el Ayuntamiento de Gasteiz tiene sobre su mesa desde hace varias semanas la solicitud de apertura de una nueva asociación cultural musulmana en Mariturri, un centro de reunión y de rezo que ha despertado el rechazo de parte de los vecinos de sus inmediaciones y que, de paso, ha resucitado viejos fantasmas que dañan a la normal convivencia entre diferentes. Si finalmente cumple con los requisitos exigidos, la mezquita se emplazará en un local ubicado en los bajos de tres bloques de viviendas del barrio, los números 20 de Bulevar de Mariturri y los 51 y 53 de la calle Oion, un espacio más amplio que el que sus impulsores han ocupado hasta ahora en otro centro de culto del cercano barrio de Ariznabarra.

Varios residentes del bloque, sin embargo, consideran que esta ubicación no es la más adecuada, ya que el acceso al local debe realizarse desde el interior de la comunidad, a través de sus soportales, con las molestias que -creen- esto les generará en momentos puntuales. Mientras el área municipal de Urbanismo analiza las características técnicas del proyecto de cara a conceder o no la licencia de obras, una decisión que podría conocerse en pocas semanas, el clima social se ha alterado en las últimas horas en Mariturri tras la aparición de un escrito anónimo contrario a la mezquita en los buzones del barrio que ya ha obtenido una contundente respuesta, por ejemplo, desde la asociación de vecinos Zabalgana Batuz o el grupo municipal de EH Bildu.

El buzoneo, impulsado por un grupo de vecinos que rechaza la instalación del centro, lanza distintas preguntas y afirmaciones como las siguientes: “¿Se verán afectados nuestros hijos al bajar a la calle a jugar?”. “¿Ves justo que al tratar de defender tus derechos y tu espacio cotidiano te puedan tachar de racista?”. “Tu vivienda se devaluará. Si precisas venderla, ¿tendrás comprador?”. “Sabías que también se ha planeado la apertura de otros negocios afines en las inmediaciones?”. “Sabías que Vitoria tiene más mezquitas que Bilbao y San Sebastián juntos?”. Precisamente, EH Bildu alertó ayer a través de las redes sociales al conocer el contenido de esta misiva que “en Zabalgana se han empezado a difundir mensajes xenófobos” y anunció que va a plantear “la forma de cortarlos cuanto antes” en el seno del Ayuntamiento. La coalición abertzale valora también promover una campaña en el barrio en favor de la convivencia y la integración.

Por de pronto, el Buzón Ciudadano del Ayuntamiento está registrando en las últimas horas un agrio debate entre residentes que rechazan la apertura de la mezquita y quienes no ven mayores problemas en ella. En los tres bloques que se apoyan sobre el local de la discordia residen 108 vecinos, según fuentes de la comunidad. La mezquita tendría un aforo máximo de 300 personas, según los mismos medios.

“indefensión” Una de las vecinas de Bulevar de Mariturri que rechaza la apertura de la mezquita asegura, en declaraciones a este periódico, sentir una “indefensión absoluta” ante la posibilidad de que finalmente llegue el visto bueno municipal. Desde el anonimato, asegura que tanto ella como los residentes que apoyan esta reivindicación no están “en contra de las mezquitas” y lamenta que no se utilice para ubicar el centro de culto una de las numerosas parcelas vacías que pueblan el barrio. “Si hubiesen puesto, con perdón, un puticlub o una asociación de cazadores nos habríamos quejado igual, pero no nos tacharían de racistas. Pero en este caso parece que no te puedes quejar”, advierte esta vecina, que apela al “sentido común” del Ayuntamiento.

El Consistorio, tras alertar a los impulsores de la mezquita de distintas deficiencias en el plan original en materias de ventilación o prevención de incendios, analiza ya desde el punto de vista técnico la memoria justificativa revisada del proyecto. Y advierte: “Se les va a exigir lo mismo que al resto, ni más ni menos. La libertad de culto está ahí. La licencia se concederá como en cualquier otro centro de culto o actividad regulada”, asegura un portavoz del departamento de Urbanismo. En Gasteiz hay en la actualidad, según la información en poder del Ayuntamiento, trece centros relacionados con el Islam entre mezquitas, asociaciones y centros religiosos, a los que se uniría este centro más otro para que el también se ha pedido licencia en el barrio de Coronación. También hay más de 20 centros evangelistas y media decena de locales católicos regulados a lo largo y ancho de la ciudad.

La vecina, que insiste en la “preocupación” que cunde en su comunidad, pide al Ayuntamiento que “reflexione”. “Que alguien se ponga en nuestra piel. No es compartir acera, sino estar dentro de nuestra casa a cualquier hora, cualquier día de la semana y sin una regulación. ¿Qué pasará en el Ramadán? Ya sea por su cultura o costumbres, todos sabemos lo que pasa con esta gente”, zanja.

La polémica generada no ha tardado en encontrar respuesta entre la comunidad musulmana de la ciudad, varios de cuyos representantes se reunieron el pasado viernes con los que en un futuro podrían ser sus nuevos vecinos. Sabah Kadour, representante de la asociación Al-Indimay, recuerda que el cumplimiento de la normativa municipal debería bastar para poder emplazar la mezquita en el local deseado.

“Hay una ley y unas normas. ¿Nos las estamos saltando? Estamos haciendo todo lo posible en favor de la integración, pero algunos no quieren convivir. No sé qué quieren, pero prefiero no dar más propaganda a este tema”, lamenta en declaraciones a este periódico. “Estamos luchando y sufriendo todos los días para enseñar a la gente que el colectivo magrebí es de paz y de solidaridad y luego pasan estas cosas”, añade. La controversia está servida.