La Vitoria más diversa volvió a tomar ayer las calles con motivo del Día Internacional de las Personas Migrantes y Refugiadas, un 18 de diciembre que sirvió para reivindicar la construcción de una capital alavesa sin fronteras y con sus puertas abiertas a quien lo necesite. Una movilización impulsada por la iniciativa popular Gasteiz Irekia y apoyada por otros colectivos locales como la Plataforma Antirracista llenó de color el centro de la ciudad exigiendo que Vitoria sea “tierra de asilo”, que se convierta en ciudad de acogida para las personas migrantes y refugiadas que llegan desde los cuatro puntos cardinales. Especialmente, de donde se están produciendo desplazamientos forzados debido a conflictos armados o crisis humanitarias.
Cientos de personas tomaron parte en la marcha, distribuida en cuatro columnas, que recorrió el centro de la capital en otros tantos recorridos. Las comitivas partieron respectivamente desde la Catedral Nueva, desde el popular farolón de la Cuesta de San Francisco, desde el centro cívico Aldabe y desde el frontón de la plaza de Los Fueros, y desembocaron en la plaza General Loma, junto a la escultura de La Mirada. Cuando confluyeron allí, los participantes escenificaron la construcción de un hogar que sí da cabida a todos. “Una casa que ya no es monocolor, que ya no es típica de una única cultura, de una única estética o de una única tradición. Es una casa culturalmente plural y heterogénea”, reivindicó Gasteiz Irekia.
La iniciativa popular llamó a construir una sociedad apoyada en el pilar de los derechos humanos universales, en valores como la solidaridad, la democracia, la igualdad o el respeto al diferente, y alejada del racismo, la xenofobia, los discursos políticos interesadas o el desprecio a la pluralidad. “Cerramos las puertas a quienes, por un puñado de votos, justifican que la ciudad necesita cerrar las puertas a las personas migrantes y refugiadas”, advirtió Gasteiz Irekia. El movimiento pidió también el cierre de los Centros de Internamiento de Personas Extranjeras (CIES) y que las expulsiones de estos nuevos vecinos comiencen a formar parte ya del pasado.
En medio de un ambiente reivindicativo, pero también festivo, la marcha concluyó con varias exigencias dirigidas a las instituciones, tanto europeas como vascas, para que tomen la iniciativa y acojan a las personas refugiadas sin segregarlas por “clases”. Además, Gasteiz Irekia pidió al Gobierno Vasco y a las administraciones locales que presionen a la Unión Europea para que admita “la responsabilidad política en el origen y desarrollo de buena parte de los conflictos y miseria” que generan esos desplazamientos forzados, así como que se comprometan a no proporcionar ayudas a la industria productora de armas en el País Vasco. El objetivo, “que esos bombardeos en Irak, en Libia, en Afganistán o en Siria no lleven la firma de fabricación en Euskal Herria”.
denuncia En otro orden de cosas, las organizaciones que integran el Foro Vasco por la Salud, entre las que se encuentran entidades como Osalde, Munduko Medikuak o Medicus Mundi, quisieron denunciar también ayer la “exclusión continuada” que la población inmigrante sin papeles sufre en el sistema público vasco de salud, por lo que reclamaron “una atención pública y universal para toda la población, sea inmigrante o no”.
Según recordó esta entidad, tras la aprobación por parte del Gobierno central del Real Decreto Ley 16/2012 que retiraba las tarjetas sanitarias a la población inmigrante en situación irregular, el Gobierno Vasco promulgó el Decreto 114/2012 con el objetivo de regular la cobertura sanitaria para las personas excluidas dentro del sistema público vasco. El acceso estaría supeditado al cumplimiento de tres requisitos, el empadronamiento ininterrumpido en Euskadi durante un año como mínimo, la percepción de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) o tener ingresos inferiores a la misma, y carecer del acceso a un sistema de protección sanitaria pública por cualquier otra vía.
Si no se cumplen estas condiciones, sólo tienen garantizada por ley la atención dentro de la sanidad pública vasca las mujeres durante el embarazo, parto y postparto, los menores y los casos de urgencia, aunque también pueden ser tratadas las enfermedades infecto-contagiosas y de riesgo para la salud pública, según recordó el Foro por la Salud.