Vitoria - El presidente del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Fernando Martí, comparecerá ante la Comisión de Industria, Energía y Turismo del Congreso de los Diputados dentro de dos semanas, el día 19, para, entre otras cuestiones, dar cuenta del estado en el que se encuentra la central de Garoña y el futuro de la planta burgalesa. Martí no acude al Parlamento desde 2014, por lo que aún no ha presentado los informes de actividad del CSN de los ejercicios 2014 y 2015, aunque figuran en la página de Internet del organismo.
La comisión parlamentaria reclamó ayer la presencia de Martí para que, además de exponer estos dos informes, explique otras cuestiones relativas a la seguridad nuclear. Todos los grupos apoyaron el requerimiento, incluido el portavoz del PP en la citada comisión, Guillermo Mariscal, que se mostró “totalmente de acuerdo” con las solicitudes de comparecencia de Martí, y disculpó la ausencia del responsable del CSN en la anterior legislatura porque, según aseguró, entonces “tuvo el tiempo que tuvo”.
Desde el PSOE, la diputada Pilar Lucio recordó que la Comisión de Industria, Energía y Turismo pidió la dimisión de Martí por no haber querido acudir al Congreso durante los dos últimos años, e instó al presidente del órgano de seguridad nuclear a que “cumpla con su obligación” y acuda a “dar explicaciones, “también de todas las irregularidades que se han ido conociendo” en los últimos meses. En este sentido, el diputado de Equo adscrito al grupo de Unidos Podemos, Juan Antonio López de Uralde, señaló que existen informaciones “relevantes y alarmantes” por las que Martí debe acudir cuanto antes al Congreso.
carta de los técnicos En concreto, Uralde recordó una carta emitida recientemente a la Comisión de Industria por los técnicos del CSN en la que denuncian “hechos graves” en la situación interna del órgano, además de tener conocimiento de la existencia de “dossiers secretos sobre la evaluación de la central nuclear de Garoña”. “Es necesario que estas cosas se clarifiquen”, sentenció.
En dicha misiva, los técnicos e inspectores del Consejo de Seguridad Nuclear aseguran recibir presiones de parte de los responsables del organismo, una situación que definen como una “caza de brujas”. Una denuncia a la que el propio CSN respondió asegurando que las palabras de los técnicos “pueden provocar una alarma social no justificada que socava la credibilidad del regulador”. - E.P. / Foto: José Ramón Gómez