vitoria - El apoyo de los contribuyentes alaveses a la Iglesia católica suma cinco años de caídas consecutivas. Un lustro en el que el porcentaje de contribuyentes que opta por marcar la casilla eclesial en sus declaraciones ha ido bajando año tras año, a expensas de completarse la actual campaña de la Renta.

Según datos del Departamento foral de Hacienda, en la pasada campaña, y tomando como referencia la cuota íntegra total, el porcentaje de declaraciones en las que los contribuyentes destinaron su parte del IRPF sólo al sostenimiento de la Iglesia fue del 19,2%, por un 47,5% que optó por otros fines de interés social, un 19,8% que seleccionó ambas y un 13,4% de declaraciones en las que directamente no se decantaron por ninguna. Durante los últimos cinco ejercicios se advierte cómo el descenso en el número de declaraciones en las que los alaveses se mostraron dispuestos a echar una mano a la Iglesia, marcando únicamente su casilla, ha variado desde un porcentaje de la cuota total del 23,4% en 2010 al citado 19,2% en 2014, un descenso del 4,2%. En 2013 se situó en el 20,8%, por un 21,3% en 2012 y un 21,8% en 2011.

Sin embargo, y aunque cada vez sean menos los alaveses que quieren que su dinero se destine únicamente a sostener a la Iglesia católica, eso no significa que la diócesis del territorio haya visto reducido el dinero que percibe anualmente a través de esta asignación tributaria, pues no se trata de un reparto directo -los contribuyentes alaveses no financian ad hoc con su IRPF a la Iglesia de Álava- sino que se destina a un fondo común para todo el Estado gestionado por la Conferencia Episcopal.

De hecho, según la información facilitada por la diócesis de Vitoria a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, la asignación económica que han recibido durante los últimos años fruto del reparto del IRPF ha sido más o menos constante, sin verse afectada en ningún modo por el menor número de alaveses que marcan la casilla de la Iglesia. De esta forma, en 2014 la diócesis de la capital alavesa percibió un total de 2.524.587 euros, por 2.622.000 euros en 2013 y 2.558.000 euros en 2012.

A la hora de decidir qué provincia recibe más dinero de ese saco común tributario que anualmente llega a la Iglesia española -en 2014 fueron 250 millones de euros- desde el obispado gasteiztarra subrayan que dicha partición “se realiza atendiendo a las necesidades de las diócesis”. “Todas recibimos una cantidad fija que corresponde a los gastos generales básicos, y el resto varia en función de las necesidades específicas de cada diócesis”, apuntan sobre un criterio que se basa en parámetros como “el número de sacerdotes y su situación, si están en edad activa, si desempeñan su labor a jornada completa o parcial y si reciben otras cantidades complementarias. También cambian en función de las sus necesidades pastorales, según el número de habitantes y de parroquias y su tamaño medio”. De los 250 millones de euros que recibió la Conferencia Episcopal en 2014 gracias a las declaraciones de la Renta, el 79% se destinó a las diócesis -como los 2,5 millones de euros que percibió Vitoria-, mientras que del 21% restante se extraen partidas que van para la reforma de templos -la Iglesia, por cierto, no paga IBI- para pagar el sueldo de los obispos, o para campañas publicitarias, aborto incluido. Un dato: en 2013 Cáritas se llevó gracias a la casilla de la Iglesia la misma cantidad de dinero -seis millones de euros- que la que la Iglesia destinó al canal de televisión 13 TV.

A tenor de los datos de las declaraciones de los contribuyentes alaveses de los últimos años, los que deciden no marcar únicamente la casilla de la Iglesia no optan por ceder su dinero sólo a otros fines sociales, sino que se decantan por quedarse a medio camino y señalar la casilla ambas, una decisión con la que la asignación económica se reparte en un 0,7% a la Iglesia católica y en otro porcentaje idéntico a fines sociales gestionados por las ONG. En realidad, el destino de las asignaciones tributarias de los contribuyentes en función de la casilla que eligen marcar es en sí mismo un puzzle bastante complejo y no especialmente transparente.

Tomando como ejemplo la última campaña completa (2014), de las 172.386 declaraciones realizadas en Álava 29.639 contribuyentes marcaron sólo la casilla de la Iglesia, por 83.475 que hizo lo propio con la de fines sociales, 29.261 que señalaron ambas y 30.011 contribuyentes que no fijaron ninguna. ¿Y qué significa marcar cada casilla? En el primer caso, el 0,7% de la cuota íntegra del IRPF va a parar a la financiación de la Iglesia, y otro 0,7% se inyecta a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para fines sociales. Marcando la asignación otros fines de interés social el primer 0,7% se destina a las ONG, que seleccionan los programas que se benefician de ello, mientras el segundo 0,7% va a parar igualmente al PGE. Señalando ambas opciones, un 0,7% va a la Iglesia y otro 0,7% a los programas gestionados por las ONG, mientras que si por olvido o por decisión el contribuyente no marca ninguna, la suma de ambos porcentajes (el 1,4%), va directamente a los Presupuestos Generales, y será el Estado quien decidirá en qué gastar ese dinero.