gasteiz - Hace once meses, Gorka Urtaran accedió a la Alcaldía gracias al apoyo de las denominadas fuerzas del cambio, entre las que no estuvo el PSE, pero sí EH Bildu, Podemos e Irabazi. Durante este casi un año de mandato, el PNV ha gobernado en minoría, con cinco de 27 concejales, hasta ayer, que el alcalde abrió su gabinete a la entrada de los socialistas, de cuya mano emprende una nueva etapa de gobierno hasta final de legislatura, gracias al pacto alcanzado entre ambas ejecutivas “en apenas tres reuniones y quince días”.
Entre fotógrafos y periodistas, en una abarrotada y expectante sala de prensa, y flanqueados por los número uno de ambas ejecutivas en Álava, el jeltzale Gorka Urtaran y el socialista Peio López de Munain defendieron que a ambos les une el mismo modelo de ciudad y el mismo objetivo: mejorar la calidad de vida de los vitorianos.
La entrada de cuatro concejales del PSE obliga al gabinete de Urtaran a reestructurar su gobierno, pero también lo fortalece y le da oxígeno para afrontar el resto de la legislatura, también en minoría, pero con nueve de 27 ediles, como reconoció el presidente del ABB, José Antonio Suso: “Espero que ya desaparezcan esos titulares de debilidad de gobierno”. Y, aunque el cambio de carteras se irá haciendo de forma progresiva a lo largo de la semana, el alcalde ya anunció ayer que López de Munain será, a partir de ahora su mano derecha como primer teniente de alcalde y responsable de Políticas Sociales, e Itziar Gonzalo, su segunda teniente de alcalde, al mando de Hacienda y Urbanismo, entre otras tareas. Ambos vienen a sustituir a Borja Belandia, quien fuera mano derecha del alcalde antes de dimitir. En cuanto al reparto de tareas, los jeltzales se quedan con Alcaldía, donde están las áreas de Convivencia y Diversidad; Euskera, Transparencia, Igualdad, Juventud, Cooperación al Desarrollo, Zona Rural y Padrón, además de los departamentos de Hacienda; Función Pública; Empleo y Desarrollo Económico; Urbanismo y Medio Ambiente. Por su parte, el PSE gestionará Cultura, Educación y Deportes, Políticas Sociales y Salud Pública; Seguridad Ciudadana; Administración municipal; Participación y centros cívicos.
El pacto PNV-PSE se sustenta en diez líneas básicas de actuación en las que ambos partidos coinciden: rigor, servicios públicos básicos, empleo, convivencia y cohesión social, rehabilitación de viviendas y barrios viejos, transporte público y movilidad, con el tranvía, BRT y una solución para conectar Salburua y Zabalgana como medidas básicas de actuación. Sin olvidar la Vitoria verde forjada a base de un urbanismo sostenible y valores educativos, la cultura, con planes de reforma para el Principal y empuje a la Escuela de Artes y Oficios. Y, por último, la consolidación del canon de capitalidad que los socialistas ya aprovecharon ayer al presidente del ABB para que traslade su petición al lehendakari.
Como reto inmediato, ambos partidos tienen que fijar una política de fiscalidad para los próximos años. Una tarea difícil, dado el agujero económico que arrastra el Ayuntamiento de Vitoria de la anterior legislatura de Maroto, pero también de tiempo atrás, como ha recordado el interventor municipal en varias ocasiones, ya que Gasteiz tiene un problema estructural básico, y es que no consigue ingresar lo suficiente para cubrir los gastos corrientes que tiene. Así las cosas, ambos partidos tendrán que dejarse pelos en la gatera para establecer una subida de impuestos que garantice ingresos a las arcas públicas sin ahogar las ya de por sí ahogadas rentas familiares.