Kuartango - Ekotarriko es el sueño convertido en realidad de una madre y de su hija, pero también de un pueblo, Kuartango, que no se resignaron a esperar a que se derrumbara el antiguo Balneario, que hoy vuelve a resurgir de sus cenizas con dos proyectos empresariales: una conservera artesanal y un complejo de sidrería y centro de interpretación. Hace más de cuatro años, un grupo de vecinos, como Eduardo Martínez de Santos y otros, crearon una asociación para tratar de recuperar el enorme complejo de edificios que estaban abandonados. La idea fue respaldada desde el principio, y en ella se implicaron completamente el entonces alcalde, Iñaki Guillerna, y el actual, Eduardo Fernández de Pinedo, que llevan desde entonces liderando la iniciativa.

Para lograrlo, se ha tenido que movilizar una enorme cantidad de gestiones, tanto con el Gobierno Vasco como con la Diputación Foral de Álava, pero sobre todo se han tenido que buscar ideas y promotores para darle un sentido a tanto trabajo.

De esta forma, en una primera fase, se cerraron dos proyectos: la instalación de una industria conservera, ecológica y centrada en los productos de cercanía del propio valle de Kuartango, y una sidrería, donde elaborar ese zumo, darlo a degustar y promocionar su cultura a través de un Centro de Interpretación de la Sidra. Para más adelante, porque el tema no está cerrado, podría llegar una escuela de carácter estatal del movimiento scout, que se ha fijado en la primera planta del complejo.

El proyecto que se encuentra más avanzado es el de Ekotarriko, la conservera, una suma de los conceptos ecológico, tarro y rico por “como dice Arguiñano: rico, rico?”, cuentan Zuriñe Vigalondo Ochoa de Chinchetru y Maitane Beltrán de Guevara Vigalondo, madre e hija respectivamente

Esta empresa es una sociedad cooperativa creada entre ambas de platos elaborados, terminados y todos a base de productos ecológicos. “Como sabemos que el mercado está muy saturado de platos elaborados con productos vegetales en las comunidades vecinas, nosotras nos hemos inclinado por los cárnicos, para dar gusto a más gente”. Para ello han contado con el resto de la familia: el marido y padre de esta familia cuenta con una explotación de bueyes ecológicos, que se llama Kortaberri; y el hijo tiene también en el valle, en Urbina-Basabe, una explotación de huerto ecológico y de pollos. Así que ni cortas ni perezosas apalabraron una colaboración para contar con los excedentes de producción, tanto los de la huerta -que son muy abundantes- como los de la carne, ya que hay canales que tienen menos salida comercial. Así nacieron sus albóndigas de buey o de ternera.

trabajo ingente La empresa está a punto de hacer su presentación formal. Pero antes, estos meses de atrás, entre marzo y junio, ha habido un ingente trabajo de limpieza e instalación. Cuando llegaron al ala que les ha cedido el Ayuntamiento para instalarse, los locales estaban llenos de trastos, sin instalaciones eléctricas adecuadas, ni de agua y residuales. Techos, suelos y paredes mostraban una historia de abandono y deterioro y los accesos eran huecos con las puertas destrozadas: todo un escenario para desistir de cualquier iniciativa. Pero no solo no se desanimaron, sino que tras lograr la financiación necesaria, en marzo se instalaron allí, excepto para dormir.

Maitane contactó con una empresa de ingeniería y Laboratorio, ella misma lo es de Interiores, y conjuntamente realizaron el diseño de necesidades, tanto de maquinaria como de instalación, seguridad, etc. Y comenzó la aventura. Madre e hija entraban allí con las primeras luces del día y tras despejar de escombros y suciedad el lugar iniciaron, ellas mismas, las instalaciones eléctricas y de agua, reformando las paredes con yeso o con alicatados, encajando maquinaria, sanitarios y hasta realizando ellas mismas los muebles, como las encimeras del cuarto de baño, la mesa del despacho de la oficina y, en los próximos días, enfoscando y pintando un precioso patio interior, desde el que se aprecia la sierra y donde se instalará un pequeño huerto ecológico de especias y muchas plantas para dar colorido.

En el mes de julio el lugar estaba para inspección y fue entonces cuando llamaron a los técnicos de Sanidad, que desde el comienzo las habían asesorado sobre todos los requisitos e instalaciones que deberían tener, y les otorgaron el registro sanitario de inmediato. Con todo en orden, el mes de agosto lo dedicaron a preparar los primeros platos.

Como infraestructuras cuentan con varias cámaras frigoríficas por productos, una completa cocina industrial para cocinar y una enorme autoclave para esterilizar los tarros de cristal, finalizar las cocciones en determinados platos y hacer el vacío para su conservación. En estos momentos disponen de un amplio stock pendiente de ser etiquetado, que está pendiente de ser impreso porque el Laboratorio está realizando los análisis de valor nutricional y otros que deben figurar en todos los tarros.

Por lo demás, ya están casi listos para ir a los mercados, Maitane ya se ha encargado de contactar con el comercio, especialmente el ecológico, tiendas gourmet y certámenes, como el Biocultura, que se celebra en Bilbao este fin de semana y no se descarta la apertura en determinadas fechas de una pequeña tienda en la propia fábrica.