Gasteiz - El repunte de robos en pisos cometidos en Vitoria comienza a ser preocupante. La Ertzaintza ha encendido las alarmas para tratar de dar con los responsables de cerca de una docena de asaltos a domicilios particulares, todos ellos ubicados en diferentes calles del centro de la ciudad, perpetrados a lo largo de la semana pasada. Algunos de ellos parecen ser obra de grupos bien organizados, pero la mayoría muestran detalles poco profesionales, por lo que los agentes sospechan que sus autores son viejos conocidos de las autoridades que anteriormente se dedicaban al menudeo de droga por los bares y que ahora, debido a la creciente presión ejercida por la Ertzaintza y la Policía Local en este ámbito, han decidido probar suerte en otras especialidades criminales.

Una de las técnicas más empleadas últimamente para acceder al interior de las viviendas es la conocida como llaves de borjas o de gorjas, metodología que ya fuera empleada durante la última oleada de atracos registrada en Bizkaia hace ya algunos años. Suele ser empleada por asaltantes expertos, generalmente georgianos, y permite ganzuar cerraduras de llave de paleta doble en menos de cinco minutos sin dejar rastro alguno. En los golpes menos profesionales se estila reventar el bombín con una llave de perro o con cualquier otra herramienta, aplicar palanquetas, emplear tarjetas de crédito o plásticos flexibles sobre el resbalón, acceder a los interiores por ventanucos abiertos o la siempre efectiva técnica de percusión o bumping. Tienen un objetivo claro: joyas y dinero en efectivo. El resto de los enseres domésticos y aparatos electrónicos no les interesa.

Tal y como detallan los agentes, antes de llevar a cabo el robo los ladrones realizan una labor de observación de los pisos que suele ocuparles entre dos y tres días. Se apostan en terrazas contiguas a los edificios seleccionados y se dedican a controlar las entradas y salidas de los vecinos. Para confirmar que las viviendas están vacías, llaman a los porteros automáticos y comprueban qué pisos no responden. La Ertzaintza desaconseja hacer caso de los ya clásicos listados de presuntas señales dejadas por los cacos cerca de las casas que tienen intención de asaltar, ya que no son reales. Es preferible prestar atención al tránsito de personas sospechosas controlando las inmediaciones de las viviendas.

Personas mayores Las personas mayores se han convertido en uno de los objetivos preferidos de estos delincuentes, ya que suelen tener hábitos regulares, tales como salir a pasear o acudir a misma siempre en los mismos horarios. Además, en caso de que se descubra a los ladrones con las manos en la masa, no pueden volver a casa a toda prisa.

Este modus operandi explica que la mayor parte de los robos cometidos a lo largo de esta última semana en la capital alavesa se haya producido en las horas cercanas al mediodía. Los autores siempre emplean contravigilancia, es decir, que se reparten por diversos puntos estratégicos y avisan rápidamente por el móvil a los que están dentro de los pisos en caso de producirse movimientos sospechosos.

Los agentes apuntan a pequeños grupos que se reúnen puntualmente para ejecutar estos atracos. En ocasiones se acercan hasta Vitoria atracadores que residen en provincias limítrofes cuyas caras aún les son desconocidas a los patrulleros. Sea como fuere, las autoridades policiales han ordenado iniciar las investigaciones que permitan dar con los responsables y los ertzainas ya han comenzado a realizar identificaciones a pie de calle.

‘Borjas’. Últimamente ha aumentado el empleo de la conocida como técnica de ‘borjas’ o ‘gorjas’, que permite abrir las cerraduras de doble paleta en minutos y sin dañarlas.

Vigilancia. Durante un par de días, los ladrones controlan las entradas y salidas del edificio. Muchos robos se cometen entre semana al mediodía.

Coordinados. Iniciado el asalto, el grupo se comunica por móvil y los vigilantes avisan inmediatamente a los que están en el interior en caso de necesidad.