El tiempo andaba loco hasta que llegó febrero y, en contra de su fama, logró que el invierno luciera como tal. Ayer, Álava sufrió el comienzo de fin de semana más despiadado en lo que va de año. Hizo frío de pelar, fuertes rachas de viento, nieve y lluvia desde primera hora del día. Y por la tarde, cuando según las previsiones meteorológicas la cota iba a subir a los mil metros, todavía empeoró más la cosa. A la hora de la siesta, las webcams de la Ertzaintza mostraban entre goterones una A-1 vestida prácticamente entera de blanco, salvo por un trozo de carril, desde Argomaniz hasta Agurain. Y lo mismo en la N-622, desde Aiurdin hasta Sarria. El inesperado recrudecimiento del temporal le pilló a la Diputación con el pie cambiado, aunque la red principal acabó recuperando la normalidad gracias a un mayor esfuerzo del dispositivo foral de vialidad invernal.
Y así, mientras con un ojo se vigilaba el estado de las carreteras y de los puertos de alta montaña, que se fueron cerrando y abriendo de manera intermitente a lo largo de toda la jornada, con el otro se controló el nivel del pantano de Ullibarri. El viernes a las seis de la tarde había comenzado el desembalse a un ritmo de 15 metros cúbicos por segundo en previsión de las lluvias que estaban por llegar y ayer por la tarde, tras 18 horas en las que se habían llegado a registrar hasta 53,9 litros por metro cuadrado de agua en zonas como Iturrieta, hubo que acelerarlo. El vaso seguía llenándose. A las cinco, se incrementó la cadencia a 17,5 metros cúbicos por segundo, después de que Ullibarri rebasara el 86% de su capacidad, acumulando 126,478 hectómetros cúbicos, y amenazara con seguir creciendo en las siguientes horas.
La Agencia Vasca del Agua, Ura, quiso llamar a la calma ante la preocupación de todos aquellos pueblos que quedan inundados siempre que se produce un brusco desembalse. El propio director de la entidad, Iñigo Ansola, aclaró que la precipitación en forma de nieve estaba evitando caudales excesivamente altos de los ríos, aunque a media tarde eran ya decenas las personas que se preguntaban qué pasaría cuando toda esa nieve acumulada en las montañas bajara a Ulibarri. Las predicciones climatológicas para hoy anuncian, además, mucha lluvia en Vitoria y alrededores. No tanta como el día anterior, pero sí con la suficiente intensidad como para que pueda haber problemas.
El sol, con suerte, volverá a verse el lunes. Y el martes, 1 de marzo, parece que las temperaturas volverán a estabilizarse. Las mínimas serán frías, porque podría haber heladas, pero las máximas superarán los diez grados. Este invierno, ya se sabe.