vitoria - La envejecida flota de Tuvisa ha empezado a reciclarse. Por ahora, con siete flamantes autobuses articulados y cuatro grúas último modelo. Eran pura necesidad, sobre todo para los trabajadores, víctimas del mal estado de los equipos. Pero, para su desgracia, parte de la buena nueva se ha convertido en un regalo envenenado. Según ha informado Podemos a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, los operarios encargados de retirar los coches mal aparcados se han visto obligados a utilizar uno de los nuevos equipos, que funciona con un sistema diferente a los antiguos y obliga a movilizar piezas de más de treinta kilos, sin haber recibido la formación necesaria para manejarlos. Un incumplimiento “flagrante” de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales que el comité de empresa de la sociedad municipal ha decidido denunciar ante Osalan e Inspección de Trabajo.
La idea inicial de Tuvisa era que las cuatro grúas adquiridas para sustituir a las anteriores, dos de ellas manuales -como las antiguas- y las dos restantes automáticas, empezaran a utilizarse “a finales de septiembre”; esto es, después de que los operarios recibieran la formación oportuna. Sin embargo, la avería de una de las viejas le hizo cambiar los planes. Según cuenta Podemos, haciéndose eco de la denuncia de los representantes sindicales, en vez de proceder a su reparación urgente o adelantar la preparación de la plantilla, la gerencia decidió sustituir ese equipo por uno de los automáticos. Y ahí es cuando han comenzado los problemas... Amén de la alegría para los conductores infractores. Como los operarios no se ven capacitados para manejarlo sin correr riesgos, debido a las diferencias que presenta respecto al anterior sistema, no está cumpliendo sus funciones.
Los carritos, nombre con el que los operarios llaman a los patines que se colocan bajo las ruedas de los coches mal estacionados para su transporte hasta el depósito, están situados tras el asiento del conductor. Se trata de una ubicación “distinta la de las grúas manuales, a priori más incómoda”. Y, además, según dice el comité, pesan más que los de los equipos manuales, “entre treinta y treinta y cinco kilos”. Así que, a falta de recibir la formación necesaria para sacarlos y colocarlos sin poner en riesgo su salud, los gruistas no los están utilizando. Y eso tiene una consecuencia clara. Sólo pueden llevarse los vehículos aparcados de forma incorrecta que no han echado el freno de mano o metido una marcha. Una casualidad demasiado remota, cuando no imposible.
Podemos tiene claro que la situación no puede seguir así, no por un asunto recaudatorio sino de condiciones laborales. “No vamos a permitir esta vulneración de los derechos de los trabajadores. La formación en el manejo seguro de las nuevas grúas viene contemplada en el artículo 19 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y hasta que los operarios no la reciban los nuevos equipos no pueden salir a la calle”, subrayó el portavoz del grupo, Jorge Hinojal. Su primer paso fue ponerse en contacto con Tuvisa para buscar una solución. Gerencia, sin embargo, se encuentra ahora mismo de vacaciones. También presidencia. Por eso, el edil ha pasado la pelota al tejado del último responsable, el gabinete de Gorka Urtaran, esté quien esté de todos sus miembros trabajando en agosto. “La seguridad de los trabajadores está por encima de los gastos económicos. Ninguna avería debe poner en riesgo la salud de nadie. O forman de manera inmediata a los gruistas o reparan el vehículo averiado. El equipo de gobierno deberá decidir ya”, subrayó Hinojal, cuya profesión es precisamente la de técnico de prevención de riesgos laborales.
También el comité va a presionar a su forma, denunciando el incumplimiento de la ley ante los dos órganos competentes para forzar al gobierno a actuar. Una batalla más por la defensa de una plantilla que ha sufrido durante años la obsolescencia de sus herramientas de trabajo. - DNA
Cocheras y vestuarios. No sólo la ciudadanía ha sufrido el envejecimiento de la flota de Tuvisa. También los trabajadores han padecido durante años las averías de los vehículos y la obsolescencia de unas cocheras y unos vestuarios situados desde hace ya medio siglo, más muertos que vivos, en Agirrelanda. La idea del equipo de gobierno, no obstante, es ir renovando vehículos de aquí a final de legislatura y buscar nuevo emplazamiento para las instalaciones de la plantilla. De momento, este año, se ha hecho con siete autobuses articulados y cuatro grúas.