vitoria - Una llamada telefónica alerta al usuario de la peligrosa situación que padece su ordenador. Está gravemente infectado por virus. Al otro lado de la línea, un presunto técnico de Microsoft masculla un castellano semi inteligible, con giros que evocan a Latinoamérica, mezclado con un inglés bastante más aceptable. Llama al teléfono fijo de la vivienda y asegura estar muy preocupado por la salud digital de nuestra computadora. Sostiene que están recibiendo mensajes de alerta enviados desde el ordenador sobre la presencia masiva de virus en nuestro sistema. Troyanos, para más señas. Pero... Un momento. ¿Cómo puede acceder Microsoft al contenido de nuestro equipo? Es más, ¿desde cuándo le ha importado a Microsoft el estado de nuestros terminales? ¿Han cambiado radicalmente de filosofía o se trata de un timo? La respuesta a la última pregunta es que se trata, como era de prever, de una estafa. Un timo que ya ha llegado a Vitoria y en el que se repiten una y otra vez los mismos esquemas. A pesar de lo que pudiera creerse, la trampa telefónica tiene más éxito de lo esperado. Sobre todo entre las personas mayores que, a pesar de disponer de un ordenador, no están demasiado familiarizadas con sus aspectos más técnicos.
Las llamadas se reciben, invariablemente, en teléfonos fijos. Nada de móviles. Al parecer, se realizan desde un call center ubicado en la India y llaman al azar a diferentes números de España aprovechando que algunos de los integrantes de esta red de estafadores parecen haber adquirido nociones sobre el idioma en América. Si reciben llamadas de números desconocidos, del 5021, o que comiencen por el prefijo 0052, en principio desconfíen.
Lanzan el cebo al tuntún. El comunicante asegura, medio en inglés medio en español, pertenecer al servicio técnico de Microsoft. Afirma estar recibiendo alertas emitidas por nuestro ordenador en relación a un mal funcionamiento de Windows. Habla de virus, de troyanos y genera en el interlocutor sensaciones de inquietud y de urgencia. Le pide que encienda el equipo si es que está apagado -¿cómo puede un ordenador apagado lanzar mensajes de alerta?- e insta a realizar diversos procedimientos, entre los que incluye la introducción de una serie de códigos. La idea, al parecer, consiste en lograr el control remoto del equipo para, así, obtener todo tipo de claves. Contraseñas bancarias, números de cuenta, de DNI, pasaportes... Todo lo que se haya introducido, por ejemplo, al comprar un billete de avión a través de Internet, puede encontrarse aún en el ordenador y, si dan con ello, adiós a los ahorros.
Otra opción que barajan consiste en bloquear el terminal y, previa solicitud de una cierta cantidad de dinero -suele rondar los 250 euros-, acceden a desbloquearlo. En cualquiera de las dos modalidades, el timo está servido.
Las primeras noticias que se tienen de este engaño datan de 2014, cuando miles de domicilios del sur de España comenzaron a recibir estas llamadas. A lo largo de los últimos dos años, los autores han ido ampliando su radio de acción de forma paulatina y recientemente han empezado a detectarse comunicaciones en Vitoria. Cuando los afectados contactan con la Policía, las autoridades les confirman que los estafadores trataban de introducirse en sus terminales para controlarlos a distancia.
Dado que los timadores en realidad carecen de cualquier tipo de dato, realizan las llamadas completamente a ciegas. Ni siquiera saben si en realidad hay un ordenador en el domicilio al que están llamando ni de qué tipo es. Juegan con las estadísticas y llaman a teléfonos fijos a sabiendas de que las familias que disponen de este servicio suelen también contar con Internet en casa. Desde el primer momento tratan de evaluar los conocimientos informáticos de su interlocutor y si comprueban que son escasos, le avasallan. En el caso de que la víctima entienda de ordenadores y les plantee dudas lógicas, simplemente cuelgan.