gasteiz - Hace ya años que la contrata de la limpieza en la capital alavesa no pasa desapercibida por diferentes cuestiones. La petición de EH Bildu a la comisión de Medio Ambiente de que los grupos municipales realizaran una visita a las instalaciones de FCC y GMSM en Agirrelanda, medios de comunicación incluidos, era por tanto toda una oportunidad para la empresa de mejorar su imagen, pero también un riesgo, dado que fácilmente la visita podía convertirse en un escrutinio público en vivo y en directo a su quehacer diario, que fue lo que finalmente ocurrió.
A este diario le consta que durante la mañana de ayer la contrata se afanó en dejar inmaculadas las instalaciones de Agirrelanda, y cuando llegaron a la nave los representantes institucionales y los medios de comunicación los nuevos vehículos de la flota, y los viejos que aún quedan por sustituir, lucían brillantes.
Sin embargo, el guión de la jornada cambió antes incluso de empezar la función. Aitor Miguel, representante de EH Bildu en la comisión, cuestionó a los responsables de la empresa por el mantenimiento de la flota, una queja a la que sumó el portavoz de Irabazi, Óscar Fernández, y comenzó un intercambio de argumentos que ya no cesó durante los escasos veinte minutos que duró la visita.
Miguel pidió ver los certificados de desratización, pues hace meses se denunció la presencia de roedores en la nave; y el tren de lavado, para comprobar cómo se limpian los camiones en el día a día, pero no pudo ser porque la visita acabó de forma abrupta, con un indisimulado enfado por parte del concejal de Medio Ambiente, Borja Belandia, y con Miguel proclamando que no se le permitía acceder a los rincones de las instalaciones que precisamente la oposición había ido a ver.
Belandia negaba la mayor, afirmaba que únicamente se había solicitado una visita a FCC, sin más añadidos, y aseguraba que toda la maquinaria vieja que Miguel quería ver la tenía delante, pues el resto ya ha sido sustituida y, según dijo, sólo quedan seis vehículos por llegar. “Lo que estamos enseñando es lo que hay, no hay ni trampa ni cartón, lo viejo y lo nuevo, esto es lo que opera hoy”, insistió.
Un portavoz de la empresa se afanaba en explicar las bondades de la maquinaria de última generación que ha llegado a Gasteiz; vehículos dotados de sistemas de pesaje, camionetas con capacidad para cargar dos contenedores, barredoras especiales para operar en lugares estrechos... Pero el intercambio de pareceres paralelo acaparaba la atención de todos los presentes.
El concejal de EH Bildu echó de menos haber podido hablar con los trabajadores -sí asistió a la visita el presidente del comité de empresa, pero no personal operativo-, y puso de manifiesto el mal estado de la caja de mandos de un camión, rota y atada con una brida de plástico. El portavoz de Irabazi preguntaba por la trabajadora intoxicada hace varios meses en Gardelegi -al parecer fue dada de alta el mismo día-, y todos los intervinientes debatían sobre qué es y qué no es un accidente laboral.
Miguel achacaba al mal mantenimiento de la flota los accidentes o incidentes que se han producido en estos meses, y por ello insistía en que no tenía sentido ver la maquinaria nueva. “Hay camiones a los que les fallan los frenos, que chocan, y en la oposición tenemos la responsabilidad de controlar todo esto y exigir. Hasta ahora el pliego no era muy estricto, y ahora dice que el Ayuntamiento tiene la capacidad de verificar las cosas, y por eso hacemos esta primera visita, pero por el bien de todas las partes; la seguridad beneficia a los trabajadores, a la empresa y al Ayuntamiento, tenemos que superar esa visión de que los accidentes son algo puede suceder”, insistió.
Enfrente, los responsables de la empresa afirmaban que “no es inusual que un latiguillo de un vehículo salte y haya un derrame de aceite; lamentablemente no es algo inusual, pero ni en Vitoria, ni en Bilbao, ni en Pamplona ni en Donosti; en una flota tan grande puede pasar”.
Y como culmen a una jornada bastante más tensa de lo que en un principio se podía imaginar, la clave de todo esto, la gran pregunta, la controversia que cala en la ciudadanía más allá de las averías o las ratas. ¿Está la ciudad limpia? “No solemos hablar con la prensa, pero yo digo muchas veces, y es una opinión personal, que una cosa es la realidad y otra la percepción de la realidad. Si estamos constantemente hablando de que la ciudad está sucia se crean corrientes de opinión que igual no encajan con la verdad. Yo no la veo sucia”. Eladio Orive, responsable de la contrata en Vitoria, ponía fin así a una accidentada visita. Sólo “la primera”, según Aitor Miguel.
La limpieza. “La limpieza en la ciudad es aceptable, pero todo se puede mejorar y debemos tratar de que sea así”, señaló ayer el concejal de Medio Ambiente, Borja Belandia, en la visita a las instalaciones de FCC.
Retrasos. Belandia afirmó que los técnicos estudiarán las razones del retraso en la entrega de la maquinaria que resta por llegar a Gasteiz, y que si procede, se sancionará a FCC. Quedan aún seis máquinas para renovar completamente la flota.