vitoria - Las cifras hablan por sí mismas. De acuerdo con los datos oficiales que maneja la Ertzaintza en Gasteiz, en lo que va de mes se han producido 29 robos en pisos del centro de la capital alavesa. La media arroja ya un saldo de más de un atraco por día, lo que da una idea de la magnitud del problema. A lo largo del día de ayer no se añadieron nuevos asaltos a la lista, pero tanto los agentes de la Policía autonómica como los de la Guardia Urbana de Vitoria son conscientes de que nos encontramos ante uno de los mayores repuntes en este tipo de delitos de los últimos años.
A lo largo de esta semana, los agentes han dado cuenta de asaltos en domicilios particulares pertenecientes a los barrios de Mendizabala, San Martín, Coronación, Txagorritxu y a la zona de la Avenida. En algunos casos se ha podido confirmar que los atracadores se han hecho con un importante botín en joyas y relojes.
Aunque existen recursos destinados, tanto en la Ertzaintza como en la Policía Municipal, a investigar esta clase de robos, por el momento no se ha presentado ningún plan específico ni en la Policía autonómica ni en la local para tratar de contener la actual oleada. Incluso la Fiscalía ha manifestado públicamente su preocupación por lo que considera un fenómeno delictivo muy difícil de controlar.
A juzgar por los datos recogidos por la Ertzaintza y la Fiscalía, todo apunta a que los autores de los atracos pertenecen a una o varias bandas organizadas. Por su forma de proceder, las autoridades entienden que sus miembros son originarios del Este de Europa, aunque es posible que incluyan algún integrante local para disponer de mayor información y poder moverse de una forma más discreta.
El modus operandi de estos grupos hace que los robos tengan lugar de día, preferentemente a media mañana. Hay individuos que durante dos o tres jornadas se apostan en las inmediaciones de un inmueble para controlar las entradas y salidas de los vecinos. Les basta con permanecer en el interior de un vehículo estacionado o en una terraza. Toman nota de quienes tienen los hábitos más regulares y determinan qué domicilios están vacíos. Las personas mayores con costumbre de salir a pasear o de ir a misa siempre a la misma hora, son más vulnerables a este tipo de delincuencia.
Finalizada la vigilancia, entregan la información a un segundo grupo residente fuera de Vitoria. Preferentemente en otra comunidad autónoma para que resulte más difícil la coordinación entre los cuerpos policiales. Una vez establecido el plan, la banda viaja a Vitoria, asalta el piso sin reventar la cerradura, recoge lo que va a buscar y desaparece. Actúan de una forma tan sutil que, en ocasiones, las víctimas no son conscientes del robo hasta varios días después. En cuestión de horas, los ladrones están de vuelta en su casa y la mercancía robada inicia una ruta por “canales paralelos” que la llevan lejos del lugar del atraco.
Los portavoces de la Fiscalía explicaron ayer que para poner fin a esta avalancha de robos será necesario “cambiar la cooperación entre los cuerpos policiales y la gestión de la información que manejan”.