Además de por ciudad verde, Vitoria es conocida entre los conductores de capitales del entorno como la ciudad de las rotondas. Hay alrededor de 125, según los datos del Ayuntamiento, aunque la sensación al volante es de que son muchas más, sobre todo para quienes vienen de Bilbao y Donostia. Las hay pequeñas, más grandes, circulares, un tanto apepinadas, con olivos y simplemente con una mano de pintura; seguras y arriesgadas, y hasta verdaderas plazas circulares como las define la Real Academia de la Lengua. Entre los conductores generan amor y odio a la par, pero el Ayuntamiento defiende sus bondades. Las considera una solución adecuada para las necesidades de movilidad de esta ciudad. “Permiten gestionar las prioridades de circulación con mayor flexibilidad que los semáforos ya que con estos últimos, en muchas ocasionases, se para a coches sin que haya otros que les impidieran circular. Además, se calma la velocidad del tráfico porque las rotondas son un obstáculo físico y los vehículos deben frenar para ceder el paso”, argumenta el servicio de Tráfico.
A pesar de las 125 rotondas que salpican la ciudad, el Ayuntamiento carece de una agrupación concreta por barrios, no las contabiliza así, aunque a la vista está que abundan en Lakua, Salburua y Zabalgana. En cambio, sí que cuentan en Tráfico algunas curiosidades acerca de las rotondas de Gasteiz. Así, las rotondas circulares más grandes no están en el casco urbano sino en los polígonos, en concreto en Jundiz, a ambos lados de la carretera A-I, sin olvidar la de América Latina, de salida y entrada de la ciudad por Lakua y con más tráfico que ninguna. Los diámetros de las glorietas centrales de estas tres rotondas rondan los noventa y cien metros. La de mayor tamaño es la de la calle Lermandabide con Mendigorritxu, con 99,70 metros de diámetro y algo más de 7.800 metros cuadrados de superficie. La de América Latina, por su parte, tiene noventa metros de diámetro, aproximadamente. Y no es un círculo perfecto, ya que se le arañó un trozo para devolver a los coches parte del espacio robado al habilitar un carril de autobuses de entrada a la estación de autobuses de Euskaltzaindia.
Hay otras rotondas características en Vitoria, en este caso por su especial trazado. Un ejemplo es la de la Antonia, en Portal de Castilla con Alto de Armentia, con forma de pera, no circular, y 128 metros en su parte más larga, además de ocupar 7.788 metros cuadrados. En Bulevar de Salburua con Venta de la Estrella, la rotonda tiene una dimensión de 155 metros sobre 6.680 metros de asfalto.
En el otro extremo de la balanza de las mediciones está la que para el Ayuntamiento quizá sea la rotonda más pequeña de Gasteiz, si puede llamarse así, la situada en Zaramaga, entre las calles Mendoza y Cuadrilla de Añana. No obstante, le hace la competencia una de las últimas en señalizarse en San Martín, en Pintor Teodoro Doublang con Bustinzuri. El Ayuntamiento está a favor de las rotondas porque facilitan el tráfico y considera que ni son peligrosas ni están poco o mal señalizadas como se quejan sobre todo los conductores que vienen de fuera.
Pero, ¿se circula de forma correcta en las rotondas de Vitoria? Tráfico dice que no se puede generalizar, pero que hay una tendencia a utilizar excesivamente el carril exterior, lo que precisamente perjudica la circulación, ya que un coche que transite por este vial va cerrando el paso a aquellos otros que desean salir del interior de la intersección. “No se debería acceder al carril exterior hasta haber sobrepasado la última salida que no nos interese”, recomiendan los técnicos. Incluso explican que en algunos cruces en los que el excesivo uso del carril exterior entorpecía la circulación han optado por anularlo y obligar a los conductores a abandonar la rotonda en la siguiente salida.
La construcción de rotondas va estrechamente ligada en Vitoria al desorbitado crecimiento de la ciudad, con un alto consumo de suelo y kilométricas avenidas pensadas más para los coches que para el peatón. Calles que después, una vez que cobran vida, hay que transformar en bulevares habitables, a pesar de que a lo que invitan es a pisar el acelerador. Por eso, asociaciones de vecinos de Salburua y Zabalgana piden al Ayuntamiento que rompa estas largas avenidas construyendo rotondas para, de un lado, calmar la peligrosa velocidad del tráfico y, de otro, evitar rodeos a los residentes cuando salen con su coche del garaje. Y es que, pese a estar en la ciudad de las rotondas, piensan que en algunos puntos son escasas, que debería haber más porque favorecen los cambios de sentido del tráfico. El Ayuntamiento, por su parte, admite que algunas de estas solicitudes que tiene sobre la mesa son fundamentadas: otras, en cambio, “injustificadas e inconvenientes”, teniendo en cuenta los principios de seguridad vial y los precedentes. En cualquier caso, el Consistorio no va a construir de momento ninguna nueva rotonda en Vitoria.
¿Sabemos conducir en las rotondas? A pesar de que no se puede generalizar, en Tráfico del Ayuntamiento consideran que los conductores tienen excesiva tendencia a utilizar el carril exterior, lo que perjudica la circulación, ya que su coche va cerrando el paso a otros que quieren salir de la rotonda.
en números
100
Metros de diámetro tienen las tres rotondas de mayor tamaño: dos a ambos lados de la carretera A-1 y la de América Latina en Lakua. La mayor es la de Lermandabide con Mendigorritxu, en Jundiz. La más pequeña, la de Zaramaga situada entre Mendoza y Cuadrilla de Añana, seguida de la última pintada en San Martín.
7.788
Metros cuadrados de superficie ocupa la conocida como rotonda de la Antonia, en Portal de Castilla con Alto de Armentia, que en su mayor dimensión alcanza los 128 metros.
125
Rotondas calcula el Ayuntamiento de Vitoria que hay en la ciudad. Las hay circulares, en forma de pera y hasta pequeños círculos pintados sobre el asfalto.