laudio - Seis vecinos del Valle de Ayala, cuatro de Llodio y dos de Artziniega, inician hoy una aventura que a buen seguro dejará huella en sus vidas y en las de quienes les rodean. Su destino es distinto, ya que dos tomarán rumbo hacia el norte y los otros cuatro, dirección sur, pero el objetivo muy similar: demostrar que con la edad no se terminan los sueños sino que el afán de superación sigue muy vivo.

De hecho, todos tienen entre 61 y 71 años y es, precisamente, el tiempo libre que les da su vida de jubilados laborales lo que les ha dado la oportunidad de embarcarse en sendos viajes. Expediciones que, de no haber complicaciones, terminarán con unos en la plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela, y con los otros en la romería de El Rocío, la peregrinación más famosa de España, que reúne cada año a cerca de un millón de personas en esta localidad onubense.

Los protagonistas de este último viaje son Andrés Gamilla, José Ramón Larisgoitia, Adolfo Guerrero y Pedro Zayas. Todos miembros de la Cofradía del Señor San Roque de Llodio, fundada en 1599, por lo que llevarán con ellos un estandarte con la imagen del patrón de su municipio para que “participe como peregrino de forma simbólica”, explicaron ayer, en la despedida que hicieron en el centro de Llodio, en donde estuvieron presentes muchos vecinos, entre los que destacó el grupo de voces de Los Arlotes.

Con todo, hoy afrontarán la primera jornada de las 45 que calculan les llevará atravesar España de norte a sur, en un periplo de 1.000 kilómetros distribuido en 29 etapas. “Esperamos hacer una media de 30 kilómetros diarios y hacer un descanso cada cinco días, tanto para los animales como para nosotros, y sin estrés. Por eso salimos con tanta antelación”, apuntan. No en vano, su medio de transporte será un carro especialmente adaptado y tirado por las mulas Txaro y Txula. “Las compramos en la localidad leonesa de Sahagún, y lo que más nos ha costado ha sido entrenarlas y amoldarnos a ellas”, reconocen. El carromato, en cambio, que también cuenta con capota para guarecerse de las adversidades climatológicas lo adquirieron en Tafalla y ya tiene experiencia en estas lides, puesto que “ha ido dos veces hasta Santiago, esta equipado con una placa solar que nos permitirá abastecernos de energía para los teléfonos móviles, y además irá muy bien cargado de viandas”, explican. Y ¿si tenéis avería? “Todo controlado. Uno de nosotros es mecánico y otro conoce de cerca el mundo de la hípica”, resuelven.

El itinerario es un sueño fraguado hace seis años, para el que llevan seis años aportando 50 euros mensuales hasta lograr los cerca de 14.000 que costará esta aventura. “Nada de autopistas, ni vías rápidas. Iremos por las cañadas reales de ganado, primero hasta Miranda, luego Burgos, Valladolid y Salamanca, y de allí enfilando hacia Cáceres y Zafra, esperando alcanzar Sevilla el 8 de mayo”, enumeran. Y es que ese día les espera en el parque de La Corchuela la hermandad cordobesa de Lucena, con quien proseguirán ruta hasta El Rocío en Huelva, donde tendrá lugar la famosa romería el 16 de mayo.

Más kilómetros y varios meses más es lo que les llevará retornar a su casa de Artziniega a Ginés López y su mujer, Toñi Alonso. Esta pareja partirá también hoy, acompañada de su burra Marina y su perro Comotú, hacia Roncesvalles, de cara a realizar el Camino de Santiago. Para Toñi es su primera vez, pero lleva los mejores guías, ya que Ginés y Marina ya completaron el año pasado los 1.500 kilómetros de ida y vuelta que distan entre el Santuario de La Encina de Artziniega y la plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela. Fue una experiencia “increíble, que me ha enganchado, y voy a repetir”, explica López, que también lleva realizadas diez jornadas de este mismo camino por la costa y hasta Markina, en otra experiencia que tilda de “muy dura, porque no hay tramo llano, pero preciosa por las vistas, y que seguiré por etapas, al estar más cerca de casa”.

No obstante, la aventura que inicia hoy con su mujer será diferente a la ya vivida en 2015, en sus primeras jornadas. “El año pasado quise hacer coincidir salida y meta, y no realicé el tramo Roncesvalles-Belorado, así que esta vez nos van a acercar con un remolque hasta la línea de salida, y ya desde Roncesvalles haremos todo el camino hasta Santiago, para luego, si todo va bien, emprender el regreso que ya realicé hasta casa. Es decir, que nos quedan por delante unos 1.800 kilómetros, que esperamos culminar en Artziniega a mediados de julio”, explica López, que ha tenido muy en cuenta que “si de Roncesvalles a Santiago el Camino suele constar de 31 etapas, a nosotros nos llevará 15 más, porque tendremos que coger caminos alternativos”.

Y es que la forma de viajar también ha variado un poco. Si el año pasado, Ginés fue a pie, llevando a la burra Marina caminando a su lado y portando sobre su lomo a Scotty, su amigo canino que perdió la vida por un atropellamiento en el viaje de regreso a casa, en esta ocasión ha fabricado un curioso ingenio para ayudar en el viaje a su compañera Toñi. “Esta operada de la rodilla y va a haber tramos que le va a ser imposible abordar, así que he adaptado un micro-car sin matrícula, del que tirará Marina sin dificultad, porque pesa menos que yo”, dice Ginés.

Prisa tampoco llevan. “Marina va a tres kilómetros por hora, y si no hacemos 20 kilómetros al día, pues hacemos doce. El caso es disfrutar”, asevera. ¡Buen camino y mejor regreso, peregrinos!