GASTEIZ - Como cada año, el 10 de agosto toca realizar balance de fiestas. Tras seis días de jolgorio y diversión, alejados un poquito de la realidad diaria, los gasteiztarras regresan a sus quehaceres diarios y el alcalde también. Gorka Urtaran compareció ayer ante los periodistas para analizar lo acontecido durante la última edición de La Blanca. Una edición “de sobresaliente”, empañada un poquito por el intento de violación de una joven de 21 años en San Martín. Una investigación que la Ertzaintza mantiene abierta y que el primer edil espera que dé sus frutos y que los agentes identifiquen pronto y arresten a los dos presuntos agresores.

Ante las críticas del colectivo feminista, Urtaran reitera que desde el Ayuntamiento se ha actuado de forma correcta y aplicado el protocolo que de forma específica se había elaborado para atender a las mujeres víctimas de agresiones sexistas en fiestas. Un protocolo al que también se sumó la Comisión de Blusas y Neskas y la sociedad vitoriana, en general, asistiendo a la concentración en la Virgen Blanca; además de las fanfarres y bares, silenciando los sones de su música que tanto ha ambientado la ciudad. Condenas todas ellas a actos machistas que no tienen cabida en una sociedad del siglo XXI, recalca Urtaran. Tampoco en Gasteiz. “Si no tenemos libertad para caminar de forma tranquila por nuestras calles, no somos una ciudad moderna”, apunta el alcalde. Un punto negro, el intento de violación de una joven de 21 años, que ha empañado unas fiestas de “excelente” ambiente en lo que a la implicación y participación de los vitorianos en los distintos escenarios festivos se refiere.

Así, la bajada de Celedón del día 4 congregó a 80.000 personas en la Virgen Blanca y calles adyacentes. Gorka Ortiz de Urbina no tuvo problemas reseñables para realizar su recorrido habitual hasta la balconada de San Miguel gracias al respeto mostrado por los ciudadanos, justo en uno de los momentos más emotivos de las fiestas para los vitorianos. Rememoraba también Urtaran la suspensión de la Procesión de los Faroles a causa de la amenaza de tormenta que se cernía sobre Vitoria. Y es que, la Cofradía así lo decidió, aunque finalmente no llovió. El día 5, el ambiente fue el de un día grande, con una altísima participación de las cuadrillas de blusas y neskas por las calles. El 6, sábado, hasta Gasteiz se acercaron visitantes de otros lugares dispuestos a disfrutar de las jaias de forma sana. “Vino mucha gente”, subraya Urtaran. El día 7, los niños tomaron la ciudad y la Plaza Nueva volvió a llenarse; en esta ocasión para acompañar a Celedón y Neska txikis. El día 8, los blusas y neskas veteranos “volvieron a darnos una lección con sus ganas y sentido del humor”. Y el día 9, la Virgen Blanca volvió a abarrotarse para despedir a Celedón e incluso se mantuvo la fiesta horas después. En cuanto a los espacios festivos, el alcalde subrayó el récord en el aforo del Teatro Principal, el concierto de Celtas Cortos en Los Fueros y las verbenas de las plazas Nueva, del Arca y de La Provincia, además de otros muchos puntos de encuentro que, a continuación, explicó más detalladamente la concejal de Cultura, Estíbaliz Canto.

En definitiva, si algo define las fiestas de La Blanca es la alta participación ciudadana y el magnífico ambiente porque son unas fiestas populares que se viven en la calle y que dejan un excelente sabor de boca gracias, entre otros, a los blusas y neskas que, además, este año han incorporado exitosas novedades a su programa, como la carrera de goitibeheras. Y es que, para el alcalde, hay una fórmula que no falla en cualquier fiesta que se celebre en Euskadi: “Las ganas de pasarlo bien desde el respeto. Y en la inmensa mayoría de los casos así ha sido. Desgraciadamente, siempre hay alguien que no se comporta bien”, destacó Urtaran en referencia de nuevo al único punto negro que ha empañado La Blanca: el intento de violación de una joven de 21 años. - DNA / Foto: DNA