han pasado nueve años desde la última vez que tocó el Gordo en Álava. Desde entonces la suerte ha sido esquiva en Vitoria y el resto de localidades del territorio, donde los escasos afortunados han tenido que conformarse con contados pellizcos para tapar los famosos agujeros. Tras años en los que la crisis económica azotó también, y entre otras cosas, la ilusión de los alaveses - “la ilusión no, el dinero”, corrige Nuria Perera, de la Administración Nº 7-, en 2014 las ventas de los décimos de la Lotería de Navidad se incrementaron en Álava en casi un 10%.
Un aumento estimable que, a tenor de los primeros análisis efectuados por las administraciones gasteiztarras, no parece que se vaya a repetir este curso. Con todo, a falta de menos de una semana para que los niños y niñas de San Ildefonso repartan suerte, en Vitoria la mayoría de loteros se conforma con haber cosechado estos días unas ventas similares a las del año pasado. Conscientes de que los buenos tiempos no volverán, mantenerse en los guarismos de 2014 es una buena noticia al fin y al cabo.
“Estamos teniendo unas ventas muy similares a las de 2014... Y gracias. Faltan unos días pero mi estimación es que acabaremos con unas ventas parecidas”, apunta Marta Corcuera, de la Administración Nº 14, en Aranzábal. Desde el otro lado de la ventanilla esta vendedora echa la vista atrás hasta 2008, “cuando todo empezó a decaer”, y se detiene también en 2013, “un año malísimo, el peor de los últimos tiempos”.
Su apreciación sobre las ventas con las que cerrarán la venta de la Lotería de Navidad es compartida por otros loteros de la capital alavesa. “A la espera de ver qué pasa los próximos días, las cifras serán muy similares a las del año pasado, cuando volvieron a subir después de años muy malos. No sólo por la crisis, sino porque además la retención que pusieron a los premios provocó otro descenso”, explica Juan Carlos de Quintana desde la Administración Nº 1, en la calle Postas, en referencia a la decisión que el Gobierno de Mariano Rajoy tomó en 2013 de gravar con un 20% los premios de la Lotería que excedan de los 2.500 euros.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, anunció la medida como algo “temporal”, aplicable sólo a 2013 y 2014. Pero en diciembre de 2015 la idea sigue en pie. Por cierto, el ministro contaba con ingresar al año 800 millones de euros con la medida, aplicable a todos los sorteos que celebra la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado, pero en 2014 el montante total se redujo a 458 millones de euros.
Según la previsión de Loterías y Apuestas del Estado, en Euskadi se venderán décimos por un total de 163 millones de euros, frente a los 428 de Cataluña, los 374 de Andalucía o los 496 millones de Madrid. En Álava se vendieron en 2014 unos 17,1 millones de euros, cerca de 53 euros por alavés, así que si la estimación de las administraciones no falla este año las cifras no variarán demasiado.
Los citados 53 euros que los alaveses se juegan de media la Lotería de Navidad suponen una cifra muy inferior a la de, por ejemplo, los vizcaínos, que se gastan 89,18 euros, y también están algo alejados de los guipuzcoanos, que de media compran 59,24 euros en décimos.
¿Y qué números son los favoritos de los vitorianos para probar suerte con la Lotería de Navidad? Por lo que cuentan los responsables de su distribución, Vitoria no es especialmente original en lo que la numeración se refiere. “Algunos vienen y se llevan lo que sea, pero otros sí quieren una numeración concreta. Por ejemplo, este año el 15, para coincidir con el año en el que estamos, ha sido la estrella, y también he tenido varios que buscaban que acabara en 13. Además de eso, los que más se venden son los que acaban en números impares. No sé por qué pero aquí es así todos los años”, asegura Nuria Perera.
Los décimos terminados en 13 y en 15 son también la estrella en la administración de Aranzábal. “A mí este año no me han mareado mucho con los números. Además del 13 y el 15 estos días me han solicitado mucho los acabados en 7, y luego están los que todos los años te piden uno que acabe en 69”, apunta por su parte Marta Corcuera. Y es que parece que el 69 es un clásico que nunca pasa de moda, como la Lotería de Navidad en sí misma.
“Hay muchísima gente que no juega nada a la Lotería el resto del año pero cuando llegan estas fechas juega al menos un décimo con los amigos, los compañeros de empresa, en la oficina... Al final la Lotería de Navidad es un clásico y siempre se venden décimos para jugar entre unos cuantos”, asevera Charo Oraá, en la calle Prado. Según un estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas, en España tres de cuatro personas juega al menos un número en grupo, y de hecho los problemas derivados de esta práctica -cuando toca, obviamente- acaban a veces en los juzgados fruto de una manera equivocada de entender la amistad.
Para evitarlos, los juristas recomiendan que en cada grupo de personas que juega un mismo número se saque una fotocopia del mismo y cada uno firme especificando la cantidad que invierte en él, si no es la misma entre todos. Compartir una fotografía del boleto por Whatsapp también vale, por cierto, como prueba en un juicio. Y si se trata del mismo número que se juega el resto del año, mejor. “En mi caso pasan muchos clientes fijos que están abonados a un número durante todo el año y para la Lotería de Navidad juega el mismo tanto para él como para su familia”, asevera Juan Carlos de Quintana desde la Administración Nº 1 de Vitoria, fundada en 1928.
Y todo a pesar de que la fortuna no es muy amiga del territorio alavés. El año pasado fue La Casa del Puro, sede del punto de venta de loterías de la calle Florida número 26, y la Administración ubicada en el número 36 de la avenida de Langraitz de Nanclares de la Oca, las que repartieron el segundo premio del sorteo de los niños de San Ildefonso, con el número 92.845.
En 2013 sólo tocó el quinto premio, correspondiente al número 81.854, con una serie vendida en Agurain y dos décimos despachados en Vitoria en propia la Casa del Puro. En 2012 la provincia sumó un pellizco con el 11.419, despachado por la Administración Los 2 Patitos, que acababa de abrir, y en 2010 y 2011 la alegría pasó de largo. El próximo martes los niños y niñas de San Ildefonso volverán a dictar sentencia. La suerte está echada para la mayoría. Los que no, todavía están a tiempo.