artziniega - Cuestión de carácter. Quizás, una pizca de locura. Y mucha determinación y ganas de aventura. Ésas son las claves que seis jubilados alaveses han puesto sobre la mesa -en realidad, sobre la carretera- para cumplir con sus sueños. Este diario ya relataba ayer lo que habían logrado los laudioarras Adolfo Guerrero, José Ramón Larisgoitia, Pedro Zayas y Andrés Garmilla, que recorrieron el camino entre Llodio y El Rocío tras 41 días de aventura y mil kilómetros en un carro tirado por las mulas Txaro y Txula. Ahora toca relatar lo que está por llegar, ya que el matrimonio formado por Ginés López y Toñi Alonso está a un paso de alcanzar la plaza del Obradoiro a lomos de su burra tras dejar atrás su localidad de Artziniega.

Ambos esperan llegar a Santiago de Compostela este viernes. Lo harán si es que sus previsiones no se tuercen, algo que, por otra parte, nadie lo puede asegurar. No en vano, para los de Artziniega el camino no está siendo sencillo. De hecho, el jueves pasado, en la etapa de 12 kilómetros entre Herrerías y O´Cebreiro, con un desnivel del 22%, estuvieron a punto a abandonar. “Empezamos la jornada con lluvia y la terminamos nevando, pero al final conseguimos llegar y, si hemos superado esto, ya no nos para nadie. Hemos pasado los altos San Roque y Pollo, a 1.335 metros de altura, y ahora ya sólo queda ir bajando hacia Sarria y Puerto Marín, hasta culminar los 140 kilómetros que nos quedan hasta Santiago”, explica a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA Ginés. Mientras, su esposa le recuerda con alegría que también “nos queda la vuelta”.

Y es que, una vez culminen los 790 kilómetros que distan entre Roncesvalles y la capital gallega, emprenderán los algo más de mil kilómetros de regreso a casa, tal y como ya hizo López el año pasado, acompañado de su burra Marina y Scotty, su perro, que perdió la vida al ser atropellado en el viaje de vuelta. En esta ocasión, el pollino repite, pero se han sumado a la aventura su nueva mascota canina, Comotú, y su esposa Toñi. “Me operaron de la rodilla hace diez meses, y por eso no pude acompañarles el año pasado. Pensaba que no iba a poder y por eso Ginés me fabricó el carro que llevamos, pero no estoy abusando de Marina en absoluto, no me duele nada, y salvo alguna cuestita, voy de maravilla, se me está pasando rapidísimo”, asegura Alonso. Ésta, al igual que su marido, no encuentra palabras de agradecimiento “para toda la gente maravillosa que te ofrece ayuda por el camino”.

El curioso ingenio al que hace referencia Toñi es un microcarro sin matrícula, de color rojo, que Ginés partió en dos, y adaptó para que Marina pudiera tirar de él sin dificultad “porque pesa menos que yo”. A estas alturas del viaje penden de él decenas de objetos de recuerdo de su paso por pueblos y ciudades, que hacen aún más llamativa si cabe la palabra Artziniega que luce por matrícula. “No se si el Ayuntamiento tendrá dinero suficiente para pagarnos la publicidad que le estamos haciendo”, sentencian entre bromas.

Feria de la solidaridad En otro orden de cosas, el hall del polideportivo Bañueta de Amurrio se está convirtiendo en los últimos años en un espacio expositivo que fomenta la solidaridad para con otras partes del mundo. De hecho, el área municipal de Igualdad ha preparado una exposición de fotografías realizadas y cedidas por la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) bajo el título La mujer, el exilio, la belleza.

La exposición, abierta hasta el 20 de mayo, pretende homenajear mediante 20 imágenes de varios autores el papel fundamental de las mujeres en los campos de refugiados, su fuerza y determinación en lugares donde las condiciones de vida son extremas y que, sin contar con protección, se encuentran con frecuencia en situaciones de vulnerabilidad. No en vano, los datos indican que, en la mayoría de los casos, las personas refugiadas son mujeres que huyen de la guerra y de la represión, viudas y huérfanas que pasan a ser responsables únicas de la supervivencia de sus hijos e hijas y que, además, se enfrentan a los rigores de largas jornadas de camino hacia el exilio, al acoso o a la indiferencia oficial, y a los abusos sexuales, incluso una vez que han alcanzado un lugar aparentemente seguro, en un cúmulo de desgracias intolerables en este siglo XXI.

La entrada a esta muestra es libre y gratuita, al igual que lo fue ayer la sesión de cuenta cuantos Afrikan zehar, que albergó la biblioteca infantil para niños y niñas mayores de cinco años. El broche de oro llegará el viernes con la XVI Feria de la Solidaridad que albergará la plaza Juan Urrutia tras un año de impasse. Un espacio de sensibilización que pretende fomentar una conciencia crítica que genere actitudes solidarias entre la ciudadanía para que se movilice contra las desigualdades en el mundo y en el entorno.

Guías. Ginés y Marina ya completaron el año pasado los 1.500 kilómetros de ida y vuelta que distan entre el Santuario de La Encina de Artziniega y la plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela. Fue una experiencia “increíble, que me ha enganchado, y voy a repetir”, explica López, que también lleva realizadas diez jornadas de este mismo camino por la costa y hasta Markina, en otra experiencia que tilda de “muy dura, porque no hay tramo llano, pero preciosa por las vistas”.