lapuebla de labarca - Lapuebla de Labarca mantiene un vertedero de inertes en su polígono industrial, con el conocimiento de la alcaldesa del pueblo, y sin que la Diputación haya iniciado el proceso para sancionar y retirar esos materiales.

Se trata de una parcela que tiene varios propietarios y que se ha convertido en un vertedero de escombros de obras y restos de pavimento de alquitrán que se ubica en la zona donde están las principales empresas de Lapuebla de Labarca: por un lado la cooperativa vitivinícola Covila, lo cual ofrece una imagen muy degradada de lo que debía suponer la zona de bodegas, así como de Rivercap, uno de los líderes mundiales en la fabricación de cápsulas para botellas y con una filial dedicada a la fabricación de toneles para vino con maderas nobles.

Junto a los escombros de obra, cuyo destino debía ser, por proximidad, el vertedero de inertes de Nájera o de Logroño, que utilizan otros municipios de Rioja Alavesa, se eleva una enorme montaña de maderas en proceso de descomposición que casi oculta la vista de Covila.

La alcaldesa conoce la situación desde diciembre pasado, fecha en la que aseguró a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA que desconocía lo que allí había y se comprometía a solucionarlo, pero no ha tomado ninguna medida, a pesar del enorme esfuerzo realizado por la Diputación Foral de Álava para acabar con esos puntos negros de la desidia municipal. El Departamento foral de Medio Ambiente tiene catalogados todos estos lugares, siempre que sus dimensiones excedan los cien metros cuadrados.

Aunque no es su competencia, ya que el control corresponde a los distintos ayuntamientos del territorio, una comisión técnica se dedica a determinar cuáles conllevan cierta peligrosidad, bien porque pueden acarrear ciertos problemas de salud al encontrase ubicados junto a un manantial o por su impacto paisajístico. En función de estos parámetros, se procede a su cierre. De hecho, cada año se clausuran unos 50.

Sin embargo, en el caso de Lapuebla de Labarca, el área que dirige Josean Galera asegura desconocer la existencia de ese vertedero y por lo tanto no ha procedido aún a la apertura del correspondiente expediente de clausura, mientras los meses pasan y se consolida este descuidado espacio en el centro de un polígono industrial agroalimentario.