amurrio - El codirector del proyecto San Pedro 1936-1937, Josu Santamarina Otaola, estará a las 18.30 horas de hoy en el bar Nagusi de Amurrio para presentar al colectivo veterano el proyecto de arqueología de la Guerra Civil y socialización del patrimonio que ayer iniciaron en la citada cumbre. El mismo arqueólogo hará lo propio, a las 18.00 horas del sábado 29, en el gaztetxe del pueblo, ubicado en el antiguo cuartel de la Guardia Civil del barrio San José.
El caso es que un equipo interdisciplinar de 15 investigadores de la UPV, dirigido por Xuxo Ayán y los arqueólogos Josu Santamarina y Sergio Escribano, se dedican desde ayer y hasta el 7 de noviembre a llevar a cabo un trabajo integral de análisis, documentación y puesta en valor de las posiciones de guerra en la zona alavesa del monte San Pedro de Beraza. Concretamente, en el área perteneciente a las localidades de Lezama y Aloria, en Amurrio.
“Es el primer trabajo específico en el frente de la Guerra Civil que se aborda desde la UPV, por lo que San Pedro se va a convertir en un referente en el estudio de este conflicto bélico en Euskadi”, subrayó Arantza Beitia, directora de Desarrollo en el campus alavés de la Universidad del País Vasco. Ésta, el día de la presentación de las excavaciones, hizo hincapié en que el proyecto también tendrá en cuenta el enfoque de género; o lo que es lo mismo, el importante papel que jugó la mujer en esta sangrienta contienda.
Se excavarán algunos escenarios de combate como trincheras, pozos de tirador, fortines y nidos de ametralladoras. Además, esta labor de campo irá acompañada de la recogida de testimonios orales en la zona, el vaciado documental en archivos históricos y todo un programa de socialización y divulgación científicas, a través de charlas y conferencias, visitas escolares, jornadas de puertas abiertas, o recreaciones históricas de la Guerra Civil. Entre ellas, destaca la que se llevará a cabo el 6 de noviembre por la asociación Lubakikoak coincidiendo con la fiesta de San Martín de Lezama. El día anterior se hará una visita guiada enmarcada en la Zientzia Astea de Vitoria-Gasteiz, “y durante toda la excavación atenderemos gustosamente a quien se acerque a visitarnos”, apuntó Santamarina.
De hecho, el proyecto no se limitará a sacar de las entrañas de la tierra las historias, microeventos y construcciones que tuvieron lugar a lo largo de la evolución de este conflicto, sino que su fin último es “comprender mejor la Guerra Civil en Euskadi y darlo a conocer a la sociedad para educar en la paz y convivencia”, matizó Ayán, que quiso agradecer durante la presentación de este proyecto académico la implicación de las muchas instituciones que se han sumado al proyecto, porque “oficialmente este tipo de restos no se consideran patrimonio, y muchos de ellos en contra de lo que se ha hecho en otras partes de Europa están siendo desmantelados”, argumentó. En San Pedro aún se está a tiempo de intervenir, a escasos siete meses de que se cumpla el 80 aniversario de su toma por parte del bando franquista, y eso es algo que se debe agradecer al trabajo realizado de forma voluntaria por la Asociación Etnográfica Aztarna, cuyo presidente, Ramón Zurimendi, también estuvo en el acto de presentación del proyecto llevado a cabo hace escasos días.
“Hace ya dos años que empezamos a movernos para lograr subvenciones y hoy por fin podemos contar que lo hemos logrado. San Pedro pudo no ser estratégico en el devenir global de la guerra, pero sí acogió una batalla que fue una auténtica carnicería cayeron 280 soldados republicanos y 210 del bando rebelde y que ayudó a ralentizar el avance franquista; eso sin olvidar su potencial como paisaje bélico”, subrayó Zurimendi. Y es que la posición del monte San Pedro, en la convergencia entre Amurrio y Orduña, fue un frente más o menos secundario en 1936, hasta que durante la Batalla de Villarreal (diciembre de 1936), la única ofensiva vasca republicana en todo el conflicto, se convirtió en objeto de fuertes combates.
Confrontación de dos visiones La confrontación entre dos visiones ideológicas frontalmente opuestas se materializó allí: milicianos anarquistas del Batallón Bakunin (CNT), junto a otras fuerzas republicanas, arrebataron la cumbre a los requetés. En pocos días se registraron decenas de bajas por ambos bandos. Posteriormente, el frente se mantuvo estable durante meses, siempre con el monte San Pedro bajo control republicano, hasta que en mayo de 1937, en plena ofensiva franquista sobre Bizkaia, los modernos medios aéreos y mecanizados alemanes (Legión Cóndor) e italianos (Corpo Truppe Volontarie) destruyeron toda resistencia antifascista. Poco después sería el fin del frente vasco.