Pobes - Pobes vive hoy una nueva edición, la vigésimo segunda, de la Feria de la Alubia Pinta Alavesa y lo hace con novedades. De hecho, durante la jornada se dará la bienvenida al ámbito de los productos con Eusko Label a otra variedad de alubia, la arrocina, que se incorpora a la oferta de más alta calidad de Euskadi el próximo día 19.
La jornada se iniciará a las diez de la mañana con la apertura de los puestos, en los que se expondrán y venderán tanto la alubia pinta de Álava como otros productos distinguidos con el sello de calidad Euskal Baserri, como son la alubia arrocina, el garbanzo y la lenteja de Álava y el haba txiki, además de otras legumbres como el guisante seco, la soja y otras leguminosas que se están desarrollando en el sector agrario del territorio histórico. Por ejemplo, la alubia blanca redonda.
Poco después de esa hora, se inaugurará una muestra de ganado y de maquinaria, con el atractivo de que a lo largo de la mañana se celebrará un concurso popular para elegir el ejemplar más hermoso de cuantos se presentan al certamen.
Al mediodía, llegará el momento de presentar las novedades de la feria y para ello se celebrará el pregón, que irá acompañado por una degustación popular de alubia pinta alavesa. La fiesta, como de costumbre, estará amenizada y presentada por Luis Mari Bengoa. La música correrá a cargo de la fanfarre Gesaltza.
La alubia pinta de Álava ha sido siempre un cultivo doméstico al que un grupo de pioneros de la comarca de Añana se empeñó en promocionar para dotarla de una cierta notoriedad que mejorese su comercialización. Para ello, se pusieron en contacto con la Fundación Kalikatea y crearon una cooperativa, Entresierras, con la que arrancaron la iniciativa. Poco después, los cooperativistas acordaron integrarse en Garlan, una cooperativa creada en 1986 con la suma de cuatro cooperativas de primer grado a las que posteriormente se agregaron otras hasta llegar a nueve cooperativas alavesas con cuarenta y seis titulares de explotaciones agrarias y una base social de 600 agricultores.
El siguiente paso de Garlan fue la puesta en marcha de una pequeña planta envasadora en Anucita, cerca de Pobes, hasta que hace alrededor de ocho años se tuvo que realizar el traslado a Ibarra, a otra instalación más amplia para garantizar los controles de calidad. Hace tres años la mudanza fue a Ilarraza, en las inmediaciones de la capital alavesa, a una superficie industrial de 800 metros cuadrados donde se puede trabajar más cómodamente.
Por lo tanto, lo que comenzó siendo casi un cultivo doméstico ha ido creciendo con el tiempo hasta alcanzar una producción de 180 toneladas, una cantidad notable con un promedio de rendimiento por hectárea de 1.800 kilos que, según aseguran los técnicos de Garlan, “es muy rentable para los productores”. Sin embargo, por razones de estrategia empresarial, no hacen públicos los precios que perciben los agricultores.
Lo que sí que anticipan es que los precios durante la feria de Pobes se repetirán con respecto al año pasado. La bolsa de un kilo de alubia pinta de Álava costará siete euros y el medio kilo, 3,65. La otra variedad que compartirá el estrellato de la jornada, la alubia arrocina tendrá un precio de 4,20 euros. También se podrá adquirir la alubia pinta en botes de conserva ya cocidas.
características La alubia alavesa es una legumbre con unas características muy especiales. Al degustarlas se aprecia la finura de su piel y una textura mantecosa. Sus granos son pequeños, más que la típica alubia roja y el color es crema rosáceo. A la hora de investigar la procedencia de esta legumbre, según Garlan, se afirma que fueron traídas de América en el siglo XVI, después de su colonización. Otros defienden la teoría de que en la península ibérica ya se conocían las alubias. Sin embargo, tuvo que transcurrir un largo periodo de tiempo para que su cultivo fuese aceptado por el agricultor y se generalizase su consumo hasta convertirse en la legumbre básica del cocido vasco. Por lo tanto, este cultivo no tuvo una gran importancia en el País Vasco hasta finales del siglo XVIII y principios del XIX. Su cultivo aumentó de forma considerable, convirtiéndose en plato obligado en la mayoría de los hogares de Álava hasta mediados del siglo XX. A modo de ejemplo, en 1910, según datos estadísticos recogidos en aquella época, la producción total de alubias en el territorio histórico fue de cerca de 500.000 kilogramos.
En la segunda mitad de ese siglo comenzó la fuerte decadencia de la alubia, tanto en la producción como en el consumo. Ello fue debido a los cambios en los hábitos nutricionales y a la mayor variedad de alimentos que se encontraron.