Vitoria - A apenas unas horas del inicio de las fiestas de Gasteiz, los colectivos feministas elevaron ayer su voz de forma clara y contundente. “Sabemos que va a haber agresiones machistas”, explicaron justo antes de asegurar que “estamos trabajando para que las fiestas sean un espacio seguro para las mujeres, pero a día de hoy la realidad demuestra que no lo son”. Por ello, desde el citado movimiento se ha elaborado un protocolo para tratar de evitar las agresiones o para actuar en cuanto haya constancia de la existencia de alguna.

En primer lugar, el protocolo habilita un número al que llamar en caso de sufrir o ver una agresión. El teléfono es el 688 852 901. En el otro lado del móvil estarán siempre integrantes del movimiento feminista con formación para atender cualquier tipo de caso. En todo momento se ofrecerá acompañamiento a la persona agredida y se atenderán sus necesidades.

Aparte, se va a habilitar una jaima en el recinto de txosnas que estará abierta de 22.00 horas a dos de la madrugada en la que se informará sobre qué son agresiones machistas y a la que también se podrá acudir en caso de sufrir o presenciar una agresión. “Se trata de un espacio seguro, libre de agresiones, en el que informaremos, atenderemos y acompañaremos a quien lo necesite. En este punto queremos remarcar el trabajo conjunto realizado con la comisión de txosnas para hacer de ese espacio un espacio libre de agresiones. Por ello, en caso de sufrir una agresión además de a la jaima se puede acudir a cualquier barra de cualquier txosna y las mismas camareras se pondrán en contacto con el movimiento feminista. Estamos coordinadas”, indicaron las portavoces del colectivo.

Aparte de todo lo dicho, en la rueda de prensa celebrada ayer, desde Feministok Prest se quiso introducir un pequeño apunte. A su juicio, se ha detectado que la línea de autobuses que opera a las noches, el popular servicio Gautxori, hace pocas paradas en los barrios periféricos de la ciudad. “Nos parece importante reforzar este servicio pues sabemos que en estos lugares son espacios potenciales para agresiones al estar aislados. No es lo mismo que el autobús te deje cerca de tu casa, que tengamos que caminar un rato hasta llegar”.

Por último, además de abordar in situ las agresiones, “responderemos contundentemente y las denunciaremos públicamente a través de una concentración el día siguiente a las 20.30 horas en la plaza de la Virgen Blanca cada vez que se produzcan. “Pedimos que se sume toda la ciudadanía y las instituciones”, señalan desde el movimiento feminista.

Hace una semana escasa, el Ayuntamiento presentó su propio protocolo y, a pesar de que es positivo, el colectivo encuentra algunos vacíos. El protocolo es una reivindicación histórica del movimiento feminista y, por ello, dejan claro que es este colectivo quien en todo momento lo ha liderado. Para que no haya lugar a equívocos, explicaron que el pasado año, en julio, registraron la petición para elaborar estas medidas, trabajo que no se empezó hasta el pasado mes de julio. “Tarde y en un tiempo muy corto, un déficit que marca todo el proceso, ya que no recoge todas las solicitudes del movimiento feminista”, critican.

Como ejemplo citan la petición de que, en caso de agresión, las actividades festivas se parasen entre media hora y quince minutos. Sin embargo, desde el Ayuntamiento han decidido que serán escasos cinco minutos, lo que “nos da una idea de la implicación de esta institución al no estar dispuesta a trastocar su programación en caso de una agresión grave, porque entendemos que la fiesta no puede continuar como si nada hubiera sucedido”. También solicitaron la creación de brigadas moradas, formando al suficiente número de personas para cumplir una función disuasoria e informativa en los puntos detectados como peligrosos. Sin embargo, han sido sustituidas por un stand informativo. Además, el Ayuntamiento -censuran- ha presentado el protocolo en rueda de prensa sin estar cerrado el documento y sin saber el movimiento feminista qué peticiones de las solicitadas se habían integrado o no y porqué. Por todo ello, el colectivo recuerda que estará vigilante para que se cumplan los protocolos y que denunciará no sólo las agresiones, sino cualquier tipo de descoordinación entre servicios o trato inadecuado por las instituciones. Se refieren al caso de Arana en el que consideran nefasto el trato recibido por la víctima tras denunciar una agresión. - DNA/ Foto: DNA