Vitoria, 28 abr (EFE).- Miles de alaveses y vitorianos se han congregado hoy en las campas de Armentia para festejar el día de su patrón, San Prudencio, con una romería por la que no parecen pasar los años.

Los cientos de puestos de rosquillas de anís, pastel vasco, queso de oveja, embutidos, perretxikos y talos que se han instalado como cada año en torno a la basílica de Armentia han vuelto a hacer de imán y han atraído a cientos de familias.

La peregrinación a pie desde Vitoria hasta las campas de Armentia por el Paseo de la Senda ha sido constante durante toda la mañana y por la tarde, la fiesta ha sido copada por los más jóvenes, una vez que el programa festivo ha quedado reducido a la música en directo.

La romería de este año ha sido fría -hay quien se ha llevado incluso guantes- pero, por momentos, un rayo de sol se ha atrevido a romper con la fama de día pasado por agua que tiene esta jornada.

Sin embargo, muchos alaveses, sobre todo los que peinan más canas, no se han dejado convencer por los destellos de las primeras horas y han acudido a la romería provistos de sus paraguas.

Al final del paseo les esperaba San Prudencio, o al menos la escultura que lo recuerda, dándoles la bienvenida a la localidad en la que vivió hasta los 15 años, según los historiadores.

Una vez en las campas de Armentia, el paseo hasta la basílica ha sido una prueba de fuego para quienes a estas alturas de la primavera ajustan su dieta para poder llegar al verano y entrar en el bañador del año pasado.

Las casetas de rosquillas con anís -uno de los productos más vendidos este día- eran las primeras en dar la bienvenida a esta fiesta, cuyo origen se remonta a 1498.

Sin embargo, no fue hasta 1644 cuando Álava tomó oficialmente a San Prudencio como patrón y entonces marcó en el calendario festivo el día 28 de abril como la jornada dedicada a honrarle.

Los restos de San Prudencio están depositados en la basílica de Armentia, donde el nuevo obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, se ha estrenado en esta fiesta oficiando la misa de la mañana.

Al acto religioso han acudido el lehendakari, Iñigo Urkullu, las consejeras de Medio Ambiente y de Seguridad, Ana Oregi, y Estefanía Beltrán de Heredia, el delegado del Gobierno en el País Vasco, Carlos Urquijo, así como el diputado general de Álava, Ramiro González, el presidente de las Juntas Generales de Álava, Pedro Elosegi, y el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran.

La secretaria general de los socialistas vascos, Idoia Mendia, también ha asistido a la ceremonia y a la salida, la teniente de diputado general de Álava, Pilar García de Salazar, ha sorprendido a los asistentes al bailar un aurrezku a las autoridades.

Mientras tanto, las campas de Armentia se han ido llenando de familias y de fieles a esta romería, en la que parece que el tiempo se detiene, ya que alrededor de la basílica se venden los mismos productos que hace años y las casetas se instalan incluso en el mismo lugar.

A medida que se acerca el mediodía, se forman colas para comprar talos y en algunos puestos de venta, se puede disfrutar incluso del arte del amasado de la harina de maíz sobre la pala de madera y del cocinado en la chapa.

Lejos del olor a caserío, la Diputación de Álava ha celebrado este mediodía un acto solemne en el Museo Artium en el que ha entregado a la empresa Michelin la Medalla de Álava por su aportación a la economía del territorio en sus 50 años de trayectoria. EFE