Son el perfil más deseado por las empresas, pero no por los estudiantes, quienes ante la imagen obsoleta que tienen de la Formación Profesional (FP), asociada aún a buzo y sudor, prefieren encarrilar sus estudios hacia las titulaciones universitarias. Y eso que una vez más los últimos informes al respecto han vuelto a demostrar que este tipo de docencia se han convertido en la actualidad en la llave de acceso al mercado laboral, como prueba que el 65% de los puestos de trabajo vascos (el 70% en el sector industrial) requieren de una titulación en Formación Profesional (FP). En Álava, en concreto, el número de sus alumnos ronda cada año los 7.000, más 5.000 trabajadores parados o en activo que realizan algún curso de formación para el empleo. Pero sus cifras ni aquí ni en el resto de los territorios vecinos son las suficientes, si se tienen en cuenta las últimas declaraciones del viceconsejero de FP del Gobierno Vasco, Jorge Arévalo, en las que alertaba de que Euskadi en menos de dos años no dispondrá de suficientes titulados en FP en el ámbito industrial para cubrir la numerosas vacantes, tanto de nueva creación como por jubilaciones.
Por eso, ahora que en breves semanas comienza la campaña de prematriculación 2016-2017, que anualmente organizan de manera conjunta Egibide y los centros de FP de Ikaslan-Araba, los esfuerzos se han concentrado en paliar el desconocimiento que se tiene de este tipo de formación con iniciativas nunca antes vistas en la capital alavesa. Una de ellas es la celebrada el pasado mes de abril con el I Foro de la Experiencia de la Formación Profesional, dirigido a alrededor de 250 jóvenes de 4º de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachiller, a los que la Confederación Empresarial Vasca (Confebask) les presentó los resultados de su última investigación, que revelaban que casi la mitad de los 25.100 trabajos que se ofertarán a lo largo de este año en Euskadi (en concreto, el 46,8%) será para quienes hayan cursado este tipo de grados medios o superiores.
En concreto, la rama industrial es la que tiene mayores posibilidades de inserción laboral, debido a la mayor actividad de las empresas, la renovación de la plantilla o las sustituciones. Programación en la producción, mecatrónica, robótica, mantenimiento, electrónica, diseño industrial o informática son un ejemplo de las ramas de FP que actualmente más demandan las empresas. “Durante la crisis han tenido también una tasa de incorporación directa al mercado muy superior al de otras profesiones”. Lo explica Yoana Arambalza, responsable de formación de SEA Empresarios Alaveses, donde también se han dado cuenta de que “existe un claro desajuste o déficit de profesionales cualificados para determinados perfiles”.
Del aumento de peticiones por parte de empresas pidiendo más alumnos en el área industrial también se han dado cuenta en el consorcio educativo Egibide, nacido en su día de la unión de Jesús Obrero con Diocesanas, y que tiene contacto con más de 500 empresas. “Hay más peticiones en fabricación mecánica, mantenimiento y robótica porque es donde la economía más se está reactivando, pero también en administración, comercio e imagen personal, que también demandan esos servicios”, precisa el director de Formación Profesional de Egibide, Xabier López de Santiago.
Cero alumnas Sin embargo, el caballo de batalla de la FP sigue siendo incorporar a dicha formación a las mujeres, cuya presencia se reduce al 9% en este tipo de educación. En Egibide, por ejemplo, esto se ve claramente con las cifras de alumnas matriculadas: 296 mujeres frente a 570 hombres en los grados de tipo medio. Lo mismo se repite en los de ciclo superior, con 448 mujeres, frente a 887 hombres. Aunque mucho más baja es la presencia femenina en todas las clases del sector industrial, ya que su número se reduce a cero en las clases que este consorcio imparte en electromecánica de vehículos, soldadura, mecanizado y sistemas eléctricos y automóviles. “En todo el ámbito industrial hay menos alumnas, en parte por el peso de la asociación de profesiones con el género y en parte porque aún se cree que en este sector hay que emplear la fuerza física para trabajar, cuando ésta ya no es necesaria porque hoy todo se programa”, añade López de Santiago, quien anima a todo el mundo a apuntarse a la FP, dadas sus buenas salidas profesionales. Y por la progresiva obligatoriedad de titulaciones de este tipo para acceder a un puesto de trabajo. “Las personas no cualificadas tendrán muy poco espacio en los próximos años y la formación a lo largo de la vida ya no es una opción”, remarca el director de formación de la Cámara de Comercio de Álava, Pablo Almaraz.
En su caso, el conocimiento del mercado laboral y sus necesidades les lleva a desarrollar al cabo del año entre 120 y 150 actividades formativas con un número de participantes que oscila entre 1.200 y 1.500 anualmente. Unas cifras que, con ligeras variaciones, se han venido manteniendo en los últimos cuatro años, porque, como bien sabe el responsable de formación: “cada persona tendrá que aportar valor a la empresa para la que trabaja en todo momento si no quiere quedarse fuera de mercado”.
Sus alumnos suelen ser directivos, técnicos y profesionales, quienes solicitan, sobre todo, cursos de comercialización, ya que, como destaca Almaraz, “una de las preocupaciones principales de las empresas es vender más. Todo lo relacionado con esta actividad tiene una demanda importante así como los idiomas comerciales, especialmente el inglés y el chino, que empieza a tener aceptación importante y será una lengua de futuro que marque la diferenciación de los futuros profesionales”. En la Cámara de Comercio de Álava también trabajan intensamente las habilidades directivas y de gestión y todo lo que tiene que ver con conocimiento innovador (logística avanzada, neuromarketing, coaching o redes sociales). Entre las novedades de este año, el Máster Social Media (redes sociales) y otro experto en Neuromarketing. “Vamos a lanzar también un máster en Ciberseguridad y también hemos empezado a desarrollar un certificado profesional en Investigación de Mercados”, agrega Almaraz.