gasteiz - Artium, Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo de Vitoria-Gasteiz, acoge desde ayer y hasta el 3 de marzo (sala este alta) un proyecto que reúne arte y documentación en el que se recupera la memoria artística y social de los sucesos del 3 de marzo de 1976 en Vitoria-Gasteiz, fecha en la que la Policía Armada asesinó a tiros a cinco de los obreros que estaban reunidos en asamblea en la iglesia de San Francisco de Asís, en Zaramaga. La muestra, que forma parte del Memorial 3 de Marzo (M3M), presenta siete grandes pinturas de artistas como Juan Genovés, Rafael Canogar o Agustín Ibarrola, pertenecientes a la Colección Artium, junto con varias piezas de José Luis Zumeta, Carmelo Ortiz de Elgea y Santos Iñurrieta.

Todas ellas fueron realizadas durante el final de la dictadura y los primeros años de la transición hacia la democracia, y tienen una significativa carga política. Precisamente los asesinatos de los trabajadores en la capital alavesa supusieron uno de los episodios más negros de este período, por el que hoy en día sigue reclamándose justicia. La exposición se completa con diversos objetos, documentos y audiovisuales que ayudan a contextualizar este momento histórico.

Dos obras de muy distintas características de Rafael Canogar, La mordaza (1974) y P-38-76 (1976) abren la muestra. En la primera, una figura amordazada y con los ojos vendados emerge del lienzo, como a través de una ventana, tratando en vano de gritar. La segunda es una composición geométrica, en lo que supone el regreso de Canogar a la abstracción y el abandono de la crítica social tras la muerte del dictador Francisco Franco. El grito (1977), del valenciano Juan Genovés, se encuentra también en esta exposición con una composición secuencial de la figura repetida cuatro veces de un hombre con distintas expresiones de terror o dolor, que se inserta en el llamado realismo político.

Agustín Ibarrola está representado en la muestra con Unión (1973-75), una monumental pintura que compagina figuración y abstracción y que representa “una amalgama de cuerpos que forman una multitud compacta y combativa en la que los perfiles humanos se unen en una sola figura solidaria”, tal y como se indica en el catálogo de la Colección Artium. De Darío Villalba se presenta una de sus piezas más conocidas, Faz (1978), un rostro que se convierte en “paradigma de lo insoportable como realidad humana”.

Las dos últimas pinturas de la exposición pertenecen a Dionisio Blanco y Juan Suárez. Del primero, el llamado pintor de la fragilidad humana, se presenta El proceso de Burgos (1970-71), en la que una serie de escenas de represión política rodean la silueta del dictador; del segundo, Campanadas da mort (1977), que hace referencia expresa a los sucesos del 3 de marzo.

Junto a las obras de la Colección Artium, la exposición muestra obras pertenecientes a la Asociación 3 de Marzo, en concreto dos pinturas de Santos Iñurrieta y una de José Luis Zumeta, y de un coleccionista particular, una pintura de Carmelo Ortiz de Elgea.

Objetos y documentación La muestra reúne también una selección de objetos, como libros, documentos o portadas de discos como el emblemático Campanadas a mort de Lluis Llach, que forman parte de la memoria del 3 de marzo de 1976. Además, se proyecta el documental realizado por un grupo de cineastas madrileños del colectivo de cine de Madrid (ligado al PCE), que llegaron a Vitoria-Gasteiz el 4 de marzo haciéndose pasar por miembros de una televisión de Suiza para evitar ser detenidos. De su estancia en Vitoria quedó este documental, indispensable como fuente audiovisual directa de los hechos vividos en la capital alavesa y que han quedado marcados a fuego en el recuerdo colectivo de la ciudad.

Asimismo se presenta el proyecto Inside Out, con grandes fotografías sobre fachadas que pretenden llamar la atención sobre algún aspecto de la humanidad. En este caso, se han mezclado seis rostros de familiares de víctimas de la masacre del 3 de marzo de 1976, con otros seis rostros de amigos y familiares de los creadores de la obra. La muestra se completa con obras de artistas locales, como la de Miguel Ángel Hernández, Zirika. Por último, los asistentes podrán escuchar las numerosas piezas musicales de todos los géneros y de grupos de todo el Estado inspiradas en los sucesos de Vitoria-Gasteiz. - DNA / Fotos: Efe/DNA