Vitoria - Las jornadas sobre políticas de juventud promovidas por el Ayuntamiento de Vitoria que tienen lugar en el Palacio de Congresos Europa servirán para orientar a muchos jóvenes a la hora de decidir su futuro académico. Una elección que puede aproximarles o distanciarles del mundo laboral. Diversos centros educativos han instalado stands en el recinto para facilitar información a los asistentes, aunque también les resultará positivo contar con el testimonio de otros jóvenes que, como Leire Gómez o Jon Fernández de Olano, ya pasaron por el trance de tener que decidir y lograron completar con éxito su tránsito al mundo laboral.

Leire eligió estudiar Trabajo Social en la Universidad de Navarra, “más que nada porque quería salir de Vitoria y cambiar de aires”, reconoce entre risas. “Quería trabajar en algo que me mantuviera en contacto con la gente. Quizás me habría gustado más estudiar Enfermería, pero fui por Letras y de todo lo que tenía fue la opción que más me convenció”, añade.

Se siente un tanto defraudada por la formación académica recibida, “ya que toda la teoría que estudias, como por ejemplo las leyes, no te sirve para nada a la hora de trabajar”. “Las prácticas, sin embargo, sí que son útiles”, matiza. “El primer año las hice en un centro de salud en Tafalla y el segundo en una residencia de ancianos en Pamplona. Aún así, resultaron insuficientes”, recuerda. Con la experiencia acumulada, regresó a Vitoria y consiguió un contrato de seis meses como técnico en el Ayuntamiento de Vitoria. Más concretamente en el Servicio de Juventud, donde ha elaborado una guía de recursos para jóvenes en desventaja. La siguiente parada de su aventura vital tendrá lugar en Canadá, a donde viajará el mes que viene junto a su pareja tras haber obtenido el preceptivo visado de trabajo. “Ahora sólo me hace falta un poco de suerte y que me surja algo allí”, señala.

Jon, por su parte, hizo grado medio de Electricidad y superior de Robótica y Automatización Industrial en Egibide. Campus de Jesús Obrero. “Opté por la Formación Profesional porque me había informado de lo que nos iba a deparar el futuro en el ámbito laboral. Comparé varios centros, me gustó lo que ofrecía Jesús Obrero, los recursos y los medios de que disponía, y me matriculé allí”, recuerda.

Fue uno de los alumnos pioneros en formación dual. “Durante el año en el que hice el grado superior -explica-, por las mañanas se iba a clase durante seis horas y por las tardes a trabajar media jornada en una empresa. Al principio fue un poco duro porque tienes que renunciar durante un tiempo a tu vida social, pero mereció la pena”.

El sacrificio realizado le permitió disponer de una experiencia acreditable de un año. “Las empresas suelen pedir una experiencia mínima de seis meses, algo complicado de conseguir si vienes de bachiller o de grado medio, porque sólo cuentas con tres meses de prácticas”, detalla.

Concluido el año de formación dual, la empresa le ofreció continuar y Jon no se lo pensó demasiado. “SMC es una firma líder en automatización industrial, me gustaba el trabajo que realizaba, vi que había buenas perspectivas y me quedé. La mejor decisión que he tomado en mi vida”, asegura. No obstante, de cara al futuro, no olvida la necesidad de reciclarse profesionalmente. “Si no, te quedas obsoleto, como las máquinas”.