El concejal del PP Miguel Garnica gira la vista hacia los periodistas, una, dos, tres veces, para comprobar si toman nota de su denuncia. “Esto es un escándalo (....), de no tener pudor”, proclama hasta perder la cuenta. Es su turno en el apartado de ruegos y preguntas de la comisión de Urbanismo y se nota que llevaba rato horneando la intervención. También que estamos en periodo electoral, vedette de las grandes ocasiones. Con una octava más alta de lo normal, advierte del cartel que este sábado decoraba el acceso al Palacio Europa. Un póster con un logotipo del PNV promocionando “un acto de Iñigo Urkullu” que se iba a celebrar en el interior ese mismo día, coincidiendo con las jornadas de puertas abiertas organizadas a lo largo de todo el fin de semana para mostrar a la ciudadanía el resultado de la reforma del edificio.
“Lo primero que veían los visitantes al entrar era el cartel. Lo han planificado todo para intentar monopolizar, para engañar, para que parezca que han hecho la obra”, denuncia Garnica. El edil del PP recuerda que fue su partido el que ideó la reforma del Europa la pasada legislatura, aunque evita mencionar que el Gobierno Vasco la financió, afirma que entonces el grupo municipal del PNV estaba en contra del proyecto y que ahora ha aprovechado la cercanía de los comicios “y que no está haciendo ni una obra en la ciudad” para acaparar aplausos no merecidos e influir en las urnas. El acto de inauguración la pasada semana es a su juicio la primera prueba, aunque cuando se programó no se sabía que se repetirían los comicios. El del lehendakari, la segunda.
La concejal de Urbanismo, Itziar Gonzalo, empieza afirmando que lo único que no le gustaba al PNV del proyecto era la fachada verde, porque ha demostrado que en vez de ahorrar supone “un mayor gasto energético”. A partir de ahí, sostiene que el Europa “no tiene por qué parar su actividad ordinaria” sólo porque haya festejos y le aconseja a Garnica, que aprovecha su segundo turno para seguir poniendo el grito en el cielo, que no le dé “lecciones de pudor”. El anterior gobierno de Javier Maroto inauguró el edificio el 5 de mayo de 2015 cuando aún no habían finalizado las obras, con visita incluida del rey, obligando a retirar una grúa que después habría que volver a colocar, a escasas semanas de las elecciones municipales.
“¿Y qué apoyos obtuvieron ustedes para obras del Estado a Vitoria?”, remata Gonzalo, mientras su compañero Álvaro Iturritxa dibuja con la mano un gran y contundente cero. Garnica se revuelve.