La Audiencia Provincial de Álava ha condenado a dos años y medio de cárcel a un esquizofrénico que, en junio de 2011 en Laguardia, asestó cuatro puñaladas a un hombre que ahora sufre "gravísimas" secuelas incapacitantes.

Vitoria. La Fiscalía solicitaba inicialmente 9 años de prisión y una indemnización de 366.595 euros, pero durante el juicio admitió la eximente incompleta de alteración psíquica, y pactó con la defensa una pena de dos años y medio y una compensación de 200.000 euros.

En la sentencia, a la que ha tenido acceso Efe, el tribunal considera probado que entre las 3.30 y las 4.00 horas de la madrugada del 24 de junio de 2011 en las inmediaciones de un bar de Laguardia, el acusado inició una discusión con la víctima y con un amigo.

La riña "derivó en un breve forcejeo con cruce de golpes" y en un momento dado el condenado sacó una navaja "y con intención de acabar con la vida de su oponente, le asestó cuatro puñaladas", tras lo cual la víctima "sangrando profusamente se alejó del lugar hasta que cayó al suelo".

El primer navajazo penetró por el pulmón izquierdo y salió por el diafragma; mientras que el segundo le seccionó la arteria axilar y humeral, la vena axilar y "la sección de troncos nervioso desde la raíz" en el brazo izquierdo.

La tercera y cuarta puñaladas afectaron a la cara anterior del brazo y antebrazo izquierdo, "que la víctima interpuso con intención defensiva".

Como consecuencia de ello, este hombre presenta un "deterioro de funciones cerebrales superiores de forma grave", lo que le "impide una actividad útil en casi todas las funciones sociales e interpersonales diarias, de modo que requiere una supervisión continua" y supone su "restricción al hogar o a un centro hospitalizado".

La víctima sufre también una tetraparesia leve (disfunción motora parcial en las cuatro extremidades) "con afectación de esfínteres", una paresia (parálisis leve) del brazo izquierdo y un "perjuicio estético importante por cicatrices múltiples".

El tribunal considera que "la intención que motivó al acusado fue homicida" porque dirigió la navaja "a zonas vitales como el pulmón, no asestó una, sino cuatro puñaladas reiterando el ataque al mismo espacio anatómico", y además usó una fuerza "verdaderamente notable" en las dos primeras.

Por ello declara al acusado culpable de un delito de homicidio en grado de tentativa pero admite la eximente incompleta de alteración psíquica, ya que padece esquizofrenia paranoide, un trastorno "que se vio agravado por el irregular seguimiento de la medicación y por la ingesta de alcohol en la noche de autos", cuando sus facultadas mentales estaban "disminuidas, aunque no anuladas".

El tribunal le impone una pena de dos años y medio de cárcel y cinco de libertad vigilada con la obligación de continuar en tratamiento psiquiátrico. También se le prohíbe acercarse a la víctima a menos de 200 metros y comunicarse con ella durante diez años.

El condenado debe además pagar una indemnización de 200.000 euros y abonar las costas del proceso judicial.