigue nueve años después.

-La verdad es que han sido unos cuantos años de experiencia, desde la oposición y en el gobierno. Pero de lo que más he aprendido y de quien más he aprendido es de Javier Maroto. Todo este recorrido lo he hecho con él. Creo que he aprendido a ver lo que realmente tiene que ser la política.

Y tiene que ser...

-Útil. Y para poner Vitoria por encima de todo. Hecha por personas que hablen claro y antepongan los intereses de la ciudad a los del partido. Eso lo he aprendido de Javier Maroto y el equipo que aquí sigue lo está haciendo. Y no sólo hay que esperar a que la gente te diga algo. Hay que tener iniciativa e ir tú donde la gente. Preguntar y escuchar a la ciudadanía.

Pues los demás partidos, el gobierno especialmente, tienen claro que están enconados en el no.

-Para nada lo estamos. Defender Vitoria es decir sí cuando creemos que los proyectos son buenos y no cuando son perjudiciales. Y eso es lo que continuamos haciendo.

¿Cómo es vivir sin la desesperación juvenil de echar currículos y no obtener respuesta, de verse en la calle de un día para otro o no poder independizarse? Se lo pregunto porque se le ha achacado no saber qué es trabajar en la empresa privada.

-Cuando me ha tocado asumir retos y han depositado en mí la confianza, siempre he querido estar a la altura de las circunstancias. He trabajado todas las horas que he tenido que meter y más y me he formado en todo lo que he podido para estar a la altura de las circunstancias. Y creo que aún tengo mucho recorrido, mucho que hacer. Y creo que no puede haber duda de mi esfuerzo y de las ganas de seguir asumiendo responsabilidades.

El partido, está claro, ha confiado en usted para asumir la portavocía. Tras 15 meses ejerciendo de azote de Urtaran por las idas y venidas de Maroto se lo tenía que esperar...

-Con lo de que Maroto iba y venía no estoy nada de acuerdo. Maroto ha estado aquí liderando el grupo y tomando las principales decisiones, como siempre ha hecho y como seguirá haciendo ahora, defendiendo Vitoria aunque desde otro lugar.

Hay gente, como bien sabrá, que no termina de ver cómo encaja eso.

-Pues es muy sencillo. Siendo diputado por la provincia de Álava va a seguir defendiendo Vitoria y Álava por encima de todo. Y yo aseguro que ha estado aquí hasta este momento. Y estoy convencida de que va a seguir presente. Y eso, que continúe presente, me da muchísima confianza.

¿Y usted se esperaba la portavocía?

-(...) Tampoco sabíamos muy bien qué iba a pasar. Ha habido mucha incertidumbre hasta el último momento.

¿Qué cree que el PP espera de usted?

-Siendo realista, tampoco me importa mucho que puede pensar de mí. Me preocupa más lo que puedan esperar o creer los ciudadanos. El reto es conseguir que toda la gente que confió en Javier Maroto pueda ver en mí un referente y pueda confiar en mí. Y yo les pido que lo hagan porque vamos a seguir haciendo lo mismo.

Menciona sin cesar a su predecesor, quien efectivamente tenía un estilo muy característico que dejó huella. ¿No desea imprimir su propio sello?

-Es que nosotros somos el equipo de Javier Maroto.

Pero él ya no está, no en el grupo municipal. Usted es la portavoz.

-Pero Javier Maroto nos fue eligiendo y nos enseñó en el día a día un modo de hacer política. Un modo que yo creo que es el mejor. Y estamos muy cómodos con esa forma. El proyecto funciona y tiene que continuar.

Y lo que parece que funciona, o a ustedes les encanta, son esos eslóganes que en estos pocos minutos han salido ya varias veces.

-Porque eso que tú dices lo demostramos con los hechos. Hablamos muy claro. Lo que decimos es porque nos lo creemos y porque lo hacemos.

Ha llamado esta semana a Gorka Urtaran “delegado del Gobierno Vasco en Vitoria”, como hacía Maroto. ¿No quiere rebajar la tensión para acercar posturas?

-Si es que el problema no es con el PNV. El problema es con Urtaran. Es el ala más radical del PNV y es el alcalde más radical de la historia de Vitoria-Gasteiz. En sus prioridades están 440.000 euros para Udalbiltza, subvenciones para los presos de ETA... En vez de cuestiones del día a día que son las que preocupan a los ciudadanos. Por otro lado, su actitud es francamente mejorable. Basta ya de insultarnos y de atacar y al día siguiente pretender que le apoyemos en diferentes propuestas y acuerdos.

Qué curioso que el PNV diga lo mismo pero al revés: que el problema, más que el PP, era Maroto.

-El actual gobierno siempre busca excusas para ocultar su incapacidad. Es incapaz de cumplir sus promesas... Y lo hemos visto con este Presupuesto, un proyecto de ingresos y gastos que están incumpliendo por completo. ¿También eso es la culpa del PP?

El PP dejó, según ellos, un desfase presupuestario de 68 millones de euros y una deuda por las nubes.

