Una lengua desaparece cuando se extinguen sus hablantes o cuando éstos dejan de utilizarla para expresarse en otra que, con frecuencia, está más extendida y hablada por un grupo preponderante. Este último caso es el que ocurre con el euskera, cuya lucha actual todavía pasa por dejar de estar en un segundo plano frente al predominio del castellano en no pocas zonas de Euskadi. Crear las condiciones propicias para que los vascoparlantes la sigan usando y la enseñen a sus hijos es lo mejor que se puede hacer para evitar la desaparición de una lengua, según recomienda la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia, y Cultura (Unesco). Una premisa bajo la cual el Consejo Asesor del Euskera del Gobierno Vasco decidió hacer recientemente una investigación participativa entre los jóvenes vascos de entre 12 y 14 años con el objeto de hacer esa aproximación a sus hábitos lingüísticos. Y sus resultados, reflejados en el informe Gu gazteok, no pueden ser más reveladores.

“Aunque a estos jóvenes el euskera no les es ajeno, el castellano está muy presente y predomina a menudo”, revela el documento. En especial, en su tiempo libre, donde el estudio incide en que falta por mejorar la cotidianidad lingüística de la lengua vasca. “Fuera de la escuela no se hace patente esa intensidad en favor del euskera. Deberíamos cambiar esa situación contradictoria”, concluye el informe.

Es por ello que entre las propuestas de cara al futuro realizadas por la Comisión Especial de Juventud, aprobadas de forma unánime el pasado 20 de abril, destaca la de “establecer una planificación lingüística firme para los ámbitos del deporte, la cultura y el tiempo libre”. Unos espacios que tienen mucha vida en la vida de los adolescentes y que pueden fomentar su uso más allá de la escuela. Para ello, la viceconsejería de Política Lingüística aconseja “prestar especial atención a aquellos profesionales y agentes en contacto con los jóvenes (profesores, promotores culturales, monitores de tiempo libre y deportivos....), mediante la creación de programas especiales, la oferta de formación y el fomento de la sensibilización”.

No en vano, el informe alerta de que en el deporte -la principal actividad extraescolar tanto en la práctica como convertida en la principal afición de los jóvenes- el euskera no tiene presencia. “Han sido dos los deportes identificados con él: la pelota mano y el remo”, especifica el dossier. El caso más evidente es el del fútbol, una práctica muy importante para casi todos los chicos, y cuyas referencias recogidas en esta investigación (conversaciones, expresiones o representaciones, entre otras) han sido enteramente en castellano. Lo mismo pasa con las actividades culturales. “Mientras que en la trikitixa o los bailes vascos se relacionan enteramente con el euskera, las expresiones artísticas de otros estilos se identifican más fácilmente con el castellano”, precisa Gu gazteok.

Alternancia lingüística La práctica lingüística general puede resumirse en una sola frase: el euskera y el castellano se encuentran en un continuum. Y ésa es la característica más significativa del habla de los jóvenes: la alternancia lingüística. “Pasan de un idioma a otro con mucha facilidad. Son como el mar en movimiento: cuando viene la ola del euskera, hablan en euskera y cuando viene la del castellano, hablan en esa lengua”. Tienen asimilado el salto de un idioma a otro. “Es muy evidente la tendencia a mezclar castellano y euskera en las charlas de los jóvenes. Entre amigos, casi siempre emplean ambos idiomas, lo que convierte en situación normal la práctica bilingüe”, subraya. Por ello, se puede afirmar que los jóvenes son bilingües en una sociedad que vive principalmente en castellano. “Forman la generación puente, puesto que han nacido, han crecido y viven entre dos realidades sociolingüísticas. Entre ellos predomina la mezcla de idiomas”, resume la investigación. Se puede decir que el lenguaje de los jóvenes es así y que para ellos hablar “normal” supone mezclar euskera y castellano, ya que les confiere mayor grado de informalidad.

Y es aquí donde aparecen las diferencias. Por un lado, de acuerdo con los discursos de los jóvenes con mayor tendencia a hablar en euskera, tal y como refleja Gu gazteok, éste goza de “prestigio limitado”. “Mencionan que, además de que hablar en castellano es más guay, en ocasiones han hecho el ridículo por utilizar el euskera. Por otro lado parece que, en general, están bastante de acuerdo con que las chicas utilizan más el euskera que los chicos”, zanja el informe.

No obstante, es en esta franja de edad donde se hallan las proporciones “nítidamente mayores” de vascohablantes. “El euskera ha pasado de ser el idioma de los mayores a ser el de niños y jóvenes”, dice la primera de las conclusiones obtenidas en el informe Gu gazteok. Como es evidente, durante las últimas décadas el idioma ha sufrido un enorme cambio, de manera, que como añade dicho estudio, “si tuviéramos que asociar el euskera a una edad, hoy por hoy lo asociaríamos con la infancia y la juventud”.

Se ha creado, por tanto, una nueva generación de nuevos hablantes, los cuales han aprendido euskera “y se han socializado con la cultura del euskera”. La escuela es el lugar exacto que señala el documento como el lugar de donde se ha potenciado la lengua vasca. “La mejora social del euskera se ha originado a través de las normas y, en el caso de los niños y jóvenes, la norma la han establecido los centros educativos”, dice, en concreto, Gu gazteok. Los colegios son los que, principalmente, han cumplido la disciplina del idioma en una sociedad castellanohablante. Es por ello que otra de las propuestas pasa por “preservar la labor de la escuela, ya que la mayoría de los jóvenes adquieren el euskera en ella. Se debe seguir trabajando para reforzar la competencia lingüística, puesto que, sin competencia, difícilmente podrá emplearse un idioma. Y debería impulsarse la oralidad”.

La viceconsejería de Política Lingüística también se plantea ampliar y fortalecer los recursos (música, medios audiovisuales...) para “ofrecer las vías para que los jóvenes empleen el euskera aprendido”.