vitoria - Los raíles del tranvía parecen morir en Agulema, pero sólo se trataba de una espera hacia nuevos destinos. Una muy larga. Al fin, tras años de compromisos verbales, elecciones de por medio y cambios en la Corporación municipal, se ha dado un paso determinante. El Gobierno Vasco ha sacado a concurso la redacción del proyecto constructivo de la ampliación del metro ligero hacia el barrio de Salburua. El plazo, nueve meses a contar desde junio, lo que significa que en primavera de 2017 estará listo el documento, podrán adjudicarse las obras, ponerlas en marcha, cosa que ya sucederá bien entrado el año y, si no hay contratiempos ni decae el ritmo, inaugurar el nuevo ramal antes de que al jeltzale Gorka Urtaran se le acabe la legislatura.
Sería la mejor manera de apuntalar su mandato. Una de 1.750 metros. Es la longitud aproximada que según el Gobierno Vasco va a medir la nueva ampliación. Los raíles saldrán desde Angulema y continuarán por la calle Florida y el Paseo de la Iliada. Las paradas propuestas son tres. La primera de ellas se situará en el tramo inicial previo a la confluencia con Jacinto Benavente. La segunda estará en el trecho comprendido entre este vial y Los Astrónomos, muy cerca del casi recién estrenado centro cívico de Salburua. Y la siguiente se colocará en el Boulevar de Salburua. Dónde aún no está claro, ya que tampoco se ha decidido si habrá una cuarta en esa misma arteria pero un poco más adelante, sobrepasando la famosa torre roja.
Es lo que los vecinos del barrio han demandado constantemente, pues de lo contrario la parte más antigua del barrio, las viviendas de la zona de la Avenida Juan Carlos I, se quedará sin servicio. Y parece que el Gobierno Vasco ha considerado la posibilidad, porque no descarta extender algo más los raíles. La incógnita, en cualquier caso, quedará desvelada muy pronto. La redacción del estudio informativo que define la ampliación se encuentra “en fase avanzada”. Tanto como para poder anunciar que podría estar listo “en el plazo de un mes”.
Y precisamente por eso, porque apenas queda un suspiro para concluir esa parte de la labor, se ha decidido presionar el acelerador administrativo por partida doble, haciendo coincidir el inicio del proceso de información pública del nuevo recorrido y de resolución de las alegaciones que vendrá a continuación, con la licitación y adjudicación del proyecto constructivo. El hecho de que ambos transcurran de forma paralela permitirá agilizar un proyecto que ha sufrido demasiados tropiezos en los últimos años, ya fuera por justificaciones económicas o por desavenencias políticas que ahora, tras el paso de lo peor de la crisis y la coincidencia de colores en los gobiernos municipal y vasco, ya no tienen razón de ser.
Según explica el Boletín Oficial del País Vasco en el anuncio emitido ayer mismo, las empresas interesadas en redactar el proyecto constructivo tienen de tiempo hasta el próximo día 10 de junio a las doce del mediodía para presentar sus ofertas en la sede de Euskal Trenbidea Sarea. El presupuesto máximo de licitación es de 250.000 euros aunque, a partir de ahí, se tendrán en cuenta las rebajas que presenten las compañías, siempre que no pongan en riesgo la viabilidad del proyecto. El importe de la proposición económica será el criterio objetivo que se tendrá en cuenta en el proceso de selección del planteamiento más ventajoso, con puntuaciones del 0 al 60. Los subjetivos, con valoraciones de 0 a 20, incluyen metodología y oferta técnica y propuestas que integren el tranvía en el entorno urbano.
Finalizado el plazo de presentación de las ofertas, se estudiarán todas y más pronto que tarde se elegirá una, porque la idea del Gobierno Vasco es que las obras empiecen antes de que termine 2017. Para entonces, ya se habrá puesto en marcha el ramal que comunicará Angulema con Adurza y San Cristóbal, barrios que no parecen tan contentos como Salburua con la irrupción del tranvía. Quienes acudieron a la exposición del proyecto se lamentaron de la eliminación de aparcamientos que traerá el nuevo servicio. También se quejaron del despilfarro de meterlo por el puente de Las Trianas, aunque esa batalla la tienen perdida. Se trata de un punto estratégico para el Gobierno Vasco porque garantizará la intermodalidad cuando venga la alta velocidad.
Al menos, eso sí, el Ayuntamiento vitoriano no va a regodearse en su mala costumbre de hacer obras para luego volver a levantar las mismas calles. El equipo de gobierno aclaró ayer, a preguntas del PSE, que el bicicarril previsto en el sur de Vitoria para conectar con la ruta del Vasco-Navarro no se va a ejecutar en el tramo del puente. Se va a esperar a la obra del tranvía para crearlo y, mientras tanto, habrá una señalización que guiará a los ciclistas por la acera.
Zabalgana sigue esperando. Mientras Salburua aprieta el acelerador, Zabalgana se muerde las uñas. Al oeste de la ciudad sólo existe el compromiso de que a finales de legislatura habrá un proyecto listo para ejecutar a partir de 2019. La solución para este barrio se está haciendo esperar porque, entre otras cosas, las obras serían más caras y las dificultades técnicas mayores, pero los vecinos ya han advertido de que van a luchar para que el Gobierno Vasco no estire el plazo que les ha dado.