amurrio - Un equipo interdisciplinar de 15 investigadores de la UPV, dirigido por Xuxo Ayán y los arqueólogos Josu Santamarina y Sergio Escribano, se va a dedicar entre los días 24 de octubre y 7 de noviembre a llevar a cabo un trabajo integral de análisis, documentación y puesta en valor de las posiciones de guerra en la zona alavesa del monte San Pedro de Beraza. Concretamente, en el área perteneciente a las localidades de Lezama y Aloria, en Amurrio, “ya que la vizcaína, circunscrita a Orduña, se abordará en una fase posterior”, según avanzó ayer la alcaldesa de Amurrio, Josune Irabien, en la presentación de este pionero proyecto de arqueología de la Guerra Civil y socialización del patrimonio, que tuvo lugar en el salón de plenos del Ayuntamiento.
No en vano, “es el primer trabajo específico en el frente de la Guerra Civil que se aborda desde la UPV, por lo que a partir de la semana próxima San Pedro se va a convertir en un referente en el estudio de este conflicto bélico en Euskadi”, subrayó Arantza Beitia, directora de desarrollo en el campus alavés de la Universidad del País Vasco, al tiempo que hizo hincapié en que el proyecto también tendrá en cuenta el enfoque de género; o lo que es lo mismo, el importante papel que jugó la mujer en esta sangrienta contienda.
Se excavarán algunos escenarios de combate como trincheras, pozos de tirador, fortines y nidos de ametralladoras. Además, esta labor de campo irá acompañada de la recogida de testimonios orales en la zona, el vaciado documental en archivos históricos y todo un programa de socialización y divulgación científicas, a través de charlas y conferencias, visitas escolares, jornadas de puertas abiertas, o recreaciones históricas de la Guerra Civil, “como la que llevará a cabo el 6 de noviembre la asociación Lubakikoak coincidiendo con la fiesta de San Martín de Lezama. El día anterior se hará una visita guiada enmarcada en la Zientzia Astea de Vitoria-Gasteiz, y durante toda la excavación atenderemos gustosamente a quien se acerque a visitarnos”, apuntó Santamarina.
De hecho, el proyecto no se limitará a sacar de las entrañas de la tierra las historias, microeventos y construcciones que tuvieron lugar a lo largo de la evolución de este conflicto, sino que su fin último es “comprender mejor la Guerra Civil en Euskadi y darlo a conocer a la sociedad para educar en la paz y convivencia”, matizó Ayán, que quiso agradecer la implicación de las muchas instituciones que se han sumado al proyecto, porque “oficialmente este tipo de restos no se consideran patrimonio, y muchos de ellos -en contra de lo que se ha hecho en otras partes de Europa- están siendo desmantelados”, argumentó.
En San Pedro aún se está a tiempo de intervenir, a escasos siete meses de que se cumpla el 80 aniversario de su toma por parte del bando franquista, y eso es algo que se debe agradecer a todo el trabajo realizado, de forma voluntaria, por la Asociación Etnográfica Aztarna de Amurrio, cuyo presidente, Ramón Zurimendi, también estuvo ayer en el acto de presentación del proyecto. “Hace ya dos años que empezamos a movernos para lograr subvenciones y hoy por fin podemos contar que lo hemos logrado. San Pedro pudo no ser estratégico en el devenir global de la guerra, pero sí acogió una batalla que fue una auténtica carnicería -cayeron 280 soldados republicanos y 210 del bando rebelde- y que ayudó a ralentizar el avance franquista; eso sin olvidar su potencial como paisaje bélico”, subrayó Zurimendi.
Y es que la posición del monte San Pedro, en la convergencia entre Amurrio y Orduña, fue un frente más o menos secundario en 1936, hasta que durante la Batalla de Villarreal (diciembre de 1936), la única ofensiva vasca republicana en todo el conflicto, se convirtió en objeto de fuertes combates. La confrontación entre dos visiones ideológicas frontalmente opuestas se materializó allí: milicianos anarquistas del Batallón Bakunin (CNT), junto a otras fuerzas republicanas, arrebataron la cumbre a los requetés del ejército de Franco. En pocos días se registraron decenas de bajas por ambos bandos. Posteriormente, el frente se mantuvo estable durante meses, siempre con el monte San Pedro bajo control republicano, hasta que en mayo de 1937, en plena ofensiva franquista sobre Bizkaia, los modernos medios aéreos y mecanizados alemanes (Legión Cóndor) e italianos (Corpo Truppe Volontarie) destruyeron toda resistencia antifascista. Poco después sería el fin del frente vasco.
Espacio vivo En este sentido, el monte San Pedro “supone un espacio vivo, no un fósil arqueológico, que ayuda a comprender mejor la Guerra Civil, no sólo en Álava, sino en el conjunto de Euskadi. Un pasado realmente traumático que está bajo tierra, que vamos a sacar a la luz para ponerlo en valor como paisaje bélico visitable. Una especie de museo histórico al aire libre, a fin de crear una cultura para la paz y la convivencia”, concluye Ayán. Precisamente por ello, se han involucrado en el proyecto desde el Ayuntamiento de Amurrio, las juntas administrativas de Lezama y Aloria, y Aztarna, hasta el Instituto de Ciencias del Patrimonio (CSIC), el Grupo de Investigación en Patrimonio Construido y el Laboratorio de Documentación Geométrica del Patrimonio de la UPV, además de la Cátedra Unesco de Paisajes Culturales y Patrimonio, la Fundación Vital, la asociación de recreación histórica Lubakikoak y el Gobierno Vasco.
Para acometer todas estas labores se cuenta, de momento, con una financiación de 12.000 euros, de los que el Ayuntamiento de Amurrio ha aportado 5.000, adjudicados a la Fundación Investigación Universidad Empresa Euskoiker, que es la responsable de la gestión económica y contable de este proyecto integral. También se ha solicitado la ayuda convocada por el Departamento de Presidencia del Gobierno Vasco para programas en materia de Paz, Convivencia y Derechos Humanos para el año 2016. “De forma oficiosa sabemos que nos ha sido concedida, y también esperamos la implicación de la Diputación Foral de Álava, porque es un déficit que tenemos con nuestro pasado”, apostilla la regidora amurrioarra.
En la ayuda solicitada a Lakua existen dos vías de financiación, la dirigida a instituciones y la que se convoca para asociaciones, a la que opta la Asociación Etnográfica local. No en vano, Aztarna conoce al dedillo la zona a intervenir, tal y como demostraron en las visitas guiadas al escenario del frente de guerra entre julio de 1936 y junio de 1937 (es decir, al triángulo formado por Uzkiano, Txibiarte y San Pedro de Beratza, en un recorrido de ocho kilómetros hasta Lezama), que organizaron en noviembre de 2009 y mayo de 2011, con una gran acogida por parte de la población. “Aquí murió muchísima gente de ambos bandos y los que no cayeron pasaron días terribles. Todavía quedan vestigios como búnkeres, parapetos de hormigón, nidos de ametralladora...”.