Vitoria - Participar en subastas judiciales ya no es un privilegio para grupos cerrados de expertos en la materia. La Administración promueve, a través de Internet, la participación ciudadana en estos procesos organizados por los juzgados en los que se venden los bienes embargados a personas deudoras con la intención de conseguir liquidez para pagar a sus acreedores. El objetivo de este proceso, que aún se encuentra en periodo de pruebas, consiste en normalizar las ventas subastadas, asentarlas en el mundo online, y preparar el terreno para que los ciudadanos puedan adquirir, desde la comodidad de su móvil, tablet u ordenador, todo tipo de artículos a golpe de puja digital. ¿Busca una casa? ¿Un local? ¿Una finca? ¿Un microscopio Leica? ¿Una cámara frigorífica en buen estado? Un par de clics en el sitio adecuado pueden solventarle la papeleta por un módico precio.
“Pujar desde casa ya está más cerca”. El icono de información y la leyenda que le acompaña en la página www.justizia.net no dejan lugar a dudas. Los responsables de la Administración de Justicia quieren acabar con los sistemas cerrados de subastas en los que sólo participaban unos cuantos tipos bien informados. Ahora se facilita todo tipo de información sobre los trámites a seguir y los bienes que salen a subasta, divididos por partidos judiciales y filtrables por fecha.
Parte fundamental del proceso consiste en que los usuarios sepan qué bienes se van a subastar. Para ello, la web incluye un buscador de subastas que indica el tipo, la ubicación, el número de registro, las características registrales... Todos los detalles referentes a la propiedad o al artículo que se subasta. Aunque todo el procedimiento informático se encuentra aún en periodo de pruebas, ya es posible pujar online en una subasta judicial en Euskadi. El Boletín Oficial del Estado dio el pasado año luz verde a las medidas de reforma administrativa necesarias para la puesta en marcha del sistema de subastas electrónicas a través de un portal único. “El objetivo es regular el proceso de subasta online, tanto de bienes muebles como de bienes inmuebles, y el organismo encargado será la Agencia Estatal Boletín Oficial del Estado. Es decir, se puede acudir a las pujas desde casa dándose de alta en el portal”, aclaran. De momento hay muy pocos artículos, la mayoría de ellos propiedades inmobiliarias, pero está previsto que su número crezca en breve. Algunos de los elementos que se muestran en el listado acaban finalmente cayendo de las listas “porque se llega a un acuerdo de última hora antes de que salgan a subasta”, puntualizan los responsables judiciales.
Uno de los tres requisitos que se solicitan para poder participar consiste en realizar un ingreso por una cantidad mínima fijada en cada caso, equivalente al 5% del valor de salida. Por ejemplo, para una vivienda ubicada en el Casco Histórico de Vitoria y tasada en 210.000 euros, el importe a depositar es de 10.500 euros, reembolsables en el caso de que el usuario no se haga finalmente con la propiedad. Finalizada la subasta, se devuelven todas las cantidades consignadas por los postores excepto lo que corresponda al ganador de las pujas. Esa cantidad se reserva en depósito como parte del precio de la venta. Eso sí, en el caso de que los demás postores lo soliciten, también se mantendrá la reserva consignada para que, si el vencedor no entregase a tiempo el resto del precio, el bien pueda adjudicarse a los postores siguientes, en el orden en que quedaron.
Además, para tomar parte es necesario registrarse como usuario del portal de Subastas Judiciales utilizando un certificado electrónico o bien registrarse de modo presencial en las oficinas judiciales, donde se facilita a los usuarios un login y una contraseña. Finalmente, sólo resta declarar que se conocen las condiciones de desarrollo de la subasta y acceder como usuario registrado, rellenando el formulario de acreditación oportuno.
Es importante tener en cuenta que la persona que gane la subasta deberá pagar, además del precio ofrecido, las cargas anteriores y preferentes que pesen sobre el bien. Por ello, resulta conveniente confirmar si existen pagos pendientes y, en caso de que así sea, conocer detalladamente el importe de los mismos.
Las subastas online, gestionadas a través del Portal de Subastas, admiten pujas durante un plazo de 20 días naturales desde su apertura y no se cierran hasta transcurrida una hora desde la realización de la última postura. Al cierre de la subasta, se remite al letrado de la Administración de Justicia toda la información certificada de la puja telemática vencedora y del resto de ofertas, por orden decreciente de importe y de fecha en el caso de haber ofertas idénticas. El sistema dejará constancia del nombre de quienes hayan participado y de las posturas que formularon.
Según los responsables de la Administración, las subastas electrónicas cuentan exactamente con las mismas garantías jurídicas que las tradicionales. Se produce una “identificación inequívoca” de todos los participantes, mediante certificado reconocido de firma electrónica o mediante firma con sistemas de claves previamente concertadas. El sistema garantiza con certificado y sello electrónico todas y cada una de las transacciones y el momento exacto en el que se produjeron. Ambos elementos combinados, el certificado y el sello, garantizan “de forma absoluta” la transparencia del procedimiento.
La Administración no será la principal beneficiaria de esta iniciativa. Según detallan sus portavoces, las subastas judiciales permitirán al deudor obtener dinero de los bienes hipotecados o embargados para que pueda pagar su deuda o parte de ella. En principio, cualquier elemento con valor económico es susceptible de ser subastado y, en ocasiones, también se subastarán bienes para que sus copropietarios se repartan el dinero. - DNA / Foto: José Ramón Gómez