-Para agujero económico el que iban a dejar el PNV y el PSE con el BAI Center. Y fue lo primero que tuvo que solucionar Javier Maroto al llegar al Ayuntamiento. Además, en 2015 tenían toda la información económica y de capacidad de ingresos para asumir sus compromisos, los que quisieran.

¿No cree que son demasiado exigentes? El primer año de legislatura justo da tiempo a arrancar motores, ver qué hacer con el proyecto presupuestario del predecesor...

-Porque yo estuve en el gobierno de Javier Maroto desde el primer momento, puedo decir que no estoy para nada de acuerdo con esa afirmación. Un gobierno demuestra en sus primeros meses si va a ser capaz o no de gestionar la ciudad. Maroto lo demostró arrancando todos los proyectos fundamentales a los que se había comprometido en los primeros meses. Urtaran sólo sabe estar con el espejo retrovisor, mirando al pasado, dando bandazos y, eso sí, presentando los proyectos que le marcan desde el Gobierno Vasco. A punto de terminar 2016, sigue sin poner en marcha ningún proyecto al que se había comprometido conociendo la realidad económica del Ayuntamiento.

“Las calles sucias, los jardines mal cuidados y la ciudad parada”. Da igual el debate y de lo que se hable, el PP siempre repite estos mantras.

-Porque la ciudad está parada, y eso se ve en la ejecución presupuestaria y cuando la gente pasea por la calle. Y eso es muy grave. Pero es que no sólo Urtaran es incapaz de gestionar los grandes proyectos. Es que es incapaz de llevar el día a día, y dos buenos ejemplos son el estado de los jardines, que en la vida han estado así, y la limpieza, que deja mucho que desear.

¿No nos podemos creer que el estado de los jardines tiene que ver con el concepto naturalístico, aunque aplicado con errores, que ustedes planearon en el reinado green?

-No. Y la prueba está en el exconcejal Belandia, que dejó bien claro que lo que buscaban era el ahorro. Luego han querido vestirlo de otra cosa.

Las quejas por el servicio de FCC sí que vienen de años atrás.

-Pero precisamente ahora el gobierno dispone de las herramientas, planificadas anteriormente, para hacer un seguimiento. Y no está aprovechando la oportunidad. Sólo hay que escuchar a los ciudadanos. Las quejas en el buzón han aumentando exponencialmente y son los debates que se oyen en el autobús.

Hablan mucho de que Urtaran debe pedir más al Gobierno Vasco.

-Javier Maroto consiguió más de 50 millones del Gobierno Vasco siendo de diferentes partidos. Y Urtaran a día de hoy con un Gobierno Vasco del PNV todavía ha sido incapaz de materializar ninguno de esos ingresos.

Urkullu ha prometido más canon.

-Lo ha prometido, pero en la campaña el candidato por Álava prometió mucho y tras las elecciones la primera reacción ha sido que las cocheras y la solución en la rotonda de América Latina que pedía Urtaran para el proyecto del BRT no tocan.

¿Hay margen en lo que queda de legislatura para que el PP devuelva al PNV favores pasados y le facilite algún acuerdo estratégico?

-Es que esto no es una cuestión de partidos, es una cuestión de proyectos para Vitoria. Si hay proyectos buenos se apoyan. Si no, no. Pero en el día a día estamos respaldando muchas cuestiones que no son noticia, como modificaciones urbanísticas, el gran acuerdo, histórico según Urtaran, de Salburua y Zabalgana para desatascar la constitución de los centros educativos... Espero y confío en un cambio de rumbo en la gestión de Urtaran. Nos encantaría un gobierno pegado a la realidad. Por eso el PP va a llevar al Ayuntamiento los debates que importan a la ciudadanía, de la mano de la ruta social y de comercios.

¿Qué cuenta la gente en esas rutas?

-Lo que más nos dicen es que es muy difícil hablar con este gobierno, que no les recibe. También que ven la ciudad parada. La gente empieza a tener la sensación de que está pagando más por menos servicios.

Dice que las personas no se sienten escuchadas, pero ha sido en esta legislatura cuando se ha aprobado un reglamento de consultas populares, un nuevo proyecto de presupuestos participativos...

-Presupuestos participativos no son. Pero... lo que quieren los ciudadanos es poder descolgar el teléfono cuando tienen un problema, que se les escuche y atienda. Si eso no funciona, no hay participación que valga.

Sé que va a responder, pero... ¿Se ve de candidata a la Alcaldía por el PP cuando acabe la legislatura?

-Ya se verá cuando tenga que ser. Ahora no toca ni entra en mis planes. Lo importante es el día a día.

¿No sería frustrante que eligieran a otra persona, o que volviera Maroto, tras dos años y medio habiendo hecho el trabajo sucio?

-No, no. Para empezar, estar trabajando para Vitoria no es un trabajo sucio, ni muchísimo menos...

Pero precisamente en la política a veces toca mancharse.

-No cuando tienes las ideas claras y crees en lo que estás diciendo. Cuando pasa todo eso, cuando sabes qué quieres y defiendes lo mejor para la ciudadanía, entonces no hay política de barro.