Vitoria - Dicen que en política los números pesan más que las personas. Y tal vez sea cierto. Los habitantes de la zona rural de Vitoria pueden contar mil historias sobre qué supone no sumar más de 5.000 personas entre los 61 concejos que aliñan el municipio bajo la alargada sombra de la capital. El hartazgo, por ejemplo, de pedir una y mil veces obras tan elementales como el soterramiento del cableado de la luz o la ampliación de una carretera para acceder al pueblo y, año tras año, continúen pendientes mientras en el núcleo urbano se levanta por tercera vez la misma acera. Por eso, la creación al fin de un Consejo de Zona Rural, específico, donde solamente se aborden los temas que les afectan, ha despertado cierta ilusión en sus protagonistas. La idea es mantener una relación de tú a tú entre el Ayuntamiento gasteiztarra y las juntas administrativas, la que nunca había existido hasta ahora, con un contacto directo y permanente para que las demandas de los pueblos no caigan en saco roto.

Y en ese afán, el gabinete de Gorka Urtaran ya ha sacado adelante el reglamento de organización y funcionamiento para poder empezar con las reuniones en el mes de septiembre, tras la vuelta al cole. Será un órgano de carácter consultivo e informativo general de las políticas municipales en lo que afecta a los concejos. Por tanto, el Consejo podrá presentar iniciativas, sugerencias y propuestas para que los departamentos o sociedades municipales que correspondan los estudien. El Pleno del Consejo estará formado por los presidentes de cada junta administrativa del municipio, un concejal de cada grupo político del Ayuntamiento gasteiztarra y la junta directiva de la Asociación de Concejos de Vitoria (Acovi). También habrá una comisión permanente, liderada por el alcalde o el edil en quien delegue, seis representantes de las entidades locales menores elegidos por el plazo de un año, un concejal por cada partido y la Secretaría General del Consistorio.

El Pleno del Consejo de Zona Rural se reunirá en sesión ordinaria en el segundo trimestre de cada año. También celebrará un encuentro especial para ser informado y consultado sobre el proyecto de Cuentas del ejercicio de turno, participando en la definición de los criterios de inversiones y servicios en el ámbito de los concejos. La comisión permanente, por su parte, se reunirá cada tres meses de forma ordinaria y el Ayuntamiento le informará en cada uno de esos encuentros de la ejecución de aquellas partidas que afectan a la zona rural y del seguimiento de los acuerdos adoptados en citas anteriores. Además, por razones de urgencia o de conveniencia, según se dé el aso, podrán llevarse a cabo reuniones extraordinarias tanto del Pleno como de la comisión permanente, ya sea por iniciativa del presidente o de los propios pueblos.

Para la válida celebración de las sesiones, se requerirá la asistencia del presidente y secretario y de al menos un tercio de los miembros representantes de las entidades locales menores. Un quorum que se deberá mantener durante la reunión para que lo que allí se debate sea tenido en consideración. Las convocatorias deberán redactarse en euskera y en castellano, y durante el transcurso de los encuentros los asistentes podrán utilizar el idioma oficial que deseen, garantizándose la traducción simultánea.

Las sesiones del Pleno se celebrarán en la sede de los concejos, en la Casa de Juntas de Elorriaga. Las de la comisión permanente se llevarán a cabo en dependencias municipales. Prometen, todas, ser tan intensas como las quejas de quienes se sienten vecinos de segunda, con las mismas obligaciones que el resto de gasteiztarras pero menos derechos. Una queja que los habitantes de los pueblos del municipio llevan repitiéndose durante muchísimo tiempo, más cuando la ola de la crisis mundial barrió Vitoria y las partidas económicas destinadas a la zona rural se redujeron drásticamente. Han tenido que esperar, de hecho, a este año para que el Ayuntamiento retomara inversiones recortadas la pasada legislatura, especialmente dramática. Las Cuentas de 2016 han contemplado 75.000 euros para obras en los pueblos de Gasteiz, 20.000 para la mejora paisajística de las entidades locales y una subvención de 90.000 para Acovi. No obstante, son muchas las cuestiones que todavía quedan pendientes. Y de ahí la importancia de la constitución del nuevo organismo.

“La creación del Consejo de Zona Rural es una buena noticia y, además, el cumplimiento de una iniciativa que venía en nuestro programa electoral”, afirma el concejal del Servicio de Zona Rural, Iñaki Prusilla. El edil confía a pies juntillas en que el nuevo foro puesto en marcha al margen de los elkargunes y auzogunes permita “mejorar la coordinación y la relación con los concejos que conforman el municipio de Vitoria-Gasteiz”. - DNA.

Concepto. El Consejo de Zona Rural es un órgano de carácter consultivo e informativo general de las políticas municipales en lo que afecta a los concejos. Por tanto, el Consejo podrá presentar iniciativas, sugerencias y propuestas para que los departamentos o sociedades municipales que correspondan los estudien.

Composición. Por un lado está el Pleno del Consejo, formado por los presidentes de cada junta administrativa del municipio, un concejal de cada grupo político del Ayuntamiento gasteiztarra y la junta directiva de la Asociación de Concejos de Vitoria (Acovi). Por otro, habrá una comisión permanente, liderada por el alcalde o el edil en quien delegue, seis representantes de las entidades locales menores elegidos por el plazo de un año, un concejal por cada partido y la Secretaría General del Consistorio.

Funcionamiento. El Pleno del Consejo de Zona Rural se reunirá en sesión ordinaria en el segundo trimestre de cada año. También celebrará un encuentro especial para ser informado y consultado sobre el proyecto de Cuentas. La comisión permanente se reunirá cada tres meses para conocer la ejecución de aquellas partidas que afectan a los pueblos.